miércoles, 30 de junio de 2010

OM, LA MONTAÑA ROJA (Felipe Colorado Lobo)


¿Que dirías si te hablan de una escalada en Marte? ¿Qué pensarías de un mundo donde el hombre ha colonizado el espacio? ¿Qué sentirías si te aseguran que la última frontera está aún muy lejos de aquello que conoces e imaginas? Hablamos, claro está, de la novela ganadora del Premio Desnivel 2009, OM, LA MONTAÑA ROJA. Felipe Colorado nos cuenta una magnifica historia, muy bien estructurada, en la que la ficción se mezcla hábilmente con aspectos tan reales y presentes como la crítica social, las relaciones humanas, el amor y, por supuesto, la aventura. Divertida y emocionante, esperamos que conecte con todos aquellos a los que sencillamente les gusten las buenas historias bien contadas.

Diosa de papel (Martín Guevara Treviño)




Una mujer hermosa, una asesina despiadada, una enferma mental.

¿Hasta dónde puede llegar la obsesión por la belleza?

Una novela de suspenso que te atrapará. Descubre lo que rodea a una serie de asesinatos repulsivos y como una hermosa modelo está en el ojo del huracan.

¿Cómo está tu mente?

Invict-Introit (Aitor Lobato)



Un nuevo Mesías es la única esperanza para traer el orden a la Galaxia Conocida. Dejando lo que más aman al filo de las espadas de sus enemigos, Husheyéz y Méils se lanzan a las estrellas en una desesperada búsqueda espiritual a ciegas. Sus únicas armas son la pureza de sus corazones frente a peligros del espacio y ataques de bárbaros y bandidos. Pero su anhelo es muy caro de alcanzar, cuesta el sacrificio de sus vidas.

lunes, 21 de junio de 2010

INOCENCIA MUERTA (Ferran Noguera)


Fernando Noguera Medel

Todo vale como excusa para
narrar ocho historias de suspense donde diferentes
personajes viven la amargura de creer que la
muerte es la única solución para salir de la
desesperación que están sufriendo.

martes, 15 de junio de 2010

LA CHICA DE VENUS




Sinopsis
Ulises Guzmán, trabaja en una empresa de componentes para naves espaciales en una de las colonias de Venus. Un día le conceden un ascenso, junto con un traslado a la Tierra, el lugar al que todos desean regresar. Una semana antes de emprender el viaje, recibe una llamada del dueño de la empresa en la que trabaja. Este le pide que durante el viaje a la Tierra acompañe a su prometida, una chica un poco más joven que Ulises que se llama Minerva, sobrina de otro importante empresario. El día que Ulises y Minerva se conocen, unos hombres enviados por una mercenaria, intentan secuestrar a la chica. Desde entonces, todo el viaje hasta la Tierra, estará plagado de incidentes y de intentos de secuestro.

LIBROS... LIBROS... LIBROS...

Apartir de ahora, no solo me limitaré a publicar mis historias, que seguirán apareciendo una vez al mes. Entre historia e historia, pondré mi blog ha disposición de todo aquel que quiera hacer publicidad de sus propios libros, para ello solo tendrá que dejarme un mensage en susodicho blog. en el foro de bubok o en Facebok. la condición será enviar la portada y la sinopsis. A los que se hagan seguidores tendran además la portada en el lateral del blog, como está la portada de mi libro y a ser posible un enlace con la página web del libro si es que la tubiera.

J.C.

viernes, 11 de junio de 2010

Pesadilla en serie Z (R.F.10)


