martes, 7 de abril de 2009

EL CREADOR

CONVERSACIÓN CON EL CREADOR Aquella mañana de sábado, Jota se levanto, más temprano de lo habitual, al menos para ser sábado. Se aseó, se vistió y se dispuso a desayunar alguna cosa. Apenas quedaba café y algunas galletas un tanto rancias, pero no tenía ganas de bajar al bar a desayunar, además, aquel día le tocaba comer en casa de sus padres. Fue en ese preciso instante, que se dio cuenta de una cosa, no recordaba nada de sus padres, ni de su familia en general, sabía que tenía dos amigos, de los que no recordaba ni su nombre ni su rostro, ni tan siquiera se recordaba apenas a si mismo. Recordaba haberse roto una pierna intentando salvar a María, su vecina de abajo, pero no estaba seguro de que aquel hecho hubiera ocurrido realmente, ya que su pierna estaba perfectamente. También recordaba haberse tomado algo con ella en un bar mientras a un chico que jugaba al billar en la mesa de al lado se le escapaba una bola de billar, y lo último que recordaba de su vida, era haber salido aquella noche solo, regresar a casa solo y masturbarse en la cama, por supuesto solo, entonces, ¿Quién era él? ¿Una especie de clon o algo así?
Sacó su carnet de identidad y miró la foto, que no le decía nada, fue hasta el cuarto de baño y se miró en el espejo. Si eran la misma persona, moreno, un metro setenta y tres de estatura y de aspecto un tanto fofo, sin llegar a estar gordo, ni muy guapo ni muy feo, en definitiva, uno más del montón. Miró su nombre: Javier Guzmán Gutiérrez y su número del DNI, el cual le fue imposible retener en la memoria. Sus padres eran Carlos Guzmán y Margarita Gutiérrez. Una vez hecho esto decidió encender el portátil y conectarse a Internet, gracias a algún vecino despistado con wifi, empezó a escribir su nombre en el buscador, pero antes de terminar de escribirlo, decidió mirar los emails, accedió a su cuenta sin saber ni su apodo ni su contraseña, de forma automática y sin planteárselo si quiera. Tenía el buzón lleno, la mayoría de ellos abiertos, a pesar de no recordar haberlos abierto, pero lo que más le llamó la atención fue que un desconocido, un tal “juank” estaba tratando de chatear con él. Tal vez ese desconocido tuviera algunas respuestas.
Jota: ¿Quién eres y que quieres?.- Escribió con ciertas dudas.
Juank: Se puede decir que soy algo así como tu creador.
Jota: Ja, ja, ja… ¿Es una broma?
Juank: No, no lo es y por cierto, el café lo tienes ya frío.
Jota miró el baso de café, que estaba sobre la mesa, ya frío como bien le había dicho Juank, luego salió al balcón y miró a los edificios de enfrente, pero no vio nada que le resultara sospechoso. Jota: Buen truco, ¿Cómo lo has hecho?

Juank: No es ningún truco. Tú para mi no eres más que una ficción y cada gesto que haces, cada pregunta que te haces yo la describo, por eso no recuerdas nada más, incluso esta conversación es totalmente ficticia… Al menos para mí.
Jota: No puedo creerte, me estás tomando el pelo.

Juank: No me crees por que yo no quiero que me creas, pero ahora mismo un montón de platillos volantes están apunto de invadir tu ciudad.

Jota: Si crees que me voy a asomar a la ventana para ver si es verdad, lo llevas claro, coleg

En ese momento, un rayo láser, atravesó la ventana destruyendo el portátil de Jota, el cual se tiró al suelo y miró incrédulo hacia el balcón, donde vio como un montón de platillos volantes que parecían sacados de una película de serie “b” comenzaban a destruir la ciudad con sus mortíferos rayos. El corazón de Jota empezó a latirle a mil por hora. Como pudo se incorporó y fue hacia la puerta, al abrirla, vio como todos los vecinos hacían lo mismo que él, intentando salir del edificio atropelladamente. Cerró la puerta bruscamente y vio que el portátil estaba intacto sobre la mesa y a través del balcón se podía ver un cielo despejado, tanto de nubes como de mortíferos platillos volates salidos de una peli de serie “b”, abrió nuevamente la puerta y comprobó que el pasillo estaba vacío y en orden. Cerró la puerta y fue nuevamente hacia el portátil, mientras se tranquilizaba del shock sufrido.
Jota: ¿Cómo coño lo has hecho?
Juank: Me he limitado ha escribirlo en el ordenador y ha ocurrido, solo para ti.
Jota: sabes que sigo sin creerte. Se me ocurre más de una explicación para todo esto.
Juank: Si, ya lo se. ¿Pero entonces por que rechazar la de que eres un personaje de ficción si es la que tienes más a mano? Al menos hasta que salga una explicación mejor.
Jota: Vale, suponiendo que sea cierto. ¿Por qué las historias que has escrito sobre mi son tan aburridas y encima no me como una rosca? La única vez que he estado a punto, ¡Me rompiste una pierna!
Juank: Eran historias cortas, como esta que estoy escribiendo. En la próxima que escriba, te prometo que echaras un polvo. Ahora eso si, la historia con María no habrá ocurrido todavía. También te digo que es posible que te metas en algún lío gracias a esa chica y luego ya veremos lo que te pasa.
Jota: ¿Y respecto a mi pasado? Juank: ¿Te gustan las historias de vampiros? Estoy pensando que en tu pasado tal vez tengas algún encontronazo con estos seres sobrenaturales. Para mi eso no pasará hasta que no lo escriba, si lo hago, para ti ya ha pasado.

Jota: Si eso es cierto, me confirmaras que soy una ficción.
Juank: Para entonces ni te lo plantearas y esto nunca habrá llegado a ocurrir, ni siquiera para ti.

Jota: ¡Ya! ¿Por cierto? ¿Qué se siente siendo Dios?
Juank: No soy Dios, de hecho soy ateo, si dios existiera no haría falta tener que creérselo. En lo que a mi respecta, tú estas más cerca de parecerte a dios que yo. Por algo los dos sois personajes ficticios.
Jota: Si claro, será que yo puedo hacer muchas cosas.

Juank: Puedes hacer todo lo yo quiera que puedas hacer, puesto que no existes, eso te convierte en indestructible, es mucho más de lo que yo en mi mundo gris y real puedo hacer.

Jota: ¿Entonces por que no lo haces? ¿Por qué no me conviertes en una especie de superhéroe?
Juank: Ya te he dicho que tengo otros planes para ti. Bueno Jota, esta conversación ya está durando demasiado.
La pantalla del ordenador se apagó sin más y en ese momento llamaron a la puerta. Eran dos chicas jóvenes y guapas, vestidas de forma provocativa, hacían una encuesta sobre las costumbres sexuales de la juventud de hoy en día, no se sabe muy bien como, terminaron los tres metidos en la cama.

Cuando Jota despertó esa mañana con las sabanas mojadas, apenas podía recordar que era lo que había soñado. Lo que si sabía es que era tan real como cualquier otra persona, podía recordar toda su vida, bueno, todo no, ¿Pero quien puede recordar toda su vida?