lunes, 28 de septiembre de 2015

2º CERTAMEN DE RELATO CORTO SKALIBUR


Como el año pasado, los amigos de la librería Skalibur celebran su certamen de relatos cortos fantásticos y aunque este año no estoy en el jurado, os animo a participar.
En el siguiente enlace podréis encontrar las bases del concurso.
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=skalibur%20rubi&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CDAQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.skalibur.es%2F&ei=peReUbyNG5SUhQf-qIGAAQ&usg=AFQjCNGG4TFEqo0g_cs2ZOoUk3Bi2-gazw

¡¡¡ESCRIBID MALDITOS, ESCRIBID!!!

sábado, 25 de julio de 2015

CAMBIOS // Morcheeba - Woman lose weight


Como podéis ver sigo sin ninguna publicación significativa en el blog, he cambiado la foto de portada y algunos enlaces. Quiero también escribir algún relato corto, tal vez promocione algún libro de algún amigo o haga alguna reseña de libro o película. Cuando tenga uno o dos de esos relatos ya escritos, también corregidos y tal vez en busca de editorial me anime con otra novelita o continúe alguna de las que ya tengo escritas, todo se verá. Entre tanto sigo muy activo en el Facebook, donde semanalmente estoy publicando la primera historia larga que ya publicara aquí titulada Relaciones Fatales, para facilitar su difusión en caso de que por fin pueda ser publicada, tenéis el enlace en la barra derecha del blog y transcurre después de Misterios Nocturnos, aquella aventura de Jota con vampiros, a continuación pondré la sinopsis, si todavía no la habéis leído os animo a que os paséis por susodicha página.  

SINOPSIS                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    

Cuando Mónica descubre los negocios sucios, a los que se dedica su novio Ramón, decide abandonarlo, llevándose consigo el dinero de uno de los turbios negocios de él. Se refugia en una de las ciudades satélites de la capital. En su nueva residencia, tiene extrañas pesadillas que la debilitan anímicamente, ella las achaca al miedo por ser descubierta.                                                                                                                                   
Con la ayuda de uno de sus compinches, Ramón logra dar con ella, pero por una equivocación se mete en el piso de Jota, uno de los nuevos vecinos de Mónica, que interviene, logrando evitar el intento de  secuestro y provocando la detención de Ramón, pero rompiéndose una pierna por una mala caída.                  
Temiendo que Ramón hable más de la cuenta, su jefe envía a sus sicarios para que amenacen a Mónica y quite la denuncia. Pero cuando este sale de prisión, este es asesinado a manos de uno de sus mejores amigos, él cual se quita la vida esa misma noche.                                                                                                                                                     
A pesar de la desaparición de Ramón, las pesadillas continúan, entretanto conoce a Luís, un adinerado empresario. Encaprichado por ella la agasaja y termina por seducirla, pero cuando Jota, su vecino regresa de su convalecencia en casa de sus padres, ella agradecida lo termina invitando a cenar, provocando los celos de su nuevo novio.           Luis amenaza a Jota con provocar su despido en su trabajo si se acerca demasiado a Mónica, ella al ver como Jota intenta esquivarla, lo acorrala y termina sonsacándole la verdad. Esa noche recibe la llamada de un familiar que tenido un accidente en la capital y Jota la acompaña al hospital. Allí Jota se reencuentra a un viejo amigo, Daniel que murió años atrás y ahora convertido en un espectral vampiro se alimenta de otros seres humanos y que es el causante de las pesadillas de Mónica.                                                                                 
Al regresar del hospital Mónica, deprimida, le pide a Jota su compañía esa noche. A la mañana siguiente son sorprendidos por Luis, él cual confiesa ser el jefe del desaparecido Ramón, el autentico responsable de su muerte y sintiéndose traicionado por Mónica promete vengarse de los dos.                                                                                                          
Luis manda a sus sicarios secuestrar a Mónica con la intención de venderla a un proxeneta ruso y también asesinar a Jota, pero este temiendo las represalias de Luis, invoca a Daniel para pedirle ayuda y poder rescatar a Mónica.

P.D.

Que tengáis unas felices vacaciones.

Jotacé.



