jueves, 27 de febrero de 2014

PORVENIR (P.A. García)

"Año 2059. Después de dos años de búsqueda, la tripulación de la espacionave "Porvenir" encuentra una luna aparentemente habitable en otro sistema solar. El descubrimiento puede suponer la solución a las penurias de la vida en la desbordada Tierra. Pero lo que parecía el mayor hallazgo de la historia de la humanidad pronto mostrará una siniestra cara oculta."

Hola, lo de arriba es la sinopsis de mi primera novela de ciencia ficción, "Porvenir". Si os interesó sabed que la novela está a la venta en Amazon, tanto en ebook Kindle (libre de DRM) como en papel (tapa blanda).

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lunes, 24 de febrero de 2014

(M.N. 25) SOMETIDOS

Doña Carmen desapareció del trastero a la vez que se apagó la luz de la vela, tanto Daniel como Esther seguían sintiéndola paralizando sus mentes de puro terror. A tientas consiguieron encontrarse y abrazarse.                                                    
- De… de alguna manera me tiene controlada. Aunque ahora su poder es menor- dijo Esther con lágrimas en los ojos.                                                                     
- ¡Lo sé! ¡Tenemos que salir de aquí y alejarnos de ella, al menos tú! después de todo es a mí a quien quiere.                                                                                  
- ¡Los dos! Tenemos que irnos los dos.                                                                        
Esther cogió con las dos manos la cabeza de Dani y la guió hasta sus labios fundiéndose en un húmedo y largo beso. A tientas buscaron la puerta de chapa del trastero en apariencia parecía poco resistente, pero eso era antes de que la reforzaran; sin contar con la oscuridad total que allí reinaba impidiéndoles buscar cualquier cosa que pudiera servirles de herramientas. Golpearon la chapa inútilmente, rebotando y cayendo de bruces al duro suelo.                        
- ¿Estás bien?- preguntó Daniel.                                                                                       
- Sí, un poco dolorida pero bien ¿Y tú?                                                                                  
- Igual.                                                                                                                                 
Se levantaron como pudieron y golpearon la puerta gritando y pidiendo ayuda pero todo fue inútil, finalmente terminaron sentados en el suelo abrazados el uno al otro sin agua ni comida, esperando a que pasaran aquellas horas de interminable angustia.                                      
Los únicos tal vez capaces de sacarlos de aquella situación, se alejaban  en aquellos momentos camino de la frontera. Jota se quedó más tranquilo después de hablar con Daniel, justo antes de quedarse sin batería e ir en busca de Esther.                                               
Pasaron las horas, en el exterior la oscuridad de la noche lo inundaba todo y doña Carmen tomaba nuevamente con más fuerza el control de sus mentes. Pasaron algunas horas más y la tenue luz de las velas volvió a encenderse como por arte de magia, horrorizados ante la presencia de aquellos seres, antes personas normales, ahora una extensión más de doña Carmen como un brazo o una pierna pero con necesidades propias, sedientos de probar la sangre de los prisioneros. Cuerpos aún con los recuerdos de las personas que fueron en vida, la de Sofía o la del matrimonio enterrado aquella misma mañana, carentes de un alma propia acudían a la llamada de su dueña que nunca poseyó un alma propia, nunca la necesitó.      