La luz blanca que había atrapado a John Charles, se convirtió en una sala del mismo color. Sin llegar a pisar el suelo, unos fríos y metálicos tentáculos cogieron a John de brazos y piernas. Un haz de color rojo pareció escasearlo mientras dos seres amorfos, de casi tres metros de altura, con el color de la piel gris y ojos saltones lo observaban con curiosidad, hablando en un idioma totalmente incomprensible para nuestro héroe. En ese momento, todo empezó a temblar y los dos seres se perdieron detrás de una puerta invisible. De alguna parte empezó a salir humo y los tentáculos soltaron a John, dejándolo caer en el suelo. Junto a él, cayó de la nada uno de los seres de antes, atacado por una horda de hombrecillos armados. John alzó las manos para protegerse el rostro. Uno de los hombrecillos que llevaba un arma que parecía un bazoca, apuntó a John y disparó, dejando a John inconsciente.
Cuando despertó, llevaba unas cadenas en los pies, lo suficientemente largas para poder andar con pasos muy cortos, las manos atadas a la espalda y una cadena atada al cuello con la que aquellos seres le hacían andar como si de un animal se tratara, lo llevaron a una sala, donde había una inmensa mujer de unos dos metros y medio de estatura, desnuda a excepción de los colgantes, anillos y una corona, todo ello de oro, también llevaba una capa tan dorada como sus adornos y alrededor de sus seis pechos, (si digo seis pechos), tenía enormes anillos dorados. Detrás del trono donde se encontraba sentada, podían verse las estrellas.
A una orden de aquella extraña mujer, los hombrecillos le bajaron los pantalones y los calzoncillos, la mujer se acercó y se inclinó para mirar el miembro de John. Dio órdenes a los hombrecillos en el extraño dialecto que hablaban. Los hombrecillos, desnudaron a John, lo ataron con los brazos en cruz a una especie de cama y después de lavarlo concienzudamente le hicieron tomar una especie de pastilla que le produjo una enorme erección. Los hombrecillos se fueron dejando solos a John y a aquella mujer que parecía su reina. La monstruosa mujer empezó a lamer el cuerpo de John, introduciendo el pene de este en su vagina mientras se movía convulsivamente. No sabía que extraña droga le habían dado, pero llego a eyacular cinco veces, y la mujer seguía en plena forma. Tras la sexta eyaculación, la mandíbula de la mujer abrió la boca, de tal forma que parecía desencajar su mandíbula y todavía la abrió más enseñando unos afilados dientes que se acercaban cada vez más a su cabeza y cuando parecía que estaba apunto de devorarlo vivo, la cabeza de la mujer estalló en mil pedazos sanguinolentos y el pobre John perdió el conocimiento.
Cuando despertó, vio el rostro metálico de un robot.
— Mi nombre es 624 R. R de robot y nuestra labor es preservar la vida humana a toda costa. —. ¿Y quienes eran los que me atacaron?— Pregunto John.
—. Eran humanos, igual que tú, pero mutantes del siglo 31, mutantes, los de menor estatura eran soldados, encargados de encontrar a un humano normal para que fecunde a su reina, mientras lo hacías ella se te iba a comer vivo. Por suerte nuestras tropas llegaron a tiempo.
—. ¿Pero, si consideráis humanos a los mutantes, como podéis matarlos?
—. Nuestro ejercito, del que pronto formarás parte, no es completamente robótico. Solo a medias. El cerebro por ejemplo, es completamente humano.
—. ¡Un momento! ¡¿Has dicho que pronto formaré parte de vuestro ejercitó?!— Dijo John Charles sobresaltado.
En ese momento, entro una criatura medio humana medio robot.
—. ¿Está listo para entrar en acción nuestro nuevo soldado?
John Charles intuyendo lo que pretendían hacerle, aprovechó el descuido del robot para saltar de la camilla en la que estaba acostado, empujó al ciborg que acababa de entrar y salió corriendo por el pasillo. Por suerte para John, al caer, el ciborg se golpeó contra el marco de la puerta, rompiéndose uno de los circuitos vitales. El robot, más preocupado en salvar vidas humanas o medio humanas que en perseguir fugitivos, se inclinó sobre el herido sin tan siquiera dar la alarma.
Durante la huida, todo empezó a moverse estrepitosamente, al asomarse por una esclusa, vio como un montón de cazas enemigos ataban la estación espacial donde resulta que se encontraba. El pasillo se llenó de robots y cibogs corriendo de un lado a otro, mientras en el espacio, los cazas ciborgs salían para defender a la estación espacial y se enzarzaban en una autentica batalla. Un robot se paró ante John Charles.
—. Por favor, señor humano, debe ponerse a salvo por el bien de su especie.