viernes, 13 de marzo de 2015

(D.F. 39) AMARGO ADIOS


Julia, deseaba salir del refugio, regresar a la ciudad subterránea y volver a ver a su familia, el tiempo que pasaba en el refugio se le hacía eterno. Para Adrián en cambio, aquellas últimas horas en el que había sido su hogar, durante la mayor parte de su vida, que además debía enseñarle a Roma como funcionaba todo en el refugio y ayudar a los demás con los preparativos, apenas encontraba tiempo para conocer a Casandra, por la que se sentía muy atraído y mucho menos para pasarlo con su madre ya que a lo mejor era la última vez que pasaban juntos. Allí había todo lo necesario para el regreso, provisiones, armas y en una de las salidas que daba a un pequeño embarcadero subterráneo habían amarradas dos embarcaciones, una de la cuales usarían para salir de allí despistando eficazmente a los mutantes que pudieran seguir buscándolos en la superficie. Pronto lo tuvieron todo listo para la partida y llegó la terrible hora de las despedidas. Todos le habían cogido mucho cariño a la pequeña Pétalo y también a su madre, sin la cual posiblemente ya estarían muertos o seguirían en manos de los mutantes.
 ─ Quiero que sepas que siento mucho la muerte de tu hijo, que culpas a los míos de su muerte, así que te pido disculpas por todo lo que has pasado ─ le dijo Roma a Julia.
 ─ Los tuyos le tenían reservado un destino peor que la muerte y con sus heridas no se si habría llegado asta aquí. En cualquier caso al final fue él el que decidió su propia muerte. En eso no tuviste nada que ver y no tengo nada que perdonarte, más bien al contrario, gracias a ti aún tengo una oportunidad de regresar con los míos.
 Las dos mujeres se abrazaron.
 ─ ¿Estáis seguras de no querer venir con nosotros? Aún estáis a tiempo de cambiar de opinión ─ preguntó Cesar a Roma y a María que afirmaron con la cabeza rechazando así la oferta del líder de la expedición 
─ de todas maneras sabiendo de este lugar, en cuanto pueda organizaré otra expedición para ver como van las cosas por aquí.
 Primero Roma y luego María abrazaron al hombre para despedirlo, también Pétalo se echó a sus brazos, Cesar le había dado a la niña una seguridad que nunca antes sintió. Julia le agradeció a la señora María toda hospitalidad, que les habían ofrecido, gracias a ella se desahogó por la perdida de su hijo. Luego fue el turno de Casandra, se despidió de Roma, de su hija y de María.
 ─ Hazme un favor querida y cuida de mi hijo ─ le pidió la anciana a la joven mientras la abrazaba haciéndola sonrojar.
 Pero si hubo una adiós especialmente emotivo fue la de Adrián con su madre, al pobre se le formo un nudo en la garganta que apenas le permitió hablar.
 ─ Te quiero mama y… ¡Ejem…! Volveré en cuanto pueda.
 ─ No te preocupes por mi y vive tu vida, hijo, vive tu vida.
 Las cámaras que daban al embarcadero señalaban que todo estaba despajado, en el exterior llovía pero sabían que la lluvia cesaría poco antes de que salieran con la embarcación. Cerraron la puerta que daba al refugio dejando a las dos mujeres en el interior, se pusieron sus máscaras y abrieron la compuerta que daba a los pasadizos que comunicaban con el exterior y más concretamente con el embarcadero. 
Las fétidas aguas del río estaban infestadas de insectos, sobre todo mosquitos, por suerte sus trajes los protegían de tan insidiosas criaturas. Los expedicionarios, ahora dos hombres y dos mujeres, entraron en la embarcación ya cargada con las provisiones. Cuando la lluvia cesó del todo, Adrián puso el motor en marcha y salieron por fin al exterior.

 Jotacé.

viernes, 6 de marzo de 2015

(D.F.38) PLANES INMEDIATOS


 ─ Adrián os ayudará a llegar al refugio del que vino vuestro compañero y a regresar a vuestra ciudad subterránea ─ les explicó María
 ─ Eso es estupendo ─ exclamó Casandra mirando a Adrián.
 El chico se sonrojó y la anciana sonrió al ver la reacción de su hijo.
 ─ ¿Pero, que hay de ti María? Sería conveniente que vinieras con nosotros ─ dijo Cesar sospechando la respuesta.
 ─ ¡Es lo mismo que opino yo! ─ Exclamó Adrián.
 ─ Los dos sabéis que estoy demasiado mayor para salir de aquí.
 ─ Yo y mi hija nos quedaremos con ella ─ intervino ahora Roma.
 ─ Ese no era nuestro trato, allí hay médicos que podrían ayudaros.
 ─ Yo solo quería un lugar donde criar a Pétalo a salvo de los salvajes de la superficie, por mi parte ya has cumplido tu parte del trato. ¿Puedes asegurarnos acaso que podamos ser curadas y tratadas como al resto de los habitantes de vuestra ciudad? 
 ─ Siempre se puede intentar ─ contestó el hombre.
 ─ Aunque así fuera a lo mejor somos nosotras las que no nos adaptaríamos. No, no arriesgaré más la vida de mi hija cuando ya he encontrado un lugar seguro, si es que la señora María nos acepta con ella.
 ─ Claro que sí ─ dijo la anciana acariciando la cabeza de la niña.
 ─ Solo hay un último favor que quiero pedirte a ti y a tus compañeros ─ continuó Roma. 
 ─ Tú dirás.
 ─ Tiempo, solo uno o dos días asta que aprendamos el funcionamiento de este sitio. El joven puede ser un buen maestro y los mutantes de ahí afuera os darán por muertos y dejarán de buscaros.
 ─ ¿Pero, qué hay de Arturo? ¡Puede que siga vivo ahí afuera y necesite nuestra ayuda! ¡Yo ya he perdido a uno de mis hijos y perder a alguien más…! ─ Se lamentó Julia.
 ─ Es posible que muriera antes que Pablo o que regresara a su refugio donde ya estará a salvo con su hermana, si hay otras posibilidades, el buscarlo ahí afuera sería como buscar una aguja en un pajar, sin contar con los riesgos que eso conllevaría. Nuestra misión ahora es para su hermana. Si sigue en el refugio, sabemos donde está y tenemos los códigos de acceso. Si ha conseguido llegar allí mejor para él. Julia miró al resto de los expedicionarios buscando apoyo, finalmente Casandra la cogió del hombro comprensiva.
 ─ Cariño, ahora mismo esta es la mejor opción para regresar. Tú ya has perdido demasiado en esta misión y en casa tienes familia que te espera.
 El cansancio y la desesperación hicieron mella en Julia y terminó echándose a llorar por todos lo acontecimientos vividos en las últimas horas.
 ─ Vamos cielo, acompáñame a la cocina, te prepararé algo caliente que te reconforte ─ dijo María yendo hacia Julia. 
 Mientras le preparaba una infusión, la anciana le pidió a Julia que le hablara de su familia, que le contara como era su vida en la ciudad; Julia le habló de Damián el hombre de su vida, de los dos hijos que tenían en común, Lucas y Laia y sobre todo de su primogénito perdido Pablo, fruto de una relación anterior; rememoró como había perdido la vida en los túneles y lloró, lloró asta que prácticamente se le secaron los ojos. Cuando termino la infusión, la anciana la acompañó hasta su habitación, donde calló por fin rendida en un profundo y reparador sueño del que despertaría unas cuantas horas más tarde, con más ánimos y fuerzas renovadas.