Sin necesidad de palabras, la anciana hizo levantar a los dos amantes, Esther se situó a un rincón del trastero mientras la mujer cogía por los hombros a Daniel dirigiéndolo a una de las polvorientas cajas donde había un papel en blanco junto a un bolígrafo con los que Daniel escribió sin ser consciente de que el significado de esas palabras mentalmente dictadas por la perversa mente de doña Carmen, formaban una nota de suicidio y por lo tanto su sentencia de muerte. La puerta del trastero se abrió, el pasillo al igual que el trastero y el resto del edificio estaban iluminados por la tenue luz de las velas; los recientes difuntos guiaron a los dos humanos hasta el ascensor, subiendo directamente a la planta donde estaba el piso de Daniel y Jota; la puerta abierta y conducido siempre por su difunta abuela, Daniel fue a la cocina, cogió el cuchillo más afilado y de allí al cuarto de baño, donde se desnudó por completo, el agua caliente ya salía de la ducha. La anciana se inclinó sobre el moratón que su nieto tenía en el cuello producido por su visita anterior y empezó a lamer ávidamente durante unos minutos; cuando terminó unas gotas de sangre bajaron por su cuello hasta el pecho; la mujer empujó suavemente a su nieto al interior del humeante plato de ducha, este con la mirada siempre perdida se abrió las muñecas con el cuchillo dejando escapar borbotones de sangre, primero una, luego la otra, los tres vampiros menores se abalanzaron sobre él lamiéndole y succionándole la sangre que caía de sus brazos; tal horror sacó a Esther del dominio mental bajo el cual estaba sometida y gritó como nunca antes lo había hecho para caer desmayada en el suelo. También el cuerpo de Daniel se derrumbó sobre el plato de ducha. La horrible anciana se inclinó sobre el cuerpo de la joven y abriéndose una herida con una negruzca uña en la muñeca, dejó caer unas gotas de su sangre sobre la boca de la chica.                                                                                                                                 
- ¡Vamos, despierta perezosa! ¡Todavía no he terminado contigo!                         
Inconsciente, la voluntad de Esther estaba totalmente a merced de la anciana, se levantó, cogió el móvil y llamó a urgencias.                                                    
- ¡Por favor vengan rápido! ¡Mi novio se está desangrando en la ducha!- su voz sonaba histérica, como la anciana le decía en su mente sin voluntad que debía sonar.                                                                                                                                         
Cuando llegó el equipo de emergencias a Daniel todavía le quedaba un hilo de vida. La policía entrevistó a los vecinos aunque era doña Carmen quién hablaba a través de ellos con distintas voces, contando siempre la misma versión de los hechos similar a la de Esther. Después de pasar el día juntos fueron a casa de Daniel y durmieron juntos, pero en un momento determinado de la noche ella despertó sola en el dormitorio, cuando fue a ver dónde estaba se lo encontró en la ducha con las venas abiertas, sin sentido; aquel dantesco espectáculo le hizo desmallarse unos minutos, cuando despertó llamó primero a emergencias saliendo luego del piso para pedir ayuda desesperadamente a los vecinos.                                                        
- ¿Y el compañero de piso de tu novio?- preguntó una mujer policía                        
- No lo sé, creo que está con una amiga suya que conoció hace poco.                
- Será mejor que alguien le informe de lo ocurrido, si quieres podemos hacerlo nosotros.         
- No será necesario, creo que yo podré hacerlo, gracias- contestó Esther con lágrimas en los ojos.                                                                                                
Ella era consciente de los acontecimientos que se desarrollaban a su alrededor, impotente sus ojos enrojecidos por la pena y desesperación pedían descorazonadamente ayuda a quien supiera ver más allá de los hechos aparentemente ocurridos.                                                                                                                                                                                                                                       
Jotacé.

