lunes, 4 de agosto de 2014

(D.F. 07) EL HOMBRE DEL EXTERIOR


Desde el cataclismo, Arturo permaneció encerrado herméticamente en aquel refugio hasta que las condiciones climatológicas permitieran una inspección del mundo exterior, buscar a otros supervivientes y tal vez víveres con los que poder seguir subsistiendo durante algún tiempo más, aunque en aquella perpetua soledad, todo careciera de sentido. Poco podía imaginar que la vida hubiera permanecido en aquel mundo de pesadilla, adaptándose y cambiando de aquella forma tan terrible y menos en relativamente tan poco tiempo, ya lo daba todo por perdido cuando fue rescatado por los habitantes de la ciudad subterránea. A Arturo se le formó un nudo en la garganta mientras revivía todo aquello contándoselo a los invitados de Julia y Damián. La comida se prolongó durante unas cuantas horas en las que también él intentó averiguar lo máximo posible de la ciudad, pero lo único que conseguía eran pequeñas anécdotas de la vida cotidiana de sus habitantes, sin conseguir ver en conjunto como estaba formada aquella nueva sociedad.
 - Todavía no se como podré pagar toda esta generosidad- dijo casi con lágrimas en los ojos.
- No hay nada que pagar Arturo, en cuanto lleves un tiempo aquí y te adaptes, serás uno más y lo entenderás- respondió uno de los comensales con más edad de los que habían sentados a la mesa.
 Entre los invitados también se encontraba Pablo, su compañero de apartamento, el cual se encargaría en los próximos días de ser su guía en lugar de Julia. 
Poco a poco todos se fueron marchando a sus respectivas “casas” o a ocuparse de sus quehaceres diarios. Arturo se quedó con las ganas de tener una conversación en solitario con Julia y pedirle unas cuantas explicaciones. También vio que la relación entre su nuevo compañero y los habitantes de aquel piso era casi familiar, cuando salieron de allí él le preguntó a Pablo por aquella relación.
 - Julia es mi madre. Me tuvo un poco antes de que el exterior se fuera a la mierda, por desgracia mi padre no lo logró.
 - Lo siento mucho, Ella no me contó nada.
 - No me sorprende, son demasiadas cosas las que tienes que asimilar en muy poco tiempo- contestó Pablo sonriendo- Anda vamos a dar una vuelta antes de regresar a casa, son demasiadas horas sentados en una mesa y necesito mover un poco el esqueleto. Además, mañana ya habrá tiempo para enseñarte las rutinas de la ciudad. Aunque creo que mi madre ya te explicó ayer un poco algunos de los trabajos a realizar.
 Pablo llevó a Arturo a uno de los muchos sitios de ocio, como ocurrió durante la comida, todos querían conocer al hombre que venía del exterior. Al rato apareció Paz la novia de Pablo.
 - Oye si no te importa, nos vemos en un rato- dijo Pablo mientras la chica cogiéndolo de la mano lo arrastraba entre la multitud. La música era muy distinta a la que él escuchaba en su juventud y todos los allí presentes eran más jóvenes que él en el momento en que se vio encerrado en su refugio; pronto empezó a agobiarse. Fue fácil encontrar a su compañero en un rincón oscuro del local aprovechado por algunos jóvenes para practicar el sexo; esperó pacientemente a que sus amigos terminaran y durante aquel rato jóvenes de ambos sexos llegaron a hacerle proposiciones que él rechazó cortésmente. Cuando salieron de su escondrijo, Pablo y Paz se despidieron hasta el día siguiente, para regresar con Arturo a su vivienda compartida.

 Jotacé.

2 comentarios:

  1. Por ahora, todo se está dando bien para Arturo.
    A pesar del esfuerzo de adaptarse a una cultura un tanto distinta de lo que conoce.

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  2. Esta historia me la estoy tomando con mucha calma, apenas micro capítulos y por lo tanto la acción va muy lenta para intentar poder contar todo lo que se me va viniendo a la cabeza y aunque tengo ya varios capítulos adelantados, y una sinopsis general en la cabeza de por donde irán los tiros, la cosa todavía no está muy clara.

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