-->
Una
pequeña lanzadera terrestre, llegó a una base espacial, perdída en
el espacio, antigua avanzadilla militar moutona y lugar de encuentro
de los estrategas militares, asignados a combatir el contrabando de
Ambrosio en las colonias. Yumi Otomo y su ayudante Robert, se reúnen
con sus homólogos bíraros y moutones, en una gran sala presidida
por una mesa redonda en la que se puede ver el mapa de la galaxia.
Todos se sientan en sillas adaptadas al tamaño de las distintas
razas alienígenas que asisten a la conferencia.
- Hemos conseguido
una valiosa información, referente a lugares de entrega de
mercancías y asteroides aparentemente abandonados pero que en
realidad son lugares de avituallamiento de las distintas naves tanto
piratas como contrabandistas- dijo Yumi
- ¿Cómo ha
conseguido dicha información?- pregunto uno de los bíraros.
- Me
es imposible rebelar mis fuentes y de momento no podré enviar mi
nave a dichos lugares, por motivos de seguridad, por la misma razón
os pido que coordinéis dichos ataques, dejando pasar un tiempo
prudencial entre uno y otro. Nos jugamos mucho en esto.
Los
murmullos en las distintas lenguas, especulando sobre la fuente de
información de la capitana del Cristóbal Colón, inundaron la sala.
En una de las colonias espaciales moutonas,
próximas al lugar de encuentro de Yumi, con los otros comandantes,
se celebra otra reunión, esta vez entre el teniente Snaider y Tigre,
en un teatro tridimensional, por suerte para ellos hay otros humanos
viendo el espectáculo, tanto miembros de la tripulación del
Cristóbal Colón con un permiso especial, como otros visitantes,
tanto humanos como bíraros, mezclados con la población moutona.
-
Me es imposible confirmar si Hugo Cortes está pasando de algún modo
información al Cristóbal Colón, tal y como aseguras. Pero me
cuesta creer que se haya pasado a vuestro bando tan fácilmente. Lo
más sencillo sería liquidarlo- dijo Snyder.
- Ya lo
intenté hace un par de semanas, pero como ya sabes es escurridizo.
Por cierto poco antes de que intentara liquidarlo, se reunió con
otro humano.
- Vaya, vaya… eso si que es nuevo. Nuestro
androide multiforme, desapareció durante casi un mes, según decían
estaba en la Tierra, sometiéndose a una revisión rutinaria, pero su
regreso ha coincidido con esa reunión que están realizando ahora
los capitanes de las naves destinadas en esta misión.
-
Ahí tienes la prueba de la traición de Cortes.
- De todas formas
sea una prueba como tu dices o simple coincidencia, será mejor que
lleves la información a Dios, el decidirá que hacer.
- ¡Ah, por
cierto! Te he traído otro transmisor, para sustituir el que
perdiste.
- No lo quiero… Si tienes razón y Hugo está
pasando información al Cristóbal Colón, he de ser prudente. Además
la organización tiene contactos en todas partes.
- Como
quieras, pero se prudente, un paso en falso puede echarlo todo a
perder.
Muchas de las autoridades
planetarias aceptan sobornos, para hacer la vista gorda con el
contrabando, pero siempre hay quien busca en la traición a aquellos
que les han proporcionado riqueza ilícitamente, la forma de ascender
puestos en el escalafón del poder. Así en un asteroide que orbita
alrededor de una estrella que a su vez es el sol de un planeta que
alberga una colonia humana, la nave Tortuga espera la llegada de los
pequeños transbordadores encargados de bajar la preciada mercancía
a dicho mundo.
Los dos humanos que viajan a bordo de la nave ya se
han enfundado sus trajes espaciales.
- Parece que el contacto se
retrasa- dijo Norma.
- Después de lo que ocurrió en la colonia
moutona, esto no me da buena espina- dijo Hugo con visible
nerviosismo.
- Tranquilo novato, de momento el retraso está
dentro de lo normal- replicó el bíraro Garn.