jueves, 20 de febrero de 2014

EL TESTAMENTO DEL PRIOR (José Segovia Contreras)

Reseña del editor

El testamento del prior es una trepidante historia, que nos traslada al interior de una comunidad monástica del siglo XIV. Apacible en apariencia, pero que verá como sus cimientos son sacudidos por la sucesión al priorato. Un testamento será el desencadenante de una lucha entre todos sus miembros, donde los valores más esenciales del hombre serán puestos a prueba. Recorre entre sus páginas los acontecimientos en los que se verán inmersos todos y cada uno de los integrantes de la orden. Mentiras, ambiciones y conjuras por hacerse con el poder. Nadie está libre del pecado, nada es lo que parece.

lunes, 17 de febrero de 2014

(H.C. 41) REUNIÓN REBELDE

A pesar de los meses transcurridos desde la desaparición del Cristóbal Colón los terrestres seguían sin enviar una nave de guerra fija para sustituirla. Los rumores decían que al Teniente Smith, único superviviente de la tripulación sería ascendido a capitán y asignado a una nave con una nueva tripulación el encargado de patrullar aquel sector del espacio. Entretanto, otros tantos cruceros de guerra terrestres se iban relevando en aquella labor.                                
Los capitanes, tanto Biraros como Moutones que se encargaban de aquella tarea, recibieron una información confidencial sobre el planeta donde había caído el Colón y decidieron reunirse para decidir cuál era la mejor forma de actuar. Los bíraros pensaban que aquello era una trampa muy clara similar a la emboscada sufrida por sus homólogos terrestres; poco importaban las indagaciones secretas llevadas a cabo por los moutones en aquella misma zona y que hablaban de un tráfico inusual de naves contra bandistas.                                   
- …¡Y sin embargo, se estuvo un tiempo patrullando esa zona, incluso se vigiló el planeta sin ningún resultado positivo!- dijo el capitán bíraro mientras un androide traducía sus graznidos al idioma moutón.                                                        
- ¡No estoy tan seguro, durante ese periodo de tiempo el contrabando de ambrosio disminuyó de forma sustancial en todos los mundos coloniales llegando casi a desaparecer y no volvió a las cuotas acostumbradas hasta que cesó la vigilancia! ¡Si es una trampa está muy bien perpetrada!                                    
- ¿Y qué sugieres que hagamos? ¿Pedir ayuda a nuestros respectivos gobiernos? No sé cómo estarán las cosas en vuestro planeta, pero en Oblarop es evidente que hay demasiada gente importante involucrada, dudo que nos concedan el apoyo necesario.                                                                                       
- Eso mismo pasa en Nirluc y probablemente la Tierra no sea una excepción, paro tal vez podamos engañarlos para llevarlos a la batalla y vengar así la infamia en la que calló el Colón y ya de paso a nuestros pilotos caídos- sugirió el mouton.                                                      
- Me gusta la idea. ¿Tienes un plan?                                                                            
- Tal vez- contestó el capitán moutón con una sonrisa en su rostro de roedor.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  
A años luz de allí en planeta mencionado, Norma salió de su nave indemne; pero los disparos hechos por los rebeldes destruyeron los sistemas de comunicaciones del caza; sabe que si quiere llegar a la ciudad y a las minas tendrá que hacerlo a pie, escondiéndose y con el riesgo de ser atrapada por nativos rebeldes.                                                                                   
A lo lejos en el camino, ve lo que cree un pequeño convoy de esclavos con destino a la ciudad amurallada, por un lado piensa en librarse de andar la mayor parte del camino, claro que también podrían ser los mismos rebeldes que la han abatido y decide vigilar a escondidas el convoy para asegurarse, si son de los suyos será más que un privilegio servir a una de sus diosas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  
Todos los miembros del convoy saben de la presencia de Hugo y Robert entre ellos, la mayoría lo sospechaban desde tiempo atrás y se postran ante los que consideran sus dioses libertadores, capaces de controlar relámpagos con sus extrañas armas mágicas y derribar a los dragones enviados por los dioses de las estrellas; ahora conocían el auténtico carácter sagrado de la misión que llevaban a cabo. Pero Hugo y Robert regresaron a su escondite en el carromato al ver acercarse de la ciudad uno de aquellos vehículos a motor que los dioses estelares proporcionaron a sus tropas. Entre los que bajan del vehículo hay uno de los generales rebeldes ahora también considerado un dios por los suyos, el jefe de la patrulla que los interceptó el día antes y la capitana Yumi Otomo convertida en más que una diosa, en un símbolo mismo para los rebeldes; al verla Hugo sale de su escondite y abraza a la mujer que durante un tiempo se convertió en su amante. También Fizo y Kira, salen de la jaula donde viajan con otros revolucionarios haciéndose pasar por escavos para saludarla.                          
- ¿Qué estás haciendo aquí? Es muy peligroso para la misión que estemos los tres juntos- dijo Robert en tono severo.                                                             
- Lo sé, pero nos encontramos cerca del final y cada vez hay más nativos sublevados ante la tiranía de los piratas y sería prudente que nos coordinásemos para que vuestra entrada en la ciudad amurallada que rodea las minas no les resulte sospechosa. Salgamos del camino y montemos un campamento lejos de miradas indiscretas.                                                                          
Una vez se alejaron lo suficiente del camino, los soldados rebeldes aprovecharon para festejar la victoria; sus líderes entre los que estaban los tres humanos hicieron sus planes.                                                                                      
- Creo que sé a qué te refieres. Si entráramos mientras vosotros fingís perseguirnos y ya de paso atacáis la ciudad nadie sospechará…                                  
- La idea es buena, pero una vez dentro estaremos solos y todavía quedará llegar a los hangares de la parte superior de las minas y robarles una o dos naves- argumentó Hugo.        
- Sí, pero a ese problema ya nos enfrentaremos llegado el momento.                  
Antes del anochecer los líderes rebeldes con su diosa al frente regresan en su vehículo a motor, donde está el grueso de las tropas.                                                      


