En
estos dos libros compuestos por terroríficos microrrelatos en los
que Julián Sanchez Caramazana, con su habitual maestría, nos da un
paseo por la parte más oscura del alma humana, el lector puede verse
como víctima, como verdugo o como testigo, delos actos más crueles
y sangrientos y es que aunque dichas atrocidades puedan provenir de
entes sobrenaturales, siempre son un reflejo de nuestra parte más
recóndita, que cualquiera de nosotros puede en un momento
determinado caer en manos de un psicópata desalmado del que tenemos
más en común de lo que nos gustaría, ¿cómo si no se explica que
podamos ser todos los días testigos impasibles de las atrocidades
que nos muestran los medios de comunicación, sin que eso nos
afecte?. ¿Qué preferís ser la presa, el monstruo o un mero
espectador? Disfruten amigos del espectáculo si es que tienen
estomago para soportarlo.
Jotacé.
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