En el piso de la capital, Martín se sentía impotente ya que Esther a la que por razones de seguridad mantenía atada en la cama en un estado de semiinconsciencia, se contorsionaba informando de todo lo que estaba aconteciendo a algunos kilómetros de allí...
Los cinco cazavampiros bajaron las escaleras precipitadamente perseguidos por los incontenibles vecinos maléficamente influenciados por doña Carmen; Diana, Jonathan y Claudia disparaban sus pistolas de dardos tranquilizantes, pero en aquella aplastante oscuridad, era casi imposible dar en el blanco. Abajo el pasillo que llevaba a los trasteros se dividía en dos y más atentos a sus perseguidores que a la oscuridad que les aguardaba al final de las escaleras, ignoraron el sonido de las puertas del ascensor abriéndose para dejar pasar a una sombra que se deslizó hacia uno de los pasillos justo antes de que ellos llegaran abajo.
- ¡Necesitamos saber en que pasillo se refugia el vampiro!- dijo Vlad
- ¡Nuestro trastero está por ahí!- gritó Jota señalando el de la izquierda.
- ¡Si pero eso ahora carece de importancia!- contestó Diana.
- Vosotros por aquel y nosotros por este - dijo Jonathan cogiendo a Claudia del brazo y arrastrándola al pasillo de la derecha.
Jota, Diana y Vlad tiraron por el de la izquierda cerrando la puerta a su espalda igual que habían hecho sus compañeros. Los vecinos se quedaron como indecisos, en ese momento doña Eulalia ya repuesta del dardo que le habían arrojado unos minutos antes gracias a la influencia de doña Carmen, empezó a bajar las escaleras entre los dos o tres vecinos caídos allí, todos la miraron abriéndole el paso, en su mano portaba un pequeño fajo de llaves.
Bajo la tenue y verdosa luz de las barras lumínicas apenas podían ver un par de metros de aquel claustrofóbico pasillo con sus puertas cerradas, Jonathan sacó dos palancas pasándole una a Claudia abrieron la primera de las ocho puertas que tenían delante, como era de esperar tan solo habían trastos viejo, pero el oír como una llave empezaba a girar en la puerta de acceso al pasillo les hizo reaccionar, Jonathan sujetó el pomo de la puerta para evitar que los de fuera entraran y Claudia buscó algo para atrancarla y ganar algo más de tiempo, luego siguieron con sus pesquisas.
En el pasillo de enfrente Vlad tubo la misma idea de atrancar la puerta.
- Empezaremos directamente por la puerta de vuestro trastero- dijo sabiendo que que tenían el tiempo en su contra.
Avanzaron poco a poco atentos a cualquier movimiento, en ese momento apareció casi de la nada doña Carmen, tan fantasmagórica como siempre.
- Bienvenidos a mi casa- dijo el fantasma en tono sarcástico.
- ¡No nos asustas demonio!- dijo Vlad andando con decisión.
En ese momento atravesando la imagen fantasmal apareció el vecino gimnasta ya totalmente recuperado del somnífero y con un gran cuchillo de cocina en la mano que clavó en el estómago de Vlad.
- ¡Noooooo!- gritó Diana apartando al hombre de un empujón.
El hombre se levantó del suelo con el cuchillo ensangrentado en la mano; doña Carmen y Sofía se dirigieron hacia Jota pegado a la pared paralizado por el terror.
Jonathan y Claudia fueron abriendo una a una todas las puertas hasta encontrar una en la que les esperaba el matrimonio de vampiros, que se abalanzaron contra ellos ávidos de sangre, pero tras el susto inicial aquellos seres fantasmagóricos eran poca cosa contra la pareja de cazavampiros.
-¡Estáis muertos volved a vuestro estado!- les ordenó Claudia.
Los dos seres cayeron al suelo con las manos en el pecho como si siempre hubieran estado así, Jonathan y Claudia sacaron sus estacas de las bolsas que portaban a la espalda y se las clavaron sin contemplaciones iniciando así el mismo rito de exorcismo que la noche anterior practicara Diana en Francia.
Los vecinos que se habían dividido en dos para abrir las puertas, ya estaban consiguieron por fin acceder al pasillo; Jonathan y Claudia se encerraron en aquel pequeño habitáculo atrancando la puerta para terminar con el rito y con la esperanza de que sus compañeros pudieran terminar pronto con su cometido.
Doña Carmen agarró a Jota por el pelo y se dispuso a absorberle la vida; Diana vio por le rabillo del ojo lo que estaba apunto de ocurrir mientras esquivaba a su contrincante que se abalanzaba sobre ella blandiendo el cuchillo jamonero.