Desde su escondite Norma escucho los planes de los náufragos espaciales convertidos en dioses y líderes de aquella resistencia y reconoció a Hugo entre ellos; la noche le daría la ocasión de vengarse por su traición en un pasado que ahora le parecía cercano.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            
Jotacé.     

jueves, 13 de febrero de 2014

EL GUARDIÁN DE LA FANTASÍA (Carlos Moreno Martín)

Dos amigos que descubren el verdadero origen de los ovnis, una historia de amor más allá de la muerte y un programa de televisión protagonizado por unos zombis desternillantes. 
Todo estoy y mucho más encontrarás en El guardián de la fantasía, la primera antología de relatos del escritor español Carlos Moreno.

lunes, 10 de febrero de 2014

(M.N. 24) CAZADORES DE VAMPIROS

Faltaba un par de horas y media para el amanecer, cuando el coche llegó a las puertas del cementerio municipal de aquella localidad francesa. Salieron del coche, Diana abrió el maletero y sacó un par de pesadas mochilas, que les pasó a Martín y a Jota. Saltaron la verja y buscaron la tumba del vampiro, un jubilado que tras morir por un ataque al corazón, volvió de la muerte para atormentar por las noches a sus parientes y vecinos, alimentándose de su sangre.                                                                                           
Por suerte Pier sabía más o menos donde estaba el nicho del difunto, lo que olvidó decirles es que estaba a una cierta altura. Ahí Jota pudo comprobar la habilidad de Diana para abrir puertas y candados, sin que se notara demasiado, para acceder al cuarto donde los enterradores y cuidadores del cementerio guardaban las herramientas. Se hicieron con unas escaleras y todo lo necesario y regresaron al lugar donde teóricamente reposaba el difunto. La única que parecía mantener los nervios a raya era Diana, que parecía haber realizado ese tipo de trabajos toda su vida. A Martín que era un poco más fuerte que Jota, le tocó subir al nicho y abrirlo con las herramientas que le pasó le pasaron sus compañeros, sacó la pesada lápida y se la dio a Jota y a Pier, que a punto estuvieron de dejarla caer, luego le tocó el turno al ataúd, que siendo menos pesado, era sin embargo más aparatoso. Lo bajaron al suelo y abrieron la tapa, a Jota le temblaban las manos. El interior estaba vacío, en ese momento sintieron un golpe a sus espaldas, vieron a Pier rebotar contra una de las paredes y de ahí al suelo inconsciente. El anciano que debía estar en la caja, les miraba con los ojos inyectados en sangre, el rostro hinchado y rojo como un tomate le da una apariencia saludable, muy alejada de la que Jota tenía por las películas. Martín sacó un crucifijo de la mochila y con manos temblorosas se acercó al vampiro, este le dio un manotazo y el símbolo religioso salió disparado chocando contra uno de los nichos.                                        
- ¡¿Creéis que eso me asusta?! En vida fui una persona muy religiosa, ¿Por qué tendría que asustarme de un Dios que ahora sé que no existe?- ante aquel acto de poder, Jota retrocedió unos pasos- ¡Sabía que vendríais! ¡No sois para tanto, podré acabar con vosotros aquí y ahora!                                                
- Cre… creía que era francés- dijo Jota, dándose cuenta de que aquel ser hablaba en perfecto castellano.                                                                                  
- “Bien sûr, la personne que je vivais était français…”- dijo en perfecto francés, para continuar en español- pero ahora también soy parte de doña Carmen, como pronto lo será su nieto. Temo que os estéis perdiendo una reunión familiar.                                                                                                                             
Ante aquella afirmación por parte del vampiro, a Jota se le formó un nudo en la garganta de pura impotencia, ignoraba como debía actuar y el terror lo tenía completamente paralizado.                                                                                          
- Los símbolos tienen el poder que cada uno quiere darles ¡Sabes que no te temo!- dijo Diana andando hacia el vampiro en tono desafiante y con las manos desnudas- ¡Regresa a tú ataúd, del que no tendrías que haber salido!              
- Brillas con un aura especial ¿Quién eres, por qué no puedo acercarme a ti?- dijo el ente en tono grave y obedeciendo a la orden que le estaban dando.       