 Jotacé.

sábado, 28 de febrero de 2015

(D.F. 37) UNA DIFÍCIL DECISIÓN


Cesar fue el primero en levantarse y se puso a explorar el refugio, formado por los pasillos subterráneos aislados y readaptados del viejo alcantarillado. Durante su exploración se encontró con Adrián, empezando sus tareas diarias y se ofreció a guiarlo a cambio de ayuda. 
 Tres grandes generadores aportaban energía a las distintas secciones del refugio, aunque disponían de otros tres para casos de emergencia. 
 Aparte de las tres salas donde habían estado; había otro dormitorio, con una inmensa cama donde María seguía durmiendo y que disponía de un gran armario con toda clase de ropa, también al igual que el dormitorio donde ellos descansaron había un lavabo donde asearse. En otra sala-pasillo había una pequeña cocina, seguida de una inmensa despensa con provisiones para varias generaciones, dividida en secciones, una para la comida fresca, otra para las conservas y una tercera que servía de bodega. En otros dos pasillos había un inmenso huerto, iluminado por reflectores especiales que imitaban la luz del sol y donde incluso se podían encontrar algunos pequeños árboles frutales, que proveían al refugio tanto de fruta y verduras frescas, como de purificador natural de aire. Otros dos grandes pasillos servían de granja y se podían encontrar algunos animales de corral, una familia de cabras que proveían de leche y según como se terciara todo de carne fresca, también había pollos, gallinas y algún que otro cerdo, aunque Adrián le dijo que antaño hubieron más. También había otras dos entradas con varias salidas al exterior como aquella por que habían accedido, con pantallas de televisión por las que se veían las diversas salidas, una de ellas daba a una sección totalmente inundada que llegaba directamente al río y donde podían verse un par de embarcaciones. Durante la visita, Cesar le contó a Adrián, como encontraron en el transcurso de una expedición anterior a Arturo, su compañero perdido, de cómo este les había hablado de una compañera abandonada en el refugio del que venía y de la misión de rescate que les llevó allí. 
 Al terminar, tanto María como los expedicionarios ya se habían levantado, Julia y Casandra, ya le habían contado todo lo concerniente a aquella misión de rescate.
 Tras el desayuno, María llevo a su hijo a un lugar apartado, tenía que discutir algo importante con él. Roma que acompañó a su hija al baño, sin querer escucho la conversación entre la anciana y su hijo. Su hija quiso decirle algo, pero ella la hizo callar poniéndose el índice en el labio. 
 ─ Debes ayudarlos a encontrar a esos supervivientes, acompañarlos a su ciudad y una vez allí…
 ─ ¿Sí? 
 ─ No vuelvas ─ dijo la mujer con voz ronca y lágrimas en los ojos.
 ─ ¡¿Qué?! ─ preguntó Adrián incrédulo cogiendo a su madre por los hombros.
 ─ Ya me has oído… ─ la anciana carraspeó ─ A mí ya no me queda mucho tiempo de vida y aquí, no hay futuro para ti. Además he visto como mirabas a esa chica y ella a ti ─ concluyó María con una sonrisa en los labios y acariciando el rostro de su hijo.
 ─ Aún así… No puedo dejarte aquí sola. Yo… lo siento pero no puedo. No me pidas eso, por favor.
 ─ No tiene por que estar sola ─ les interrumpió Roma ─ Yo y mi hija cuidaremos de tu madre. 
 María y Adrián miraron sorprendidos a la mujer mutante.
 ─ Pero… ¡Todo esto es una locura! ─ consiguió decir por fin Adrián En ese momento entraron Cesar y las dos mujeres intrigados por la tardanza del resto.
 ─ ¿Qué es lo que ocurre? ─ preguntó Julia.

 Jotacé.

domingo, 22 de febrero de 2015

(D.F. 36) REVELACIONES


 ─ Ambros apenas llegó un par de minutos antes que las autoridades, nos detuvieron a todos, incluido a él. Pero los conocimientos de Ambros, les interesaban demasiado a las autoridades y le obligaron a hacer un trato a cambio de respetar nuestras vidas… lo siento ─ empezó a relatar Cesar mirando con cierta tristeza a María y a Adrián. ─ Por suerte para mi, nosotros también teníamos gente infiltrada y simpatizantes en aquel sistema corrupto y mi estancia en prisión fue corta. A todos los que detuvieron nos apartaron del proyecto de la ciudad subterránea por seguridad, así que traté de dar con Ambros, pero a él lo tenían aislado para obligarle a trabajar para el sistema; también traté de dar con vosotros pero parecía que se os había tragado la tierra… quien me iba a decir que literalmente hablando ─ dijo con una triste sonrisa. ─ Cuando finalmente me di por vencido, mi prioridad fue la de desenmascarar al traidor. Lo descubrí, pero a veces las cosas no son lo que parecen… ─ antes de continuar, Cesar con expresión seria desvió su mirada a Casandra ─… Un amigo perdió la vida, salvando la mía, ese hombre era tú padre Cas… que te encontrara y te adoptara como si fueras mi propia hija no fue casualidad… 
─…Pe… pero mi padre… había muerto antes de que yo naciera, eso es lo que me dijeron en el orfanato… ─ dijo un tanto afectada Casandra.
─ No, tu madre murió enferma por no poder recibir el tratamiento adecuado a su enfermedad y tu padre se unió a nuestra organización… pero lo descubrieron y le obligaron a colaborar con el mismo sistema contra el que luchaba usándote a ti para coaccionarlo…
─ Pero entonces…
─ Tú no tienes la culpa de nada, te utilizaron sin que fueras consciente, igual que usaron a tu padre… él siempre trató de dar evasivas o información de poca importancia, hasta que lo presionaron y se vio obligado a traicionarnos… pero como ya te dije antes, terminó redimiéndose… El resto ya es historia. 
Cuando Cesar terminó de contar su relato, todos permanecieron en silencio ante aquellas revelaciones. Casandra se sentía especialmente afectada y su mentor la abrazó por los hombres para reconfortarla. Adrián había mirado fascinado a Casandra y sintió cierta envidia ante el gesto de cariño por parte de Cesar, por un momento entre las lágrimas, Casandra le devolvió la mirada a Adrián, que volvió la cabeza un tanto avergonzado.
─ Hay hombres que vienen del espacio para dar caza a los mutantes, ya sean mutantes humanos o animales, yo los he visto… ─ dijo Roma rompiendo el silencio que se había creado ─ Por eso los mutantes odian a todos los hombres normales y no dudan en daros caza, cuando aparece algún superviviente entre las ruinas 
─ todos la miraron fascinados ante aquella nueva revelación ─. Mi hija y yo estamos cansadas, si pudiéramos… ─ Todos lo estamos querida. Adrián prepara las camas. Mañana nos contarán como han llegado hasta aquí y por qué.
─ Es una misión de rescate, pero… tienes razón, llevamos unos días muy intensos y todos necesitamos descansar ─ afirmó Cesar levantándose de la mesa.
 Adrián condujo a los visitantes a una estancia con cuatro literas, así que roma tuvo que dormir con su hija, cuando el joven regresó con su madre, esta le pidió que pusiera un poco de música suave, algo que ayudara a sus visitantes a dormir y descansar durante algunas horas, luego revisó algunas cosas del refugio antes de ir él mismo a descansar.

