jueves, 31 de octubre de 2013

LA HOGUERA DEL ODIO (María Barrancho)


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La hoguera del odio cuenta la historia de Moria Fresser, una joven judía de clase humilde y Christian von Fisher, un médico cuya familia de buena clase está relacionada con el partido nazi, en auge los años treinta. Lo que en principio puede parecer la historia de Romeo y Julieta llevada a la Alemania nazi, es sin embargo la excusa para llevarnos de la mano a una época dominada por el horror, desde los guetos judíos hasta los campos de concentración, desde el holocausto al nacimiento del estado de Israel. 
 Alguien me dijo una vez que para hacer una buena historia, esta tiene que estar plagada de conflictos como las mejores historias de amor y no hay mayor conflicto que una guerra y si por si eso no fuera suficiente, el exhaustivo trabajo de documentación llevado a cabo por María y que nos traslada directamente a esa época ya es suficiente para leer este libro, apasionante y que enganchará a todo el que quiera darle una oportunidad.


Jotacé.

lunes, 28 de octubre de 2013

(H.C. 33) SUEÑO DIVINO


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Todos en la ciudad pensaban que fizo era un esclavo escapado de las minas de las montañas, más allá del gran río que atravesaba aquella parte del continente. Que la rebelión se estuviera extendiendo por todo el territorio, explicaba como el esclavo pudo llegar tan lejos en su huida y la razón por la que los militares que allí había, les fuera imposible destinar a nadie para llevar de vuelta a un solo esclavo de vuelta a las minas. Toda la ciudad se movilizó en los preparativos para la ejecución de aquel “enemigo”, para ellos era como un espectáculo, una fiesta en honor de los dioses. Hacía tiempo que Fizo estaba preparado para morir, pero lo último que esperaba es que su sacrificio fuera el motivo de festejo para un puñado de fanáticos ávidos de sangre. Tan solo deseaba que sus amigos a los que él mismo creía dioses consiguieran llevar a cavo la misión, sin su ayuda. 
Sus carceleros y verdugos, lo habían torturado y despojado de todo cuanto llevaba encima, su ropa se convirtió en harapos, que apenas le cubrían el cuerpo y tenía frío encerrado en aquel agujero infecto, esperando su última hora, o tal vez uno de aquellos milagros a los que los dioses le tenían acostumbrado. 
 Poco faltaba para medio día, cuando un leñador acudió al cuartel general de la milicia, para informar de que en el bosque cercano a la ciudad se estaba reuniendo un pequeño grupo de rebeldes. 
 - Por lo que pude escuchar, están planeando rescatar al esclavo, no se como lo piensan hacer, pero apenas son cuatro o cinco- dijo el leñador 
- Jajaja… Está bien. Entonces habrá que aplazar la ejecución para cuando atrapemos a todos esos traidores. Iré personalmente a cogerlos- dijo esperando ser tratado como un héroe a su regreso. 
 Poco después todo un destacamento de soldados nativos salía de la ciudad, siempre guiados por el leñador, el destacamento se internó en el bosque. Llegaron a las proximidades de un claro, donde podía verse un carromato y tres figuras alrededor del fuego. Antes de caer sobre los rebeldes, el leñador les señaló dos figuras que parecían hacer guardia en las proximidades mientras sus compañeros descansaban antes de la misión de rescate. Los soldados inmovilizaron a los dos vigilantes y el resto de la guarnición rodeó al los tres rebeldes restantes, entre los que se encontraba Kina. 
 - ¡Oiga jefe! ¡¿Por qué no nos deja disfrutar un rato de esta hembra antes de regresar a la ciudad?!- digo uno de los soldados acariciando a la hermosa nativa que intentaba zafarse de las garras de su captor. 
 - ¡¿Es qué no has visto que es una salvaje inferior?! ¡En la ciudad hay hembras hermosas, de pura raza! 