- Solo una mujer que sabe lo que eres. Sabes que no te temo y que no permitiré que dañes a mis amigos.                                                                                       
El vampiro se tumbó en el ataúd.                                                                                     
- Dona Carmen n'avait pas aussi facile- dijo el vampiro ahora en francés, antes de cerrar los ojos.                                                                                                          
Martín le pasó a Diana una estaca y un martillo que había sacado de la bolsa y colocó la punta de la estaca en el corazón del vampiro.                                       
- Eso ya lo veremos- dijo Diana respondiéndole al vampiro a la vez que le asestaba el primer golpe sin arrugarse un momento, La sangre empezó a salir a borbotones, mientras ella seguía golpeándolo, sin que le importara mancharse. Una extraña expresión de paz se reflejó en el rostro ensangrentado del no muerto. Diana, siempre asistida por Martín, el cual le pasó un pequeño serrucho, procedió a dar fin con el ritual cortándole la cabeza y llenándole la boca con flores de ajo.                                                                                                     
Jota observaba toda la escena desde la distancia y le parecía de lo más gore que había visto nunca, la principal diferencia con respecto a las películas de genero que había visto, radicaba en que aquello era la vida real. Inevitablemente terminó vomitando en un rincón.                                                         
- ¿Estás bien? Ahora pareces tú el fantasma- dijo Martín poniéndole una mano en el hombro. Jota, pálido asintió con la cabeza.                                                         
- ¿Qué ha pasado?- dijo Pier que en ese momento se recuperaba aún dolorido y tocándose el chichón de la cabeza- ¿Ya ha terminado todo?                            
Jota y Martín fueron hacia el hombre, del que hasta ese momento parecían haberse olvidado.                                                                                                          
-¡Vamos, daos prisa que hay que recoger todo esto y limpiarlo antes de que abran el cementerio!- dijo Diana, limpiándose la sangre con toallitas húmedas que arrojaba en una bolsa de basura- ¡Menudos cazadores de vampiros estáis hechos!                                 
Guiados por la intrépida mujer, volvieron a subir el ataúd al nicho, Martín que era el más fuerte del grupo lo volvió a dejar todo como si nadie lo hubiera tocado. Jota y Pier, siempre dirigidos por Diana y con la ayuda de potentes productos de limpieza de marca desconocida, limpiaron las manchas de sangre del suelo y las paredes. Cuando se dirigieron a la salida, la luz del día empezó a inundarlo todo. Escondidos detrás de una de las paredes, vieron como los empleados y cuidadores del lugar abrían las puertas y entraban en el interior. Ellos salieron cuando lo consideraron seguro. Ya en el coche Diana abrió el maletero, se quitó la ropa que dejó en un rincón y se puso ropa limpia.                                    
Después de dejar a Pier en el hotel y recoger sus cosas se marcharon, Pier se encargaría de pagar la factura, a ellos les esperaba una tarea todavía más difícil en casa.                          
- ¿Ha… hacéis esto…lo de matar vampiros quiero decir… a menudo?- dijo Jota con cierto tono de nerviosismo en la voz y sentado en el asiento trasero del coche.                                                                                                                
- Digamos que lo he hecho unas cuantas veces ya- contestó Diana con una enigmática sonrisa al lado de Martín en el asiento del copiloto.                        
- Yo es la tercera vez y aún no me he acostumbrado.                                                   
- Lo has hecho bien Martín- dijo Diana                                                                               
- El único que no ha estado a la altura… he sido yo… me temo.                             
- Tranquilo, siempre pasa la primera vez, pero por el bien de todos, espero que la próxima vez lo hagas mejor, temo que esto solo haya sido un precalentamiento para lo que nos espera- dijo Diana.                                                                      
El resto del viaje transcurrió tranquilo y en silencio.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
Jotacé.