 Jotacé.

lunes, 16 de febrero de 2015

(D.F. 35) ECOS DEL PASADO


Sus anfitriones les habían preparado un banquete en el que para asombro de los visitantes podían ver comida fresca encima de la mesa, pero esa solo era una de las muchas preguntas que se hacían, otra, tal vez la más intrigante era la relación entre Cesar y María, de eso versó la conversación durante la comida, al parecer ambos pertenecieron a la misma organización, junto con el profesor Ambros Mora, marido de María, padre de Adrián y mentor de Cesar…


 Cinco años antes de que buena parte de la población encontrara refugio en las ciudades subterráneas, creadas por disidentes de todo el mundo. Lo que ahora se conocía como el gran cataclismo ya había empezado, en forma de grandes tormentas, terremotos, contaminación de todo tipo y otro montón de catástrofes afectaban al mundo transformándolo en algo nuevo y terrorífico. La vegetación empezó a cambiar, seguida de los animales empezaron a cambiar y el ser humano que hasta entonces se había limitado a ignorar el problema ignorando a quienes trataban de advertir sobre lo que se les venía encima, mirando para otro lado y animados por gobiernos corruptos, cuya misión era mantener controlada a la mayoría mientras una minoría privilegiada se enriquecía impunemente y que tachaba de disidentes y terroristas a los que se les oponían. Cuando el pueblo se dio cuenta del gran engaño del que era víctima e intentó rebelarse, ya era tarde. 
Aquella organización disidente y secreta, a la que pertenecían nuestros protagonistas, reclutó a gente de todo el mundo, sin importar raza, posición social o credo, para intentar salvaguardar lo bueno de aquella humanidad que les había ignorado. Se prepararon para lo inevitable y para poner en práctica todo aquello, el profesor entre otros científicos, muy pocos conocían este hecho y tan solo su mujer y su hijo, apenas un niño todavía, le ayudaban en el experimento y conocían el paradero exacto del refugio. Les enseño todo lo que tenían que saber para el eficaz funcionamiento del lugar, cosas que cinco años más tarde se pondría en práctica a gran escala en las ciudades subterráneas que se estaban construyendo a gran escala y en absoluto secreto. 
 Un día reunió a un pequeño grupo de insurgentes para entrar en una gran compañía y robar materiales útiles para la ciudad, el que estaría al frente de aquel grupo era Cesar, su aventajado aprendiz. Adrián por aquel entonces apenas tenía nueve años, siguió a su padre al lugar donde se reunió con sus compañeros para planear el robo. En un momento dado uno de los del grupo se distancio del resto de sus compañeros y escondido cerca de donde estaba el niño, pero sin percatarse de su presencia llamó a la policía para alertar de lo que estaban apunto de hacer, aquel hombre era un infiltrado y confidente del la policía. El niño solo se atrevió a salir cuando el grupo ya se había ido y le contó a su padre lo que había oído. Por motivos de seguridad, ninguno de los miembros del comando llevaba consigo teléfonos móviles, la única forma de advertirles de la traición era yendo personalmente, pero antes, temiendo por la seguridad de su familia, envió al niño con su madre con el mensaje de que lo esperaran en el refugio de las alcantarillas. Aquella fue la última vez que Adrián vio a su padre en persona. Aunque años más tarde recibieron un menaje cifrado, venía del espacio exterior, donde muchos de los que habían arrastrado al mundo a aquel final, habían creado una estación espacial donde vivir a la espera de que científicos como el profesor Mora, ya fuera voluntariamente o bajo coacción, terraformaran Marte, esa fue la última vez que supieron del científico y ya habían pasado más de 20 años.


Jotacé

sábado, 14 de febrero de 2015

SIN PROMOCIONES




http://www.ivoox.com/4076010


Esta semana no hay promoción, se acabaron de momento las promociones. Si alguien me pide que le promocione su novela lo haré encantado, como siempre, pero se tiene que dar una de estas tres condiciones, la primera, que me lo pida alguien explícitamente, la segunda que saque algún amigo con la que tenga confianza y la tercera, que se me apetezca muchísimo.
La razón es que durante todo este tiempo en no he dejado de escribir para el blog, sin apenas parar, aún a día de hoy podéis seguir mi última novela "Después del Fin" de una sola página por capítulo. También estoy enfrascado en la guionización para cómic de mi primera novela, "La Chica de Venus" de la que podéis ver una imagen promocional del dibujante Pedro Cano.
Luego dejaré descansar este "elcuentahistorias" para poder repasar y corregir lo ya escrito e intentar darles una nueva vida, tal vez en alguna editorial que me de opción de publicarlas sin condiciones si esto no fuera posible las publicare en Bubok, Amazon o cualquier otra editorial de Internet gratuita, ya que el presupuesto no me da para auto publicaciones donde tenga que poner dinero y la última vez que lo hice, quedé como ha ocurrido con otros compañeros muy defraudado.

También os dejo un enlace del Podcast del programa de radio "El club del lletraferits, estupendo programa para los aficionados a la lectura, escritura y la buena música.

