lunes, 16 de febrero de 2015

(D.F. 35) ECOS DEL PASADO


Sus anfitriones les habían preparado un banquete en el que para asombro de los visitantes podían ver comida fresca encima de la mesa, pero esa solo era una de las muchas preguntas que se hacían, otra, tal vez la más intrigante era la relación entre Cesar y María, de eso versó la conversación durante la comida, al parecer ambos pertenecieron a la misma organización, junto con el profesor Ambros Mora, marido de María, padre de Adrián y mentor de Cesar…


 Cinco años antes de que buena parte de la población encontrara refugio en las ciudades subterráneas, creadas por disidentes de todo el mundo. Lo que ahora se conocía como el gran cataclismo ya había empezado, en forma de grandes tormentas, terremotos, contaminación de todo tipo y otro montón de catástrofes afectaban al mundo transformándolo en algo nuevo y terrorífico. La vegetación empezó a cambiar, seguida de los animales empezaron a cambiar y el ser humano que hasta entonces se había limitado a ignorar el problema ignorando a quienes trataban de advertir sobre lo que se les venía encima, mirando para otro lado y animados por gobiernos corruptos, cuya misión era mantener controlada a la mayoría mientras una minoría privilegiada se enriquecía impunemente y que tachaba de disidentes y terroristas a los que se les oponían. Cuando el pueblo se dio cuenta del gran engaño del que era víctima e intentó rebelarse, ya era tarde. 
Aquella organización disidente y secreta, a la que pertenecían nuestros protagonistas, reclutó a gente de todo el mundo, sin importar raza, posición social o credo, para intentar salvaguardar lo bueno de aquella humanidad que les había ignorado. Se prepararon para lo inevitable y para poner en práctica todo aquello, el profesor entre otros científicos, muy pocos conocían este hecho y tan solo su mujer y su hijo, apenas un niño todavía, le ayudaban en el experimento y conocían el paradero exacto del refugio. Les enseño todo lo que tenían que saber para el eficaz funcionamiento del lugar, cosas que cinco años más tarde se pondría en práctica a gran escala en las ciudades subterráneas que se estaban construyendo a gran escala y en absoluto secreto. 
 Un día reunió a un pequeño grupo de insurgentes para entrar en una gran compañía y robar materiales útiles para la ciudad, el que estaría al frente de aquel grupo era Cesar, su aventajado aprendiz. Adrián por aquel entonces apenas tenía nueve años, siguió a su padre al lugar donde se reunió con sus compañeros para planear el robo. En un momento dado uno de los del grupo se distancio del resto de sus compañeros y escondido cerca de donde estaba el niño, pero sin percatarse de su presencia llamó a la policía para alertar de lo que estaban apunto de hacer, aquel hombre era un infiltrado y confidente del la policía. El niño solo se atrevió a salir cuando el grupo ya se había ido y le contó a su padre lo que había oído. Por motivos de seguridad, ninguno de los miembros del comando llevaba consigo teléfonos móviles, la única forma de advertirles de la traición era yendo personalmente, pero antes, temiendo por la seguridad de su familia, envió al niño con su madre con el mensaje de que lo esperaran en el refugio de las alcantarillas. Aquella fue la última vez que Adrián vio a su padre en persona. Aunque años más tarde recibieron un menaje cifrado, venía del espacio exterior, donde muchos de los que habían arrastrado al mundo a aquel final, habían creado una estación espacial donde vivir a la espera de que científicos como el profesor Mora, ya fuera voluntariamente o bajo coacción, terraformaran Marte, esa fue la última vez que supieron del científico y ya habían pasado más de 20 años.


Jotacé

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias Demiurgo, la historia debía ser contada en forma de dialogo, pero se me alargaba mucho, de hecho, continúa en el próximo capítulo. Incluso creo que podría dar para una especie de precuela.

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