jueves, 6 de febrero de 2014

ASHÏA, LA NIÑA SOMALÍ (Neo Coslado)

Descripción del producto

Ashia es una niña somalí de trece años que sueña con la libertad gracias a las historias que le cuenta su abuela, Mamá Samuba, una antigua trabajadora de la embajada francesa. Sin embargo, Somalia es una tierra difícil para la mujer, y ni siquiera haber tenido la suerte de nacer en el seno de una familia liberal podrá salvar a Ashia de un destino fatal. Se trata de una novela de carácter humanista donde se proyecta la realidad de un país azotado por el hambre y la pobreza, pero, aún peor, por la corrupción y la crueldad. En un escenario tan hostil, el amor es el único bálsamo para cerrar heridas. Esta obra, impactante y conmovedora, está inspirada en unos hechos reales que dieron la vuelta al mundo. En sus páginas, el autor nos muestra cómo, una vez más, la realidad supera muchas veces la ficción. 

lunes, 3 de febrero de 2014

(H.C. 40) ESPERADO REENCUENTRO

Apenas veinte minutos permaneció Tigre inconsciente y casi tres cuartos de hora tardó en deshacerse de sus ligaduras y mordazas, más de una hora en la que Hugo pudo colarse en la nave Moutona y alejarse de la amenaza que pendía sobre su cabeza. Norma la encargada de vigilarlo, había sido drogada, tal y como se demostraría más tarde.                        
Pronto la base pirata se convirtió en un avispero de guardias de seguridad buscando al fugitivo. Sospechando que se había colado en alguna nave de las que habían salido recientemente, se dio aviso a sus tripulaciones, para que las registraran y regresaran inmediatamente a la base, tanto si lo encontraban como si no. Todas contestaron en seguida y al cabo de las horas casi todas estaban ya de regreso, menos claro está la nave mautona de la que se apoderó Hugo.                                                                                                                  
Tigre salió con un grupo de cazas tras la pista de la nave fugitiva y pronto encontraron la señal de auxilio proveniente de una de las cápsulas de salvamento, con la tripulación en su interior.
Hugo Cortes había escapado y los miembros de la tripulación se verían sometidos a un intensivo interrogatorio, como ya lo hicieran en su momento Norma, Tigre y los miembros de seguridad del hangar.                                                                                                                        
- He calculado los posibles itinerarios que ha podido seguir, desde que se hizo con la nave. ¡Saldré personalmente a capturarlo!- dijo Norma furiosa.                    
- ¡No! Daremos aviso a nuestros contactos con las autoridades para que destruyan su nave en cuanto sea localizada, y enviaremos a nuestros hombres en esos mundos para que se aseguren de que Cortés no llegue vivo al Cristóbal Colón- dijo Dios- A vosotros os necesito aquí para preparar las defensas y evacuación si eso falla.                                                  
- Creo saber a dónde se dirige y si estoy en lo cierto, tengo una deuda pendiente con él- dijo Tigre.                                                                                                         
- Ponte a la cola, yo me dejé engañar como una tonta. ¡Quiero ir con Tigre!                                                                                                                                                       
- Esta bien, aquí no sois imprescindibles. Pero esta vez procurad no fallar.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            
Si intentaba contactar con el Cristóbal Colón con el equipo de comunicaciones de aquella nave, sus enemigos interceptarían el mensaje mucho antes, localizándolo poco después, la última posibilidad que le quedaba, era ir a Océana y buscar a Marina, poniéndola muy a su pesar en peligro. El problema era entrar en el planeta, durante aquellos últimos meses como contrabandista, aprendió muchos trucos para entrar en los distintos mundos a los que iba, sin ser descubierto por las autoridades, por desgracia los mismos que le enseñaron dichos trucos, también habían puesto precio a su cabeza y probablemente ya estaban alertados de su fuga y estarían esperando la llegada de su nave de un momento a otro.                      
Cerca de una de las rutas comerciales más frecuentadas hacia el planeta, puso el automático de la nave, para estrellarla en uno de los numerosos asteroides de aquel sistema solar, subiéndose en la segunda cápsula de salvamento que disponía. En la gravedad cero del interior de la cápsula, pulsó el botón de auxilio antes de meterse en el pequeño sarcófago de hibernación.                                                                                                                       
