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El
pequeño robot acercó a Arturo su alargado brazo mecánico con la
bandeja repleta de suculentos alimentos y bebidas, el sol brillaba en
el cielo como antes del cataclismo. Parecía imposible pero los
habitantes de aquel paraíso lo habían conseguido. Julia salió del
lago con su imborrable sonrisa, su desnuda piel, bronceada y mojada,
brillaba con los rayos de aquel hermoso sol de verano; fue hacia él
sin dejar de sonreírle en ningún momento.
- ¿Por qué no te
bañas? El agua está deliciosa.
- Es que todo esto me parece
increíble… No se, ayer creía que estaba apunto de ser devorado
por unos mutantes y hoy… -ella se arrodilló y gateó asta él
besándole en los labios - …y todavía no se como pagaros todo
esto…
- A mi se me ocurre una manera- contestó Julia bajándole
los pantalones y dejando al aire su prominente erección.
-
¿Qué… que haces?- preguntó Arturo atónito mientras Julia
empezaba a cabalgarlo.
-
¡Ha, ha, ha! ¿A ti que te parece…?- dijo ella jadeando mientras
se movía convulsivamente-…a llegado la hora de pagar tus
deudas… La voz de la chica se volvió aguda y chillona como la
del mutante con el que se encontró el día anterior, el cielo se
oscureció transformándose en el techo de una oscura cueva, en el
que podía ver moverse a los hambrientos mutantes y los jadeos de
Julia se volvieron cada vez más intensos mientras su piel se caía a
tiras para dejar al descubierto a un horrible mutante con cara de
insecto.
- No te preocupes, no te devoraremos todavía, te
conservaremos para que alimentes a nuestros hijos- dijo entre sus
jadeos cada vez más intensos.
- ¡¿Qué?! ¡No! ¡No! ¡Noooooo…!-
de pronto notó como alguien lo zarandeaba por los hombros asta
despertar sudoroso en mitad de la pesadilla- ¡¿Qué ha
pasado?!
- ¡Tranquilo compañero! Solo es un mal sueño-
dijo un chico que con una rodilla hincada en la cama lo sujetaba por
los hombros para despertarlo.
Arturo miró al chico moreno, de poco
más de veinte años y completamente desnudo, detrás de él había
una chica, de rostro casi de niña angelical, pero con un cuerpo muy
bien formado y proporcionado, su pelo era medianamente largo y de un
castaño claro casi rubio, como su compañero también estaba
completamente desnuda, pero a ninguno de los dos parecía importarles
demasiado.
- ¡Por Dios! ¡¿Queréis poneros algo de ropa?!
¿Por cierto, quiénes sois vosotros?
- Soy Pablo, tu
compañero de casa y ella Paz, una amiga…
- Hola- saludó Paz
con la mano y sonriendo.
- Ho… hola, yo soy Arturo. ¿Oye os
importaría mucho iros a otro lado? No si podré dormir si se que
estáis… en fin ya sabéis…
- Oh, no te preocupes Arturo, en
realidad ya habíamos terminado- dijo Pablo con una amplia
sonrisa.
La pareja se fue a su lado de la habitación y se
acostaron en la cama de Pablo. Arturo se levantó, fue un momento al
baño donde comprobó que tenía una enorme erección, orinó a
trompicones, tenía la boca pastosa así que antes de volver a la
cama fue a la cocina y bebió un poco de agua. Se acostó nuevamente
pero le fue imposible volver a reconciliar el sueño.
Jotacé.
¿Cómo un sueño intenso con una hermosa mujer se convirtió en una pesadilla?
ResponderEliminarA veces los sueños mezclan los deseos con los temores creando oscuras pesadillas, eso sin contar con las cosas que le han ocurrido al personaje en unas pocas horas y los "demonios" que como veremos lleva en su interior.
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