 Como el jefe de los soldados esperaba, su regreso fue celebrado con gran algarabía. Lo que nadie sabía es que mientras el grueso de la tropa se había desplazado al bosque para atrapar a esos pocos rebeldes, la mayor parte de ellos, aprovecho dicha ausencia para infiltrarse en la ciudad. Esa noche, mientras se celebraba la victoria contra los rebeldes de las montañas, sin ser vistos los infiltrados, echaron una sustancia narcotizante, creada por Robert con las distintas plantas que había encontrado en el bosque tanto en el agua de los pozos, como en las distintas bebidas que se sirvieron durante la celebración. Pronto toda la ciudad estuvo sumida en un profundo sueño. 
El leñador que había conducido al jefe de la guarnición asta los rebeldes, se encargó de suministrarle personalmente la bebida la cual estaba libre de narcóticos, cuando vio como todos en la ciudad caían presa del sueño, intentó huir creyendo estar sufriendo algún tipo de encantamiento. Pero en ese momento dos pequeños dioses se le aparecieron, eran Robert, que decidió adoptar para la ocasión la forma Yumi y Hugo. A pesar de la corta estatura del humano y del androide multiforme que lo acompañaba, el jefe de la milicia local se arrodilló aterrado ante lo que para él eran dos criaturas fantásticas, ya que a pesar de su fanatismo nunca antes había visto a ninguno de aquellos dioses que veneraba, venidos de las estrellas. 
 - ¡No se quienes sois, pero tened piedad de mi! 
 - ¿Acaso no reconoces a tus dioses?- dijo Hugo. 
- No temas nada, pues nada te va a pasar si cumples fielmente nuestra voluntad- dijo ahora Robert, con la voz de Yumi.- Mañana llegará una guarnición enviada por nosotros con la orden de llevarse a todos los prisioneros rebeldes que pensabais sacrificar en nuestro nombre. 
 -A dichos prisioneros no debe pasarles nada o responderás con tu vida y con tu alma. Así mismo la guarnición se llevará también el carromato que pertenecía a los rebeldes- dijo ahora Hugo. 
- Haré todo lo que me digáis. 
- Pero recuerda que esto no es más que un sueño, a través del cual nos comunicamos contigo como fiel seguidor nuestro, eso será lo que dirás si te preguntan- dijo Robert sacando una poción de la túnica que llevaba para la ocasión.- Ahora bebe y duerme, ya que has sido bendecido por los dioses. 
El jefe de la milicia obedeció a los que él creía que eran sus amos y como el resto de la ciudad, quedó profundamente dormido. 
 Los rebeldes que habían organizado aquello y que eran una quincena entre los que se encontraba Remcho, robaron uniformes de la milicia y regresaron a su escondrijo en el bosque para preparar su entrada en la ciudad. Hugo y Robert, visitaron a sus amigos, en las mazmorras, esperando su liberación. Ellos habían evitado beber líquidos durante todo el día, ahora que veían como el plan se estaba cumpliendo como se había planeado, sin derramamientos de sangre y sin ver comprometida su misión original, pudieron beber agua limpia. Hugo y Robert que ahora por petición del primero adoptó la apariencia de Marina, recorrieron la ciudad para ellos alienígena. 
Si todo iba bien aquel plan les facilitaría el camino asta su objetivo sin levantar sospechas en la población local del planeta. Al amanecer, antes de que los efectos del narcótico desaparecieran, los dos terrícolas regresaron a su escondite en el carromato. Aquella mañana, todos los habitantes de la ciudad, amanecieron con la boca seca y una gran sensación de resaca, pero aún con ganas de continuar con el espectáculo, que implicaba el sacrificio de los rebeldes. Sin embargo a la hora señalada para dicho acontecimiento, el jefe de la milicia se presentó en el centro de la ciudad, hablando de sueños en los que los dioses le ordenaban mantener con vida a los prisioneros. A pesar de su fanatismo, el gentío se negaba a creer en las palabras del militar y reclamaba el espectáculo prometido, amenazando con rebelarse. En ese momento un disparo, realizado con una de aquellas armas que los dioses les habían enseñado a hacer con pólvora, estalló en el aire y una quincena de soldados venidos de nadie sabía donde, aparecieron para confirmar las palabras del jefe de la milicia y reclamar a los prisioneros. 

Jotacé

jueves, 24 de octubre de 2013

EL HIJO DEL ENTERRADOR (José Luis Romero)