Nos leemos pronto con un nuevo capítulo de "Después del Fin"

Un saludo a todos.

Jotacé.  

lunes, 9 de febrero de 2015

( D.F. 34) INESPERADO REENCUETRO

La cámara a la le que acababan de acceder era parte del alcantarillado, con la diferencia de que había sido aislada del resto de túneles. Iluminada por cuatro fluorescentes, en su interior, había una pequeña ducha para la descontaminación, dos armarios, uno para las armas y otro para la ropa. Desde un panel de control con cuatro pantallas de televisión, podían verse los alrededores de las salidas del refugio, solo una de ellas daba a la calle, las otras tres en cambio a pasillos del alcantarillado; uno de ellos, aquel por el que habían entrado, todavía se veía el humo que les había librado de los desproporcionados insectos mutantes. 
─ Son las salidas a las que se puede llegar desde la puerta por la que hemos accedido, a mi padre que fue el que creó el refugio le gustaba tener varias vías de escape por si las moscas. Por cierto, aquí estáis a salvo, podéis quitaros las máscaras ─ dijo su salvador dando ejemplo. Bajo aquella máscara se escondía el rostro de un hombre, de poco más de 35 años, uno setenta y cinco de estatura, fornido y de pelo castaño oscuro y muy revuelto por la máscara. A Cesar su anfitrión le resultaba extrañamente familiar. 
─ ¿Antes de nada podemos saber el nombre de nuestro anfitrión? ─ preguntó intrigado quitándose su máscara. 
─ Oh, disculpad es la falta de costumbre. Mi nombre es Adrián ¿Y el vuestro? ─ Yo soy Cesar, Casandra, Julia y la mujer mutante y su hija son Roma y Pétalo. 
─ Sed bienvenidos. Ahora si me disculpáis, temo que solo tengo una ducha en esta entrada, así que pasaré el primero para luego poder prepararos un buen recibimiento ─ dijo el extraño desnudándose. 
Mientras esperaban a Adrián, especulaban sobre el, solo Roma y Pétalo siempre recelosas se habían apartado a un lado. Se hizo el silencio cuando cesó el correr del agua y Adrián salió de la ducha para dar paso sus invitados, los cuales para ir más rápido habían decidido entrar de dos en dos, Julia y Casandra ya se estaban desvistiendo para entrar las primeras. 
─ Dime una cosa Adrián, ¿Estás solo en este refugio? ─ preguntó Casandra. 
─ No, no… ¡Ejem…! Somos dos, mi… mi madre y yo, enseguida la conoceréis ─ contestó Adrián terminando de vestirse mientras la vista se le desviaba inevitablemente a los descubiertos y hermosos senos de la mujer ─. Por cierto en este armario encontraréis ropa limpia, más tarde nos ocuparemos de vuestros trajes. 
A ninguna de las mujeres les pasó desapercibido como Adrián trato de ocultar su prominente erección, sonrojándose, para ya una vez vestido, desaparecer por la puerta que daba al interior del improvisado refugio. A pesar del tamaño de la ducha, decidieron entrar por parejas para ir más rápidos. Roma y Pétalo fueron las siguientes, aunque al principio Casandra entró con ellas para indicarles como funcionaba la ducha y asegurarse que lo hacían bien, ya que para Roma el recuerdo de una ducha o un baño se remontaba a su niñez y era un recuerdo casi olvidado. Finalmente entró Cesar. Tras el proceso de descontaminación entraron por la misma puerta por la que un rato antes desapareciera Adrián que daba a un pasillo al final del cual había una puerta al entrar, llamaron a su anfitrión que salió corriendo en su busca, para servirles de guía hasta una sala estar, con una mesa central, una pantalla de televisión apagada y enormes estanterías llenas de libros, también había un par de sofás y cuatro sillones, en uno de los cuales había una mujer mayor de pelo canoso que debía rondar casi los 80 años. 
─ Ahora si, sed bienvenidos a mi casa, os presento a mi madre Ma… 
─ ¡María! ─ dijo Cesar, al que todos miraron asombrados. 
 La anciana miró desconcertada al desconocido durante unos minutos asta que finalmente los recuerdos volvieron a su mente. 
─ ¿Ce… Cesar? ─ consiguió decir la mujer desconcertada. 
Cesar asintió, con una leve sonrisa para luego abrazar a la anciana cuyos ojos se anegaron de lágrimas, mientras los demás asistían atónitos a aquel inesperado reencuentro. 

Jotacé.

jueves, 5 de febrero de 2015

ARETÉ (David Vallès Ferrer)





Areté es una colección de sueños escritos en prosa poética en los que un personaje sin nombre se sumergirá en espacios vaporosos en una búsqueda abstracta de la verdadera virtud. Un concepto variable y no puramente claro que desde la Antigüedad ha condicionado al ser humano en su pleno desarrollo y a través del cual se pretende alcanzar la perfección. Pero esta búsqueda de la virtud no es un camino fácil, sino una senda intrincada desde donde emerger como un dios o perecer como una bestia.