Sin esperar a que el robot le avisara por segunda vez o quisiera convertirlo en un ciborg, continuo su huida y sin pensárselo dos veces se metió en una puerta abierta que pertenecía a un laboratorio en el cual en el momento del ataque, estaban probando una maquina que podía viajar a dimensiones paralelas. Los borgs y los robots se habían dejado la maquina encendida y John sin saber de que se trataba entró dentro para esconderse. La maquina se puso en funcionamiento y en un momento se encontró en una dimensión paralela, o lo que es lo mismo en otro futuro alternativo, justo a tiempo, ya que en ese momento los mutantes, alienígenas, o quienquiera que atacase a los ciborgs, conseguían su objetivo de destruir la estación espacial, cerrando el portal dimensional tras John Charles. Ahora ante el había un futuro desolador. La tierra había sucumbido ante algún tipo de cataclismo, pero de eso hacía muchos siglos. De la civilización tal como la había conocido John no quedaban más que ruinas ocultas entre las arenas del desierto y la nueva y selvática vegetación. Pero no todo estaba perdido, algunos humanos se habían salvado, humanos que vivían casi en la edad de piedra y que al ver salir a John de la nada, lo trataron como a un dios, ofreciéndole un gran banquete con la cabeza de un ser que parecía prehistórico. Pero la fiesta duró poco, ya que la luz de las hoguera a media noche y el ruido de los tambores, les impidió oír otro ruido ensordecedor, hasta que casi lo tuvieron en cima, el sonido de un cuerno les hizo huir a todos en estampida y vehículos motorizados surgieron casi de la nada, cazando a seres humanos con dardos tranquilizantes, como si fueran animales. John corrió por su vida, al igual que aquellos trogloditas, hasta que un tipo vestido con ropas de finales del siglo XIX, le hizo señas para que se escondiera donde estaba él. En el interior de una de las antiguas ruinas. Desde allí vieron como aquellos seres motorizados, que parecían simios encerraban a los trogloditas en jaulas y acampaban para pasar la noche, una larga noche que John y su salvador pasaron en silencio, hasta que por fin, al amanecer del día siguiente, los simios se fueron, llevándose a una gran parte de los trogloditas.
— ¿Qué eran esos seres, simios?.— Preguntó John.
— Los seres de esta época los llaman morlocks, la mayoría de ellos viven bajo tierra, hará un par de siglos que salieron a la superficie. Pero dígame, ¿usted no es de esta época, verdad?
— No, soy del siglo veintiuno, pero fui abducido por unos alienigenas y…
John le contó sus increíbles peripecias al viajero temporal, el cual se ofreció para llevarlo de vuelta a su época en su maquina del tiempo.
El viajero temporal lo dejó en un oscuro callejón, para que nadie viera su máquina, e inmediatamente desapareció en el tiempo. No se sabe si regresó a su época o volvió al futuro para liberar a los trogloditas. En cuanto a John Charles, todavía le esperaba una buena sorpresa, ya que cuando salió del callejón, vio que los coches volaban, y que los edificios eran más altos de lo que nunca hubiera imaginado. En cuanto vio en un letrero fosforescente la fecha, supo lo que le había pasado, el viajero se había equivocado de fecha y en vez de dejarle al principios del siglo XXI, le había dejado a finales. La mayoría de la gente normal, se quedaba en sus casas conectadas a una realidad virtual generada por ordenador y eran sus clones, unos clones perfectos los que se dedicaban a vivir las vidas de los seres a los que duplicaban, con mucha resignación, claro que tampoco es que hubiera mucho que hacer, ya que habían robots que se dedicaban hacer todo el trabajo sucio. Los niños eran creados en matrices artificiales para que las madres no tuvieran que padecer los trastornos del embarazo. Pero no todo el mundo quería vivir en esos mundos artificiales generados por ordenador, para ellos habían numerosos entretenimientos, entre los cuales estaba el viaje temporal para conocer la historia, oportunidad que aprovechó John Charles para regresar a su tiempo, exactamente un día antes de emprender su viaje en coche. Esperó pacientemente escondido tras un callejón cercano ha su casa para verse a si mismo emprender viaje. Podía haberse advertido a si mismo de todo lo que le iba ocurrir, pero entonces. ¿Qué hubiera pasado? ¿Habría desaparecido “él” o el otro “él”? ¿Habrían coexistido los dos John Charles creando una paradoja temporal? Prefirió dejar que todo siguiera su curso y regresó a su casa, esperando que pasaran un par de horas para denunciar el robo de su coche y avisar a la gente que le esperaba de que llegaría con bastante retraso…
¿FIN…?