Poco
antes de que Roca decidiera emprender la caza a plena luz del día,
China y Tufo, dos de los mutantes vigías, escucharon como un
estruendo resonaba en una zona cercana a la frontera con sus rivales.
Cuando Roca les mandó llamar y ante los acontecimientos, decidieron
callar la información y ver personalmente el origen de aquel lejano
trueno. Aquellas gruesas ropas que llevaban para protegerles de la
agresiva la luz del día, hacía que les picara todo el cuerpo
haciéndoles sudar más de lo conveniente y siempre que podían se
ocultaban en el interior de algún edificio para beber en abundancia
de aquella agua contaminada la única que había, se desprendían
unos minutos de sus ropas para aliviar sus irritados cuerpos y
finalmente volvían a emprender la marcha. Apenas faltaban
unos minutos para llegar al territorio de sus enemigos y concentrados
en atravesar colgados de una liana el abismo que separaba a un
edifico de otro, China creyó escuchar algo bajo sus pies, miró
hacia abajo y vio entre las sombras un poco más allá de donde ellos
se encontraban a los supervivientes, embutidos en aquellos extraños
y ajustados trajes que les cubrían todo el cuerpo, con sus mochilas
de supervivencia y empuñando aquellos extraños palos. China agarró
del pantalón a su compañero mostrándole acto seguido su
descubrimiento, Tufo le izo señas para llegar a su destino al otro
lado de la calle y ocultarse entre las sombras.
─ Lo hemos
conseguido hermanita ─ dijo Tufo ─ busca a Roca y al resto de la
partida de caza y tráelos aquí, yo seguiré a las presas a
distancia para no perderlas de vista.
China apenas tardó
veinte minutos en encontrar a los cazadores y conducirlos hacia el
lugar donde los había visto, pero unas manzanas antes de llegar a su
objetivo, Tufo se descolgó desde una liana y pidiendo silencio a sus
compañeros, condujo a Roca asta un lugar desde donde pudo divisar a
sus presas sin ser vistos.
─ Cinco supervivientes, esto
será una buena cacería. Esta vez la carne fresca llegará para
todos ─ dijo Roca sonriendo mientras Tufo asentía sonriente.
─
Habrá que ir con cuidado, están fuertemente armados, no será
fácil.
─ ¿Armados? ¿Te refieres a esos extraños
palos que llevan en las manos?
─ No son palos, son armas
de fuego, es lo que escuchasteis anteayer y sirven para matar a
distancia, si las conseguimos podremos dominar toda la
ciudad.
Roca y Tufo regresaron con el resto de los
mutantes y Roca empezó a distribuirlos armados con piedras, palos y
redes, para que a sus presas les fuera imposible
huir.
Jotacé.
Peligrosos y además persistentes.
ResponderEliminarHay que darle emoción a la historia
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