domingo, 1 de febrero de 2015

(D.F. 33) INSECTOS


Una vez más, los fugitivos habían conseguido burlar a Roca y a sus mutantes, pero mientras salían de aquel laberinto ya sabía como atraparlos.                    
─ ¡Tapad esta salida! ¡Tapemos todas las salidas! Si quieren salir será por donde nosotros queramos.                                                                                                     
Roca solo dejó una entrada abierta y allí se establecieron con la mayor parte de los mutantes, tan solo envió a un reducido grupo para vigilar el puente colgante por si acaso se les había olvidado tapar alguna de las salidas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
Las horas pasaban desesperadamente lentas en el laberinto de túneles subterráneos, los mutantes de Roca hicieron bien su trabajo, todas las salidas por las que pasaban se encontraban concienzudamente cerradas. Cada paso que daban era más agotador que el anterior y a las pequeñas criaturas habitantes del inframundo, se les empezaba a quitar el miedo a la potente luz de la linterna y de las antorchas, sobre todo a los insectos, algunos casi tan grandes como las propias ratas. Al doblar una de las esquinas, vieron como la parte seca del pasillo desaparecía bajo las aguas del río subterráneo y la parte que quedaba fuera del agua, estaba llena de aquellos pequeños pero terribles caimanes albinos, unos metros más allá se filtraba la luz del día, pero resultaba imposible llegar hasta allí, la única solución era dar marcha atrás y seguir buscando, pero los insectos ahora empezaban a ocuparlo todo, incluso las paredes. Tuvieron que abrirse camino como pudieron con la ayuda del fuego, ya que a Cesar se le terminó el bote de gases con los que los habían echado unas horas antes a los insectos del lugar donde montaron la tienda. Llegaron a un pasillo totalmente seco pero los insectos cada vez más numerosos e insistentes, terminaron rodeándolos por completo. Julia notó una fuerte presión en el tobillo, que la hizo gritar de terror, mientras golpeaba a la pequeña alimaña con su antorcha.                                                                                                     
─ ¿Estás bien? ─ preguntó Casandra                                                                                  
─ Por… por suerte no ha penetrado el traje, al menos todavía ─ contestó Julia.                                                                                                                                     
─ Pero lo harán si no conseguimos salir de aquí ─ aseguró Cesar funesto.                                 
Agitando las antorchas de un lado a otro, consiguieron un pequeño hueco libre de aquellas pequeñas alimañas; en medio del grupo estaba Roma, que sostenía a su aterrorizada hija en brazos intentando protegerla. De pronto de un agujero en la pared que hasta ese momento les había pasado desapercibido, cayeron unos botes rebotando dos o tres veces en el suelo, de los que salió un espeso humo cubriendo todo el pasillo y espantando a los insectos. Cesar iluminó hacia el agujero, una extraña entrada con una puerta metálica que recordaba a las escotillas de los submarinos, de su interior surgió la figura de un hombre con una anticuada máscara de gas, saltó al suelo y les hizo señas para que lo siguieran.                                         
─ ¡Por aquí! ─ gritó el extraño, alumbrando aquel hueco con una anticuada linterna de finales del siglo XX.                                                                             
Los ayudó a subir a aquella pequeña entrada de la pared, dejando las antorchas atrás y teniendo que andar por aquel estrecho túnel a gatas. Nada más entrar, el extraño volvió a cerrarlo, acto seguido adelanto a los demás poniéndose delante para guiarlos por las diversas bifurcaciones hasta lo que parecía la puerta de una caja fuerte, tecleo unos números, giró una rueda metálica y aquel portón se abrió hacia adentro, entró en el interior de aquel extraño e improvisado refugio para seguidamente ayudar a sus invitados.                                                                                                                                                                       
Jotacé.   

jueves, 29 de enero de 2015

EN BUSCA DEL SÍMBOLO (Concepción S. Labrador)


Debido a los cambios que actualmente se están produciendo en el Mundo, desconocidos e insólitos seres empiezan a salir de su hábitat. Son muy pocos los privilegiados que los han visto, pero ahora se sabe que están ahí y que existen de verdad. Las Tierras de Color se unen para enfrentarse a la constante amenaza de Tierra Negra. Entre los seres del interior se empieza a hablar de guerra y no se descarta que el conflicto llegue hasta los humanos. Durante su estancia en Montserrat, un grupo de jóvenes excursionistas se cruza con estos sorprendentes seres, y junto a ellos buscan el Símbolo de la Virgen Negra, sorteando los continuos peligros que los acechan.

lunes, 26 de enero de 2015

(D.F. 32) CASI ATRAPADOS


Mientras se acomodaban en la tienda, los sonidos producidos por las distintas alimañas de las profundidades fueron regresando al pasillo, pero apenas duraron unos breves minutos para descender nuevamente, asta aquel aterrador silencio, tan solo Cesar con sus sentidos afinados por la experiencia fue consciente en aquella oscuridad de aquellos cambios. Se puso su máscara para poder ver en la oscuridad y fue despertando a sus compañeros, para que se prepararan, debían ser rápidos y silenciosos un nuevo peligro se aproximaba. Una vez tuvieron todos, sus máscaras puestas, Cesar sacó la cabeza fuera de la tienda para ver a lo lejos la luz de las antorchas empuñadas por los mutantes. Probablemente sus perseguidores cegados por la luz que ellos mismos empuñaban para mantener alejadas a las distintas criaturas que allí pululaban, eran incapaces de verlos. Los fugitivos salieron de la tienda.                     
─ Casi los tenemos encima. Julia, Roma, buscad animales muertos y residuos secos y haced una hilera en la parte seca del pasillo, Casandra recoge nuestras cosas y guárdalas ─ ordenó mientras empuñaba su arma y apuntaba a las antorchas.                                              
Roca con sus mutantes seguían el rastro de insectos muertos por aquel pasillo, esperaba que aquella pista fuera auténtica, llevándoles directamente a sus presas humanas. De pronto un disparo atronó en los túneles, partiendo en dos una de las antorchas que llevaban, haciéndoles parar en seco.                            
─ ¡Eh! ¡No queremos haceros daño! ¡Solo hacer un trato con vosotros! ─ les gritó Roca que se sabía descubierto.                                                                                
─ ¡Estupendo! ¡Este es el trato! ¡O nos dejáis marchar o el próximo disparo será a dar!           
─ ¡Nosotros tenemos la mayor parte de vuestras armas y a vosotros seguro que casi no os quedan municiones!                                                                             
─ ¡Suficientes para acabar contigo, que por lo visto no sabes usarlas!                 
─ ¡Es cierto! ¡Enséñanos y os dejaremos marchar!                                                  
─ Estamos listos ─ le susurró Casandra.                                                                
─ Coge de mi bolsa líquido inflamable y un mechero.                                                           
─ Ya lo suponía y está todo dispuesto.                                                                         
─ ¡Bueno! ¡¿Qué me dices ante mi propuesta?! ─ gritó Roca impaciente.                       
En lugar de contestar, Cesar cogió su linterna y alumbró a los mutantes que quedaron cegados por unos minutos ante la intensa luz de la linterna. Luego la luz se hizo algo menos intensa y dañina para sus ojos y el túnel empezó a llenarse de humo. Aquellos supervivientes estaban llenos de recursos, tantos que les convertían a ellos en las presas. Solo les quedaba salir de allí, por la primera salida que encontraran y buscar un escenario que les fuera más favorable para atrapar a los fugitivos, antes de que lograran escapar definitivamente.                                                                                                            
Los fugitivos se alejaron de allí todo lo rápido que pudieron, pronto amanecería y entonces saldrían por fin al exterior.                                                                                                                                                                                                                                                                                               
Jotacé.