Basada en una historia real.
El Asilo del Port, ubicado entre el puerto y la falda de la montaña de Montjuich, era una institución que formaba parte de la red de Beneficencia Infantil de Barcelona, donde iban a parar los niños huérfanos o aquellos delicados de salud cuyas familias no podían procurarles las atenciones necesarias. El hijo del enterrador es una parte de la historia del Asilo contada a través de la mirada de Jorge, un niño de ocho años, enfermizo y débil, que traba una amistad fraternal con otros dos chicos del internado: Eloy y Ricardo. Eloy, de la misma edad que Jorge, vive torturado a causa de su maldita pierna atrofiada, a la que culpa de todos sus males y desgracias. Ricardo, por su parte, es solo algo mayor que sus amigos pero se ha desarrollado hasta alcanzar la corpulencia de un adulto, y aunque tiene buen corazón, es muy bruto. A causa de ello, todos le temen y lo llaman Animal.
El hijo del enterrador cuenta una historia real, la de Jordi Guardiola Dumé, que a finales de la década de los cincuenta sobrevivió a su internamiento durante tres años en el Asilo del Port. Jordi es hoy un hombre de sesenta y dos años que no ha podido arrinconar aquel aciago periodo de su vida, ni ha querido enterrar el recuerdo de esa especie de familia que formaron los tres niños, quienes al igual que tres hermanos se confabularon cuando hizo falta, se consolaron en los momentos de desesperanza, y aprendieron juntos a reírse de ellos mismos y a ser felices pese a tenerlo todo en contra. Sus recuerdos novelados conforman esta historia, que es también un retrato de la Barcelona de la década de los cincuenta, una ciudad en la que no era fácil sobrevivir para las clases más desfavorecidas.
Una nueva novela inédita del autor de los best sellers La Comisaría Norte y Siempre quise bailar como el negro de Boney M.

lunes, 21 de octubre de 2013

(M.N.16) POR FAVOR LLÁMAME.