- Hay llegan-
contestó el otro bíraro señalando la pantalla de la nave.
Tres
pequeñas lanzaderas aparecieron en el horizonte, acercándose al
punto de encuentro. Hugo y Norma se pusieron sus cascos y se
dispusieron a bajar a la bodega de carga de la nave junto con el
robot A20.
La bodega quedó aislada del resto de la nave gracias a
los compartimentos estancos y la compuerta exterior se abrió al frío
de la superficie lunar de aquel asteroide. Afuera esperaban
enfundados en sus trajes espaciales tres humanos que hacían señales
a Hugo y a Norma. En cuanto la compuerta terminó de abrirse se
apresuraron a entrar en el interior.
- Antes de recoger la
mercancía, tenemos ordenes de asegurarnos de que todo es correcto,
por favor abran uno de los contenedores- dijo uno de los
humanos.
- ¡Esto es inusual y absurdo! ¡Sabéis
perfectamente lo que hay en el interior! ¡Además, a vosotros es la
primera vez os veo en una entrega!- dijo Norma.
Los
astronautas se dispusieron a desenfundar sus armas, camufladas en el
sistema vital de sus trajes.
- ¡A20, ataca! ¡Es una
trampa!- dijo Hugo viendo lo que estaba pasando.
Con la ayuda de la
escasa gravedad, se lanzó encima del astronauta más próximo, el
impulso los echó fuera de la nave, donde siguieron forcejeando.
A20 consiguió neutralizar al segundo astronauta, pero el
tercero disparó contra el robot. Norma aprovecho para armarse con
uno de los fusiles que guardaban allí mismo y disparó contra el
astronauta.
En el exterior, viendo que todo se había desmadrado, los
tres pilotos de las lanzaderas, salieron en ayuda de sus compañeros.
Hugo consiguió arrebatarle el arma a su contrincante, lanzándolo de
una patada contra uno de los pilotos.
Norma temiendo que los
atraparan, echó a los dos astronautas fuera del Tortuga mientras
ordenaba a Zot y Garn que cerraran la compuerta de la bodega y
salieran de allí a toda prisa. Hugo al ver que el Tortuga empezaba a
elevarse sin él y aprovechando la confusión de los pilotos que se
disponían a regresar a sus pequeñas naves de contrabando, disparó
contra uno de los pilotos, casi rozándolo y obligándolo a tirarse
al suelo, con la ayuda del retropropulsor de su traje, Hugo pasó por
encima del piloto, entrando a toda prisa en la lanzadera, haciéndola
despegar inmediatamente del suelo del asteroide y se sorprendió al
ver salir del horizonte, un pequeño crucero de guerra, con la
intención de interceptarlos y cortarles la huida, así que
aprovechando que los otros pilotos, creían que él era uno de ellos,
disparó contra las dos pequeñas naves inutilizándolas ya que por
su delicada situación de espía evitaba matar a nadie y sabía que
la tripulación de la nave de guerra se encargaría de los
supervivientes. Abrió así una nueva vía de escape para él y sus
compañeros a bordo del Tortuga, que ignorando que él pilotaba dicha
nave, abrieron fuego contra él, que consiguió los disparos de sus
compañeros por los pelos. Se apresuró a sintonizar la frecuencia
del Tortuga.
- ¡Ey colegas! ¡Que soy yo! ¡He conseguido
hacerme con una de las lanzaderas e inutilizar las otras dos! ¡Dadme
coordenadas seguras donde encontrarnos!
- ¡Hugo! ¡Creía
que te habían matado! ¡Te envío las coordenadas! ¡Prepárate para
salir pitando de aquí!
La fragata que había contado con el
factor sorpresa, lo último que se esperaba era la rápida reacción
de la tripulación del Tortuga y vio impotente, como sus dos presas
tomaban distancia perdiéndose pronto en el
espacio.
Jotacé.
ESTUPENDO RELATO.
ResponderEliminarGRACIAS POR COMPARTIRLO
Gracias a ti Miguel por leerlo.
ResponderEliminar