jueves, 22 de enero de 2015

FrANTASIAS (Fran Hernaiz Requena)




Sobre la obra:
FrANTASÍAS es un libro de relatos cortos dirigido a personas adultas en el que se las invita a conocer un brillante puzle de historias con alma, cuyos personajes parecen querer salirse de sus propios relatos. Esta amalgama de historias tejidas en momentos de inspiración, ha sido cocinada a fuego lento y condimentada con mucho mimo para ofrecerte cuentos que no te dejarán indiferente, con el claro objetivo de contrastar sentimientos.
El libro está escrito con un estilo cautivador creando atmósferas adecuadas para transmitir emociones a través de la amistad, el amor, las aventuras, las complicidades, los dilemas, las dudas, el humor, la magia, el misterio, la nostalgia, la sorpresa, los sueños, la ternura...
Sobre el autor:
Fran Hernáiz Requena es un escritor autodidacta nacido en Barcelona.
Lleva años escribiendo cuentos en sus ratos libres, por eso se considera un Hacedor de cuentos a tiempo parcial. Nacen siempre y cuando esté inspirado, tenga una buena idea, tiempo para desarrollarla, y ganas de escribirla.
Cuando ni siquiera había pensado en escribir cuentos, siempre se recuerda acompañado de una libretita en la que anotaba sus pensamientos más originales, o cosas que en el día a día llamaban su atención. No quería que esos pensamientos le abandonaran sin haberlos guardado en algún lugar seguro para poderlos recordar cuando le apeteciera. Muchas de esas anotaciones años después se han convertido en relatos.
Nota del Autor:
Me gustaría que la lectura de mis relatos fuese para ti una experiencia diferente y a la vez refrescante, un guiño de vida, un plus de energía positiva en instantes concretos, un abrazo envuelto en letras.
Para cualquier comentario podéis dirigiros al e-mail:
frantasiaslibro@gmail.com
Un saludo,
Fran

lunes, 19 de enero de 2015

(D.F. 31) EL LABERINTO DE TÚNELES


El agua de la tormenta se filtraba a través de la lona, bajo la que uno de los mutantes se protegía como podía del nocivo líquido,  vigilando atento el hueco abierto de una de las alcantarillas. Una luz llamó su atención, en principio creyó que era el reflejo de un lejano relámpago, pero era de aquel oscuro agujero donde empezó a ver los el reflejo de aquella luz. Entre el casi ensordecedor ruido producido por la incesante lluvia, tuvo la extraña impresión de oír voces humanas. Le hizo señas a su compañero para que se acercara, el otro mutante, que permanecía al resguardo de la lluvia bajo las ruinas del edificio más próximo, se protegió del agua ácida con su capucha y corrió hacia la lona.                                                          
─ ¿Qué pasa?                                                                                                                   
Su compañero le hizo ademán para que permaneciera en silencio y atento al interior de la alcantarilla de la que surgía aquella extraña claridad y donde pudieron oír más voces y gritos humanos.                                                  
─ Son ellos ─ le susurro ─ ¡Avisa a Roca!                                                       
Una hora más tarde, la lluvia cesó y la oscuridad era casi absoluta. Todo un grupo de mutantes se congregó alrededor del agujero,  ahora negro como un cielo sin estrellas y del que solo se oía el sonido del agua corriendo por su interior. Ninguno de los dos guardianes supo responder a lo que habían escuchado, lo único seguro es que eran voces humanas. Roca los miró dudoso, era increíble que los prisioneros siguieran con vida en aquel infierno, pero solo había una forma de asegurarse.                                                                    
─ Encended antorchas y coged armas, si siguen vivos bajaremos a buscarlos ─ ordenó.                                                                                                                     
Algunos de sus subordinaros empezaron a murmurar aterrorizados por las criaturas del submundo, pero callaron ante la firme mirada de su líder.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           
Tras la perdida de Pablo, el resto de los fugitivos caminaban cansados, tristes y descorazonados, sobre todo Julia, su mascara ocultaba un rostro desencajado por la pena y la ira. Llegaron a una bifurcación de túneles, en el centro un pequeño lago subterráneo lleno de ratas, caimanes, murciélagos y otras alimañas que huían ante la intensidad de la linterna, rodearon el lago y entraron en el pasillo que había justo enfrente, la más seca de ellas. Finalmente, unos metros más lejos, vieron una estrecha hendidura en la pared, lo suficiente seca y escondida como para ocultarlos, durante algunas horas y lo suficientemente amplia como para montar la tienda que Cesar llevaba en su mochila, el único problema eran los insectos exageradamente desproporcionadas que la habitaban. En su mochila Cesar tenía lo necesario para desembarazarse de aquellas molestas criaturas que huyeron despavoridas cuando Cesar con la ayuda de Casandra, las gasearon. Instalaron la tienda, demasiado pequeña para los cinco, se acomodaron como pudieron. Una vez renovado el aire de allí dentro, se quitaron sus máscaras de supervivencia para poder ingerir el poco alimento que Cesar traía consigo, racionándolo tanto como pudieron. Roma miró aquellos rostros que le parecían tan perfectos, tanto como el suyo propio años atrás y empezó a dudar de si ella y su hija serían aceptadas en aquel mundo del que provenían. Apagaron la linterna y se dispusieron a pasar aquellas largas horas de oscuridad como buenamente pudieran. Casandra abrazó a Julia para intentar consolarla por su perdida, pero sin saber que decirle, tampoco a la mujer podía hablar con el nudo que le desgarraba la garganta de la que apenas salía un casi silencioso sollozo. Roma  que abrazaba a su hija se preguntaba si aquella mujer la culparía a ella y todos los suyos por su pérdida y las dudas de si estaba haciendo lo correcto empezaron a embargarla.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  
Los mutantes avanzaban despacio por aquel laberinto de túneles, siempre alerta con sus rudimentarias armas y buscando entre las paredes cualquier indicio del paso de sus presas, pero la luz de sus antorchas que les protegían de las monstruosas criaturas subterráneas que allí habitaban, también les cegaba a ellos, dificultando así su búsqueda. El colmo fue llegar a aquella enorme bifurcación de túneles, les resultaba imposible saber por donde habían ido los fugitivos y ya se daban por vencidos cuando de uno de los túneles vieron salir a un enjambre de insectos voladores, llegaron al centro del lago donde revolotearon durante algún rato, algunos cayeron al agua víctimas del veneno con el que fueran pulverizados y finalmente se metieron en el interior de otro túnel. Roca miraba fijamente el lugar del que salieron los insectos, tuvo la certeza de cual era el camino a seguir.                                                                                                                                                                                                                                                                              
Jotacé. 