La luz del día se filtraba como podía a través de las rendijas de la persiana. A Jota pasó la mañana dando vueltas de un lado a otro de la cama, pensando continuamente en Diana y la noche que había pasado con ella. Tampoco ayudaba a la hora de conciliar el sueño, el hecho de estar en una cama nueva, ni el ruido que hacían algunos domingueros, sacando a pasear al perro, o yendo a comprar el pan para el desayuno o el periódico. A pesar de todo consiguió dormir unas pocas horas, asta que sonó su móvil estrepitosamente, sacándolo definitivamente de aquel duermevela. “Seguro que es la pesada de mi madre para que vallamos a comer, como si lo viera”, pensó para sí alargando la mano para coger el infernal aparato y llevárselo a la oreja sin mirar el número.
 - Hola Mama… hoy no me encuentro muy bien y dudo que vaya a ir a comer…- dijo con cierta desgana.
 - Todavía no me había planteado adoptarte y en cuanto a tu malestar, conozco algún que otro remedio para la resaca- dijo una voz sensual con leve acento extranjero al otro lado del teléfono.
 - ¡Diana! ¡Lo… lo siento creía que eras otra persona!- dijo Jota despertándose de golpe.
 - Pues no soy tu madre. Pero oye, es una pena que te encuentres mal, por que si pensaba invitarte a comer o a desayunar, como prefieras, aunque son las dos y media de la tarde.
 -¡¿Mal?! ¡Pero si me encuentro perfectamente! 
 - Jajaja… ¿No me digas? ¿Entonces te apuntas?
 - ¡Claro! ¿Dónde quedamos? Media hora más tarde Jota se encontró con diana en un bar del centro de la ciudad, se dieron un beso en los labios, como si llevaran ya tiempo saliendo juntos y poco después estaban en un restaurante, sentados uno frente al otro, leyendo la carta y poco después el camarero ya les estaba tomando nota. 
 - No sabes las ganas que tenía de volver a verte- dijo Jota con una sonrisa en los labios.
 - Yo también, pero… te tengo que pedir un favor y… no, mejor no, creo que sería abusar demasiado.
 - Por favor abusa de mi- dijo Jota bromeando.
 - No, de verdad, prefiero buscar otra solución a mi problema- dijo ella poniéndose seria.
 El camarero volvió a aparecer con la comida.
 - Si es una cuestión de dinero te advierto que con todo el jaleo de la mudanza estoy más pelaó que el rabo de un mono- dijo Jota cuando se quedaron nuevamente solos en la mesa.
 - jajajaja… ¿Qué? No, no es eso, aunque tal vez soy yo la que podría ayudarte.
 - No lo entiendo.
 - Necesito un sitio donde pasar unos días, al menos hasta que encuentre otra cosa. Es una larga historia y si me dices que no, lo entenderé. Aunque si es cuestión de dinero, estoy dispuesta a pagarte por una habitación, un sofá o lo que sea. 
 - ¡Caray guapa! Si que eres lanzada, nos acabamos de conocer y ya quieres que nos vallamos a vivir juntos.
 - No es eso de verdad, solo serán unos días.
 - Es que… No lo se, tendría que consultarlo con mi compañero y aunque me dijera que si… todo esto me parece muy sospechoso. Lo siento, a lo mejor soy demasiado desconfiado, pero de momento prefiero que no…
 - ¿Sabes Jota? Eres muy listo y lo entiendo perfectamente, pero déjame hacerte una pregunta al menos. ¿Eres creyente? 
 - ¡¿Qué!? No veo a que viene esa pregunta- dijo Jota desconcertado
 - No te preocupes que no voy a darte ningún sermón, solo contesta a la pregunta.
 - Antes si que lo era, es decir de niño, pero ahora… hace mucho tiempo que ni me lo planteó… - Jota se quedó en silencio un momento- No, no lo soy, aunque no veo que tiene eso que ver con lo de venir a vivir con migo.
 - Lástima, eso al menos ayudaría .
 - ¿Ayudaría a que? ¿Tú si que lo eres?
 - A mi no me hace falta, se lo que hay tengo que saber- dijo ella con una sonrisa.
 - ¿Y qué es eso tan importante que sabes?
 - Sobre mi misma Jota sobre mi misma y bueno, sobre otras cosas que no creerías… Escucha se exactamente la dirección de tú nueva casa y se que tú y tu amigo corréis un serio peligro- dijo Diana muy seria apuntando algo en una servilleta.
 Jota estalló en una estrepitosa carcajada, para una vez que conseguía ligar y lo hacía con una loca. Cuando consiguió dejar de reírse, ella le pasó la servilleta y él se puso muy serio al ver allí escrita la dirección de su nueva casa.
 - ¿Quién eres y sobre todo que es lo que quieres?
 - Lo que te conté anoche era cierto, pero hay cosas de mí que es mejor que no sepas, al menos de momento. Y lo que quiero es evitar que ciertas cosas se descontrolen. Dime ¿Han habido más muertes de las habituales en vuestro edificio nuevo, en las últimas semanas o habéis notado algo extraño en el comportamiento de vuestros vecinos?
 - Defíneme extraño y en cuanto a lo de las muertes, no que yo sepa… pero claro, me acabo de mudar. 
 - Sin embargo anoche al decirme las razones por las que te mudabas ahí, me hablaste de la muerte de la abuela de tu compañero. ¿Nadie más? ¿Seguro?
 - Bueno, también murió una chica que vivía allí con su marido o novio, pero falleció en el hospital, así que no cuenta.
 - Está bien, si ocurre algo fuera de lo corriente, por favor llámame. No me lo perdonaría si te ocurriera algo malo.
 - Una de dos o me estás tomando el pelo o estás como una regadera.
- Ojala fuera eso. Diana se levantó, le dio un cariñoso beso en la mejilla y se dirigió a la barra. - ¿A dónde vas ahora?- preguntó Jota.
 - He de irme, necesitas asimilar todo lo que te he contado y como te prometí, te invito a comer.
 - Pero…
 - Y por favor llámame.
 Cuando Jota salio del restaurante, estaba totalmente desconcertado con lo ocurrido durante la comida. Hasta su amigo Daniel, que siempre había sido bastante retraído se había espabilado y había conocido a una chica normal con la que estaba manteniendo una relación, él en cambio para una vez que ligaba, lo hacía con una loca, que probablemente lo había estado espiando, que le hablaba de muertes misteriosas y de que él mismo corría peligro. Pensó que en aquel mismo instante ella podría estarlo siguiendo así que en varias ocasiones se giró para asegurarse, pero no vio nada que le pareciera sospechoso. 
Antes de regresar a su casa, decidió pasar por la de sus padres, donde fue inevitable que su madre notara su preocupación, pero él evitó contarle nada, alegando que era algo relacionado con el trabajo. 
 Atardecía, cuando por fin llegó a su edificio. Para su sorpresa, parecía haber un gran revuelo. Había un par de ambulancias, algunos coches de policía y varios medios de comunicación rodeando el acceso, se acercó a uno de los vecinos que estaba hablando con un periodista.
 - …Era un matrimonio de lo más normal, apenas discutían…- escucho que decía.
 Al acercarse más, vio como unos enfermeros se llevaban dos camillas con dos cuerpos totalmente cubiertos por sacos de color verde y se fijo como aquel hecho parecía haberles afectado más a los vecinos de los bloques colindantes que a los de su propio edificio, la cabeza empezó a darle vueltas y un nudo empezó a formarse en su garganta. ¿Se estaría volviendo el también paranoico? Primero aquella especie de temor de Daniel, casi supersticioso a regresar a la que había sido la casa de su abuela, luego la conversación con la misteriosa Diana y ahora aquello.

