Debo admitir que Caryanna Reuven, es
una autora de la que las dos libros que leí anteriormente, se me
hicieron un tanto difícil, más por lo que contaba que por el como
lo hacía, ya que es innegable que es una excelente escritora. Pero
en este caso aunque al igual que en los anteriores libros usa unos
términos que pueden rozar la ciencia ficción dura, nos cuenta una
historia de supervivencia, de superación y de conocimiento, donde
una científica queda atrapada en un mundo hostil en el que el único
apoyo que tendrá será el de su propio clon, de apenas unos meses de
vida a pesar de aparentar su propia edad y al que desprecia
profundamente aunque no le quede más remedio que depender de ella.
Alfa entre tanto, a pesar de su ignorancia, es muy inteligente y
ávida de conocimientos y ambas deberán aprender la una de la otra
si quieren tener una mínima oportunidad para sobrevivir.
Esta semana toca reseña doble ya que
las dos novelas forman parte de una trilogía, de la cual estamos a
la espera de que su autor se decida a publicar la tercera entrega.
Dichas novelas, influenciadas por el maestro H.P. Lovecraft, pero
dentro de la temática zombi, a pesar de ello, no nos muestra un
mundo apocalíptico plagado de muertos vivientes, si no que estos
seres, creados a partir de una criatura que colecciona los ojos de
los inocentes, que luego convertirá en sus hijos, hambrientos de más
inocentes para su madre, el espejo de las miradas.
Durante el transcurso de la
investigación por parte de dos detectives, para descubrir las
extrañas desapariciones que están teniendo lugar en la ciudad
condal, uno de ellos se enfrentará al horror y terminará perdiendo
los ojos. Poco tiempo más tarde el compañero que conserva los ojos,
Tomás, un divorciado, alcohólico y mujeriego con un sentido del
humor particularmente sarcástico, tendrá que volver a afrontar sus
pesadillas, mientras forja una extraña alianza con aquello que una
vez se llamó Flora, uno de esos zombis que revelándose al Espejo de
las Miradas, su madre, ha rescatado a uno de los inocentes y recorre
el subsuelo perseguida por sus hermanos y hermanas, tras haber robado
a un bebe para intentar devolvérselo a su verdadera madre antes de
que lo transformen en otro zombi para la colmena.
En la soledad del Zombi, tres años
más tarde de los acontecimientos narrados en la primeras novela, a
pesar de la constante vigilancia de Flora, las crías supervivientes
del Espejo de las miradas, han despertado del estado en el que se
encontraban y la solitaria zombi que las guardaba, tendrá que
intentar volver a contactar con Tomás, para ello se hará servir de
ciertos ojos azules, rescatados antes de que el nuevo espejo de las
miradas se haga con ellos.
Una de las sagas más
reconocidas de Julián Sánchez Caramazana, llena de horror cósmico,
humor negro he intriga. Esperemos que alguna editorial se haga con
los derechos para una reedición, y ver también la conclusión de
esta aterradora y sorprendente trilogía.