jueves, 15 de enero de 2015

ENTRE EL MIEDO Y EL AMOR (Sandra Estévez Calvar)


Una novela desgarradora en su comienzo, y con una fuerte esencia romántica, con la cual sonreirás, llorarás, te enfadarás con los protagonistas; pero sobre todo, te hará reflexionar. Una historia que nos mantendrá en vilo hasta el final de sus páginas, en la cual convergen conceptos como pasión, deseo, erotismo, lujuria, amor, amistad, traición, miedo, soledad.

lunes, 12 de enero de 2015

(D. F. 30) EL SACRIFICIO


Los mutantes, por fin pudieron derribar la puerta del sótano donde habían encerrado a los prisioneros. Fugados gracias un agujero oculto bajo aquel montón de basura, algunas ratas de casi metro de largo, pasaron de husmear a los cuatro caimanes albinos muertos por los fugitivos a los tiernos humanos mutantes con hambrienta curiosidad, razón por la que estos decidieron volver a cerrar aquella puerta. Roca miró a Lilith.                                                  
─ ¿Qué hacemos? Tenemos el equipo de los que llegamos a capturar, tal vez podamos seguirlos por las cloacas.                                                                         
─ ¿Acaso sabes usar sus armas? ─ preguntó la mujer. ─ Siempre vigilamos las salidas de las cloacas para dar caza a las alimañas que allí se ocultan. Si siguen vivos tratarán de salir lo antes posible, mantened esas salidas vigiladas.                                                         
Roca dio las órdenes pertinentes a sus subordinados.                                              
─ ¡No me importa ni la lluvia ni la luz del sol! ¡Si logran salir los quiero!                       
─ A ser posible vivos ─ le susurró Lilith                                                                          
─ ¡A ser posible vivos! ─ concluyó Roca.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              
Bajo la superficie de la ciudad, ahora era Casandra quien abría la marcha seguida de la mujer mutante con su hija, tras ellas Cesar que cargaba a su espalda al maltrecho Pablo, cerraba la marcha Julia, con la linterna en la mano alumbraba el camino a la vez que espantaba a las criaturas que se movían y acechaban entre las fétidas aguas de la alcantarilla. La lluvia del exterior se filtraba continuamente por las paredes. Los fugitivos pararon ante unas oxidadas escaleras que subían a la superficie, donde en aquel momento seguía lloviendo incesantemente, sabían que tras la tormenta, seguiría otra vez la noche. Dadas las circunstancias debían salir de allí y buscar un refugio seco y escondido donde pasar las horas de oscuridad.                                                                  
─ Sujeta a Pablo, subiré arriba a echar un ojo ─ dijo Cesar mientras soltaba al herido en brazos los brazos de Julia.                                                                     
─ ¡No! ─ replicó la mujer mutante ─ Roca os atrapó a plena luz del día y poco le importara la lluvia a la hora de vigilar las salidas, debemos seguir bajo tierra.                                                                                                                                         
─ Pero estamos exhaustos, necesitamos un lugar seco y seguro donde descansar ─ suplicó Julia mirando a su hijo.                                                                             
─ Roma tiene razón. Buscaremos un lugar seco, pero aquí. Lo suficientemente alejado de las entradas y montaremos la tienda que llevo en la bolsa ─ Razonó Cesar.                                                                                                           
─ Dejadme aquí. Os estoy retrasando ─ murmuró Pablo.                                            
Cesar dudo, sabía que el chico tenía razón, con el a cuestas las posibilidades de salir de allí eran casi nulas.                                                                                  
─ ¡Ni se os ocurra! ─ gritó casi desesperada Julia, negando con la cabeza.                                                                                                                               
─ Mama, por favor… Hazlo por mis hermanos.                                                   
─ No.                                                                                                                                    
─ ¿Si fuera yo, me abandonarías? ─ preguntó Casandra mirando a los ojos a Cesar.                                                                                                                                             
El hombre le sostuvo la mirada a su hijastra.                                                                
─ Por mi parte no, pero respetaría tu decisión ─ fue la dura contestación del hombre.                                                                                                                                             
En ese momento Pablo, hizo acopio de todas sus fuerzas y liberándose de los brazos de su madre, se lanzó sin pensarlo dos veces al río subterráneo.                  
─ ¡Dile a Paz que la quiero! ─ gritó Pablo mientras se dejaba arrastrar por la corriente.                                                                                                             
─¡¡¡Noooooo!!! ─ Julia hizo ademán de lanzarse tras él, pero Cesar y Casandra, se lo impidieron.                                                                             
Algunos caimanes mutantes que asta entonces habían permanecido escondidos, salieron de sus madrigueras para dar cuenta del desdichado.                                                                                                                                                                             
Jotacé.