 Jotacé.

jueves, 17 de octubre de 2013

CUANDO MI ALMA HABLA (Maria Antonia Moyano Oliveros)

Este libro compuesto por poemas de amor y desamor, ha sido escrito en un periodo de tiempo , dónde mi alma se encontraba cansada de batallar . He intentado plasmar en el papel, todos mis sentimientos, todas mis emociones y también, porque no decirlo ,mis ilusiones. Empecé a escribir para aligerar el peso que llevo dentro de mí. Por eso se titula así, "CUANDO MI ALMA HABLA". El alma no habla, pero si dirige mi pluma . Es la forma de hacerlo . Escribiendo, expreso mis sentimientos, esos que a veces no nos atrevemos a decirlos abiertamente. Es mi primer libro de poemas y espero que no sea el último .Le agradezco a Mary Alonso , de Editorial Seleer y a la propia editorial , la oportunidad que me han brindado al editar y publicar mi poemario . Muchas gracias a todos los que han sido artífice de éste logro Mío.

lunes, 14 de octubre de 2013

(H.C. 32) EL ATENTADO

Cuando Hugo vio el vehículo volador, abalanzándose contra él a toda velocidad, le resultó evidente que su ocupante lo había manipulado inhabilitándole el sistema seguridad. Con sus reflejos de piloto ya curtido, Hugo se tiró al suelo y rodó rápidamente en la dirección del aerodeslizador, que le pasó por encima, casi rozándolo para estrellarse unos metros más adelante. 


 Un par de horas antes, la policía moutona irrumpió en la habitación que compartía con Norma y la detuvo sin darles una explicación, aún medio adormilada por el somnífero que Hugo le suministro unas horas antes y cubierta tan solo por una sabana. Hugo se vistió a toda prisa, cogió la ropa de ella y salió de la habitación. Trató de ponerse en contacto con sus compañeros bíraros, pero estos habían desaparecido, según le informaron, habían ido a una pequeña colonia de su raza en el otro extremo del planeta, así que siguió su camina hasta el centro de detención, donde pudo hablar con Norma una vez estuvo vestida.
 - Dios y Tigre tenían razón, nos has traicionado, me has denunciado, pero estás muy equivocado si pensáis que voy a hablar de la organización para que tú puedas regresar como un héroe- dijo Norma en un susurro.
 - No se quien te ha denunciado, pero desde luego, no he sido yo.
 - ¿Y qué hay de Garn y Zot? ¿También están detenidos?
 - Por lo que me han dicho están en una colonia bírara al otro lado del planeta, quién sabe a lo mejor son ellos los que te han denunciado.
 - ¿Y tú? ¿Si es cierto lo que dices, por que no estás aquí?
 - No lo se, pero lo voy a averiguar.
 Poco después Hugo habló con el jefe de seguridad mautón, de aquel sector planetario.
 - Recibimos una denuncia por un robo producido hace algunas horas, el denunciante, es un humano y la descripción que dio coincide con la de su compañera- dijo el androide traductor 
 - Eso es imposible, yo he estado con ella todo este tiempo.
 - A la hora en la que a ella la identificaron, usted estaba en el bar del hotel con otro humano, el barman lo vio. 
 - ¿Cómo es posible? Pensaba que para los mautones todos los humanos somos iguales. 
 - Así es, pero para los androides y robots no. Además tenemos grabaciones de usted en el bar.
 - Ya veo, pero yo no estuve mucho rato en el bar y cuando volví a subir ella dormía profundamente, es imposible que le diera tiempo a…
 - Eso tendremos que decidirlo nosotros. Buenos días Sr. Lago.
 Hugo descartó la idea de contarle al policía que había drogado a Norma para acudir a la cita con Robmed, para darle información sobre los contrabandistas, por otro lado la desaparición de los dos bíraros le parecía muy sospechosa. 
Se dirigió nuevamente al hotel, con la intención de contactar con ellos y fue en ese momento cuando sufrió el intento de atropello por el aerodeslizador, que a duras penas logró esquivar. Del vehículo que se estrelló unos metros delante de él, salió un robot con cuatro patas, cuatro brazos armados con pistolas láser y muy malas pulgas. 
 - ¡MUERTE A LOS NO MAUTONES!- dijo soltando una ráfaga de tiros al aire.
 El robot disparó contra Hugo, justo cuando él se escondía detrás de otro vehículo aparcado cerca de allí, así que el monstruo mecánico, con una precisión absoluta, disparó contra otros transeúntes bíraros y humanos que pasaban por allí. Luego corrió a gran velocidad hacia el escondite de Hugo, que se vio obligado a salir esquivando las ráfagas como podía. Enseguida llegaron las autoridades moutonas, que protegidos de escudos y disparando contra el psicótico robot, consiguieron hacerle retroceder. La calle se convirtió en un auténtico campo de batalla. El robot dio media vuelta intentando huir, pero la policía lo tenía rodeado, así que con sus garras empezó a ascender por la pared del edificio más próximo y corrió por los tejados en la misma dirección en la que había visto huir a Hugo, que se había convertido en su objetivo principal. Hugo que se escondió bajo la fachada del hotel donde se hospedaba con Norma, desde allí vio como una pequeña nave moutona, lanzaba un misil en su dirección, o mejor dicho contra el tejado del edificio y se vio obligado a salir al descubierto. El robot al verlo cruzar la calle disparó contra él, pero el disparo se desvió de su objetivo, cuando el misil dio en el blanco, haciendo trizas tanto al monstruo mecánico, como a parte del edificio, que se vino abajo. Hugo sufrió el impacto de algún que otro cascote que lo hirió levemente. Una vez pasó el peligro, llegaron los vehículos sanitarios y la calle se llenó de curiosos de todas las especies, que querían ver con sus propios ojos lo que había pasado. Ya en el hospital, un androide médico atendió las heridas de Hugo, cuando aparecieron por la puerta, Norma y el jefe de seguridad mouton con su inseparable androide traductor.
 - ¡Norma! ¡¿Te han soltado?!
 - Eso parece, el jefe de seguridad te lo contará mejor que yo.
 - El androide que le agredió pertenece a una célula terrorista que considera a todos los no moutones seres inferiores. Casualmente entre sus víctimas estaba el humano que denunció a su compañera, así que sin testigo no puede haber crimen. 
 - Ya veo. ¿Ahora que está muerto, podríamos saber la identidad de dicho denunciante?
- Se llamaba Morgan Morán, un humano loco y sin demasiada suerte que se encontraba atrapado en el planeta desde hace años. Realmente su compañera habría estado bajo arresto muy poco tiempo, la denuncia de dicho individuo carecía de fundamento, ya que no poseía nada que mereciera la pena ser robado. Sentimos todo lo ocurrido. Ya les hemos reservado una habitación en otro hotel, las autoridades planetarias corren con los gastos.
 - Y yo siento haber dudado de ti- dijo Norma besando a Hugo en los labios.
 Poco tiempo después, regresaron los dos bíraros y el Tortuga inició otro viaje a uno de los asteroides contrabandistas, donde les esperaba otro cargamento de ambrosio. Pero a Hugo todo aquel incidente en el planeta le asqueaba, aquel robot asesino, había ido directamente a por él y aquella denuncia anónima. 
Si sus compañeros sospechaban de él, ¿Por qué habían montado todo aquello? En el espacio les sería más fácil deshacerse él sin que nadie hiciera preguntas. Allí ocurría algo extraño, era indudable que había alguien más moviendo los hilos y tendría que averiguar quien era antes de que lo quitara de en medio.