El sueño duró menos de lo esperado, siendo sacado de su letargo por la tripulación de un crucero de placer, que se dirigía a Oceana, tal y como él deseaba. El capitán, un bíraro de gran plumaje y pico puntiagudo lo cual le hizo pensar que se trataba de una hembra, le comunicó que ya había dado aviso a las autoridades de Oceana de su rescate y que probablemente lo estarían esperando para dar cuenta de lo ocurrido.                                   
- Verá capitán, tengo un pequeño problema respecto a eso, si me lo permite le explicaré la situación en la que me encuentro…- Hugo le resumió al capitán quien era y el peligro que corría.- Ahora entregarme a las autoridades o no es asunto suyo, mi vida está en sus manos.                                                                    
- Me da demasiada responsabilidad, sabe que no puedo hacer nada.                         
- Claro que sí. En primer lugar, permítame contactar con el Cristóbal Colón desde su nave para que envíen a alguien a buscarme y luego Déjeme huir en una cápsula atmosférica antes de aterrizar.                                                   
El bíraro rió estrepitosamente.                                                                                         
- ¿Quiere que me meta en un lío?- dijo el capitán                                                         
- Créame, durante estos meses he descubierto que mis enemigos tienen contactos en todas partes, los líos en líos en los que puede meterse si me deja escapar, no son nada en comparación a los que podría meterse si sigo aquí cuando aterricemos. La historia que le he contado ya le compromete, así que puede olvidarla y dejarme escapar o entregarme con el riesgo de que mis perseguidores vengan a por usted y su tripulación después de hacerme desaparecer, yo de usted me decidiría ya, pronto llegaremos al planeta, el tiempo se acaba.                                                                                                                      
- Está bien usted gana. ¿Pero quién me garantiza que sus enemigos no vendrán a buscarnos a nosotros igualmente?                                                                               
- El hecho de que estarán demasiado ocupados buscándome a mí- dijo Hugo sonriendo y créame, soy un tipo bastante escurridizo por la cuenta que me trae.                                           
- Está bien, usted gana- dijo el bíraro con un pequeño graznido, equivalente a un suspiro humano.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
Nada más atravesar la atmósfera de Océana, una pequeña cápsula con dispositivo de planeador, salió despedida de la nave. Los mandos eran sencillos y fáciles de manejar incluso para un niño llegado el caso. La potencia de motor demasiado baja para ser detectado y Hugo había destrozado la pequeña baliza de localización. Gracias a la gran altura y a un viento favorable, a pesar de la distancia, Hugo consiguió que la cápsula planeadora, amerizara a pocos quilómetros de la isla Utópica donde sus habitantes ya le habían ayudado en otra ocasión.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             
Marina estaba en el local de su padre, cuando creyó ver entre la clientela que lo frecuentaba un rostro que le traía recuerdos de tiempos mejores, era una de las mujeres que había conocido en Utópica, la miró sonriendo y la mujer le devolvió la sonrisa en señal de reconocimiento, se acercó a ella, pero para su sorpresa la mujer se levantó y se marchó, dejando caer un trozo de papel en el suelo.                                                                                                                                                                                                                                                             
Alguien que te quiere te espera en Utópica, ven al puerto norte esta noche a las diez y no le digas a nadie a dónde vas.                                                                                                                                                                                            
Marina miró fijamente la nota y su corazón le dio un vuelco. Sin lugar a dudas era Hugo y otra vez corría peligro.                                                              
A la mañana siguiente una pequeña embarcación velera llegaba a la isla, donde la figura de Hugo aguardaba impaciente en la playa que había junto al pequeño puerto de madera. Incluso en la distancia se reconocieron y al aproximarse el velero al puerto, ella salto al encuentro de su amante.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
Jotacé.