- ¡Joder Jota reacciona!- gritó
Jota volvió a sacar el símbolo que le había dado Diana y se lo enseñó al vampiro que retrocedió junto con el de la otra mujer.
- Eso no es más que una chuchería comprada en los chinos, no nos detendrá mucho tiempo y menos a nuestros guardianes- dijeron las dos mujeres al unísono como si fueran una.
Por un instante Jota llego a dudar y ya se abalanzaban nuevamente contra él cuando alzando el objeto les ordenó que retrocedieran. La puerta del pasillo empezaba a ceder y el culturista seguía empeñado en ensartar a la escurridiza Diana con su gigantesco cuchillo, ella le soltó una patada de kárate en la mano y el arma salió disparado hacia la puerta, el hombre fue a buscarlo y cuando por fin lo cogió se encontró de frente con Diana que le clavó el último dardo tranquilizante que le quedaba, el hombre miró incrédulo el dardo clavado en su pecho, dio unos pasos hacia atrás, soltó el cuchillo y cayó aturdido al suelo; los vecinos comenzaron a abrir la puerta atorada con los objetos que habían colocado para atrancarla. A su espalda, Jota consiguió controlar su miedo y estaba haciendo retroceder a las dos mujeres vampiro que convirtiéndose en niebla se metieron por debajo de la puerta de uno de los trasteros, la chica cogió la bolsa del suelo y sacó un par de palancas antes de colgársela nuevamente en la espalda.
- ¡Ya casi están aquí tus simpáticos vecinos! ¡Venga ayúdame a abrir esa puta puerta!- ordenó dándole una de las palancas a Jota.
- Es mi trastero, tengo la llave- dijo Jota metiéndose la mano en el bolsillo.
En el interior solo encontraron el cuerpo de la chica joven tumbada en el suelo, pero al fondo había una enorme y alargada caja; Diana sacó de la bolsa dos estacas y dos pesadas mazas.
- ¡Venga, encárgate de la que está en el suelo!
Mientras Diana abría el baúl Jota apoyo tembloroso la estaca en el corazón de la joven muerta, tal y como había visto en cientos de películas, pensando que aquello solo era una pesadilla de la que despertaría en cualquier momento, la mujer abrió los ojos y alzó los brazos con la intención de cogerlo y Jota reacciono por fin golpeando con todas sus fuerzas. En el pasillo ya se oían las voces de los vecinos corriendo hacia allí.
- Estáis perdidos- dijo doña Carmen abriendo los ojos y mirando fijamente a Diana.
En la puerta ya asomaba uno de sus perseguidores con el cuchillo en la mano y dispuesto a defender a su ama.
- ¡No lo creo!- contestó Diana apretando los dientes con rabia.
Clavó la estaca en el corazón de la anciana con todas sus fuerzas, una, dos y tres veces asta tocar la madera del baúl.
Los vecinos cayeron al suelo como marionetas a las que les cortan los hilos que las mueven y la luz eléctrica regresó a todo el edificio como si siempre hubiera estado. Jota se sentó en el suelo agotado y manchado con la sangre del vampiro que le había tocado matar; Diana pasó por encima suyo corriendo hacia el pasillo donde estaba su padre muerto. Al otro lado del pasillo Jonathan y Claudia supieron que todo había terminado al ver la claridad de la luz eléctrica que salía de alguna parte, dieron al interruptor del oscuro trastero para confirmarlo y luego abrieron la puerta, al otro lado dos vecinos que se habían quedado haciendo guardia yacían inconscientes en el suelo, corrieron a ver a sus compañeros.
A kilómetros de allí Esther después de prorrumpir en un terrible grito quedó inconsciente, todo parecía haber terminado, pero Martín sabía que podía muy bien ser un truco del vampiro para que se confiara y soltara a su esclava, en ese momento sonó su móvil, era el número de Diana pero quien habló fue Jota.
- Ya está... se acabó- dijo con voz quejumbrosa.
- ¿Y Diana?¿Le ha pasado algo?
- No, ella esta bien... es Vlad, su padre.
- Lo siento...
- Dicen que avises al equipo de limpieza para ayudarnos con este desbarajuste.
Martín colgó el teléfono hizo la llamada que debía y luego desato a la chica.
Jotacé.
Me suponía que alguien de equipo moriría. Tiene sentido que sea el padre de Diana, que se comporta como la valiente que es. ¿Le tocará a Jota reconfortarla? Parece significar algo para Diana.
ResponderEliminarTodas las respuestas en próximo y último capítulo.
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