 Jotacé

jueves, 10 de octubre de 2013

VARIUS HORROR VISIONS (Santipérez)

“VARIOUS HORROR VISIONS. Historias de terror cotidiano” es el esperado primer álbum de uno de los mejores autores nacionales, Santipérez, colaborador de la mítica revista Creepy y actualmente de la revista Cthulhu.
La reciente vuelta al cómic del autor, ha supuesto toda una revolución, sorprendiendo a todo el mundo por su espectacular y cuidado dibujo y por sus guiones con varios niveles de lectura.
En este tomo, podremos encontrar varias historias cortas de terror además de material extra, como ilustraciones y bocetos.
La edición en castellano se acompaña de ediciones en italiano, francés y alemán.
El terror nunca volverá a ser igual después de Various Horror Visions.
“Santipérez es un mago. Así de simple.Un mago te muestra una ilusión y logra hacer creer a su público que está viviendo una realidad. Y eso es justo lo que logra este artista con sus historietas.Antes de que te des cuenta, has olvidado que sostienes un cómic y te ves inmerso en la historieta.Gráficamente, Santipérez te atrapa con un estilo de dibujo cuidado y detallado, de aspecto suave a la vez de contundente, de trazo suelto pero depurado y lo mejor es que a pesar de ese refinamiento sigue manteniendo un registro cómico en sus personajes que lo aleja de pisar el hiperrealismo.Con su magia es capaz de hacer parecer elegante una viñeta de un descarnado zombi.Sus figuras son expresivas y estilizadas pero de una anatomía escrupulosa. Los guiones evocan con frecuencia los buenos momentos de la EC Comics con su sustrato de aguda crítica social. Santipérez reúne todas esas cualidades de los clásicos en un porcentaje muy alto; es la consolidación de una tradición, puesta al día y llevada a la perfección.”
Manuel Mota y Álex Ogalla (autores y coordinadores de la revista Cthulhu)

lunes, 7 de octubre de 2013

(M.N.15) UNA NOCHE PERFECTA


A Jota le parecía increíble su buena suerte. El recuerdo de la espectral Sofía se mantenía en su mente como el borroso residuo de un sueño. Ahora su preocupación era otra, el tipo del que Diana decía huir y que parecía estar vigilándolos de reojo. Jota suspiró nerviosa, nunca había sido un héroe y tampoco sabía si Diana era realmente sincera o en realidad conocía a aquel tipo y se estaban quedando con él, la forma en la que ella le había entrado dándole un morreo, le parecía muy sospechosa y ya buscaba una excusa para disculparse con la chica y regresar con sus amigos, o tal vez volver a su nueva casa cansado y derrotado como otras tantas noches.
 - ¡Vamos! ¡Quiero invitarte a una copa por lo que estás haciendo por mí!- dijo Diana que parecía intuir los recelos que sentía Jota. 
 Lo cogió de la mano y lo guió asta la barra. En un momento dado se giró sin que Jota se diera cuenta, para hacerle una señal al tipo de la camisa verde, que se esfumo sin que Jota sospechara nada. Luego fueron a un rincón más tranquilo para charlar de sus cosas. Ella le contó que había nacido en Rumania, aunque su padre era alemán y su madre rusa y que al igual que los gitanos, nunca tenían una residencia fija, siempre viajando de aquí para allá, a veces por trabajo y otras simplemente por el placer de conocer lugares nuevos. Ella era igual que sus padres, aunque ya llevaba algunos meses viviendo en el país. Mientras hablaba, Jota vio lo guapa que era, con su cuerpo de formas perfectas y una sonrisa que quitaba el hipo. - ¿Bueno y tú qué haces normalmente?- le preguntó Diana.
 - ¿Eh? ¿Qué? ¿Perdona?- dijo Jota que estaba absorto, tanto escuchándola, como mirándola fijamente, ahora a los ojos, ahora al seductor escote de la chica.
 - ¡¿Qué a que te dedicas?! ¡Ya veo el caso que me haces!- dijo Diana con fingido enfado.
 - ¡No, no es eso! ¡Te estaba escuchando! ¡De verdad!- díjole un tanto azorado. 
 Ella cambió el semblante y de pronto estallo en una carcajada. Jota pensó que le estaba tomando el pelo.
 - ¡No me lo creo! ¡Ni yo misma puedo oírme con tanto ruido! ¡Vamos a un sitio más tranquilo! - ¡Me encantaría, pero… voy con más gente y me ha tocado conducir!
 - ¡Con salir de aquí un rato me conformo! ¡Salgamos a la calle! ¡Hace una noche estupenda! Jota les contó a sus amigos lo que ocurría y que continuaran tranquilos con la fiesta, que él los esperaría en el coche, luego se reunió con Diana en la salida. 
 - Todavía no me has respondido. ¿Qué haces tú en la vida?- preguntó Diana ya en la calle
 - Bueno… por lo poco que he entendido de lo que me has dicho ahí dentro, en comparación contigo, mi vida es de lo más insulsa y aburrida…
 Jota le explicó que tenía un trabajo fijo, raro en los tiempos que corrían, amigos de toda la vida y un piso al que se acababa de mudar prácticamente aquella misma tarde con su amigo Daniel, le contó las circunstancias que le habían llevado a mudarse con su amigo y que eso era tal vez lo más emocionante que le había pasado nunca.
 - Por lo que me cuentas, a mí no me pareces tan aburrido Jota, a veces la emoción esta en las pequeñas cosas que hacemos todos los días y siempre ocurre algo interesante, incluso más cerca de lo que pensamos- dijo Diana
 - Claro, el conocerte a ti esta noche es la prueba… Es probable que seas la segunda cosa más interesante que me ha pasado.
 - No seas exagerado, seguro que se lo dices a todas.
 - Claro, empezando por ti- dijo sonriendo malévolamente
 - No seas malo- dijo Diana dándole un puñetazo en el brazo.
 - ¡Auh! ¡Que bruta eres!- dijo acariciándose el brazo.
 - Exagerado. Se miraron un momento el uno al otro y ambos estallaron en una carcajada.
 - Me apetece escuchar algo de música, pero algo más suave que lo que ponen ahí dentro. ¿Tienes música en tu coche? 
 - Claro. Poco después rebuscaban entre los CD´s que había en la guantera, el elegido fue uno de Jack Johnson, Jota lo colocó en el equipo de música.
 - Tienes una buena selección- dijo Diana en voz baja.
 - Gracias y tú buen gusto.
 Diana que parecía llevar la iniciativa, le sonrió, le acarició la cara y finalmente lo besó. Jota se dejaba llevar. Diana se quitó su escotada camiseta, quedándose en sujetador y le bajó a él la cremallera de los pantalones subiéndosele encima como pudo
 - ¡Espera…! no tengo condones…
 - Yo si- dijo ella sacando un preservativo del bolsillo trasero de sus tejanos, con una sonrisa malévola en sus carnosos labios. Le desabrochó la camisa y empezó a besarlo suavemente bajando desde el pecho hasta la erecta entrepierna de Jota, aun que para eso tubo que regresar nuevamente a su sitio. Le colocó el preservativo y con una extraña contorsión se bajó sus ajustados tejanos y ya de paso el pequeño tanga, se subió otra vez encima de jota moviéndose rítmicamente sin dejar de besarlo.
- No te cortes y desabróchame el sujetador- le susurro al oído. 
 Aquello era lo último que Jota esperaba que ocurriera aquella noche y apenas tardó unos minutos en correrse.
 - Lo siento yo…- dijo Jota 
 - No te preocupes- contestó Diana, se apartó un momento para rebuscar en los bolsillos del tejano y sacó otro preservativo- seguro que ahora duras más- dijo sonriente.
 Dos horas más tarde seguían allí, ya vestidos, pero todavía tumbados el uno al lado del otro, con los asientos del coche reclinados hacia atrás y cogidos de la mano, mirándose, mientras hablaban en voz baja, con la música sonando muy suave en el equipo de música, asta que alguien golpeó en la ventanilla del vehículo, interrumpiendo aquel momento mágico. Subieron los asientos y salieron del coche donde les esperaban Dani y Esther.
 - Paco y compañía dicen de ir a comer chocolate con churros- dijo Daniel.
 - Bale. ¿Te apuntas?- dijo Jota mirando a Diana.
 - Si no os importa. - A mi me importaría más que no vinieras. Por cierto estos son Daniel y Esther, Chicos, ella es Diana- dijo Jota.
 Poco después estaban entrando en una churrería del centro, que acababa de abrir, pensando precisamente en los que todavía seguían despiertos. Allí Jota, presentó a Diana al resto del grupo. 
 - ¡Que buena está! ¿Qué, ya te la has follaó?- dijo Paco en voz baja dándole un codazo en el brazo a su amigo.
 - ¡Si!- dijo Jota sin poder evitar una sonrisa.
 - ¡Que cabrón!- se le escapó a Pepe en voz alta.
 Todos lo miraron, sin entender que pasaba, pero imaginándoselo. 
 Cuando salieron de allí, la luz del día lo inundaba todo Jota llevó a las chicas a sus casas, acompañando a Diana asta la misma puerta, donde se intercambiaron los números de teléfono antes de despedirse con un beso. 
El sol ya estaba alto cuando Jota y Daniel llegaron por fin a su nueva casa. 

 Jotacé.

jueves, 3 de octubre de 2013

CUANDO LAS ESTRELLAS NOS LLAMEN: EN EL BRAZO DE ORION (Vicente Hernandiz)

ARGUMENTO


Con un inicio trepidante, en donde las unidades de infantería llegadas desde La Tierra como voluntarios, están desarrollando la importantísima tarea de liberar Cirste III, el lector se irá introduciendo, página a página, en cuantas aventuras van a ir describiéndose en “El brazo de Orión”.

Ya hace más de tres años desde que la sociedad Centrean sufrió el alevoso ataque de la civilización gurzam a Cirste I. La posterior destrucción de la colonia Rundar I supuso un mayor dolor; muchas vidas se perdieron. Con esta repentina adversidad, Centrean descubre no estar sola en el cercano entorno del universo. Los gurzam, una beligerante raza alienígena y no humana, desean lo que ellos poseen. Centrean lucha desde entonces por su supervivencia.

La ocupación militar que la infantería gurzam hizo en Cirste III, y la consecutiva y rápida instalación que realizaron en el planeta de cañones de alcance exterior, había supuesto que una especie de espada de Damocles se cerniera sobre el sistema Cirste y, por ende, sobre la civilización Centrean.

La Tierra y Centran habían descubierto ser hermanos; su común origen les unía. La colaboración entre ambos planetas, aportando experiencia unos y tecnología otros, serán los motores en los que comience a cimentarse una fraternal unión. Ahora es el momento de ir más allá de las estrellas.