lunes, 11 de noviembre de 2013

(H.C. 34) REUNIONES SECRETAS


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Una pequeña lanzadera terrestre, llegó a una base espacial, perdída en el espacio, antigua avanzadilla militar moutona y lugar de encuentro de los estrategas militares, asignados a combatir el contrabando de Ambrosio en las colonias. Yumi Otomo y su ayudante Robert, se reúnen con sus homólogos bíraros y moutones, en una gran sala presidida por una mesa redonda en la que se puede ver el mapa de la galaxia. Todos se sientan en sillas adaptadas al tamaño de las distintas razas alienígenas que asisten a la conferencia. 
- Hemos conseguido una valiosa información, referente a lugares de entrega de mercancías y asteroides aparentemente abandonados pero que en realidad son lugares de avituallamiento de las distintas naves tanto piratas como contrabandistas- dijo Yumi 
 - ¿Cómo ha conseguido dicha información?- pregunto uno de los bíraros. 
 - Me es imposible rebelar mis fuentes y de momento no podré enviar mi nave a dichos lugares, por motivos de seguridad, por la misma razón os pido que coordinéis dichos ataques, dejando pasar un tiempo prudencial entre uno y otro. Nos jugamos mucho en esto. 
 Los murmullos en las distintas lenguas, especulando sobre la fuente de información de la capitana del Cristóbal Colón, inundaron la sala. 


En una de las colonias espaciales moutonas, próximas al lugar de encuentro de Yumi, con los otros comandantes, se celebra otra reunión, esta vez entre el teniente Snaider y Tigre, en un teatro tridimensional, por suerte para ellos hay otros humanos viendo el espectáculo, tanto miembros de la tripulación del Cristóbal Colón con un permiso especial, como otros visitantes, tanto humanos como bíraros, mezclados con la población moutona. 
 - Me es imposible confirmar si Hugo Cortes está pasando de algún modo información al Cristóbal Colón, tal y como aseguras. Pero me cuesta creer que se haya pasado a vuestro bando tan fácilmente. Lo más sencillo sería liquidarlo- dijo Snyder. 
 - Ya lo intenté hace un par de semanas, pero como ya sabes es escurridizo. Por cierto poco antes de que intentara liquidarlo, se reunió con otro humano. 
 - Vaya, vaya… eso si que es nuevo. Nuestro androide multiforme, desapareció durante casi un mes, según decían estaba en la Tierra, sometiéndose a una revisión rutinaria, pero su regreso ha coincidido con esa reunión que están realizando ahora los capitanes de las naves destinadas en esta misión. 
- Ahí tienes la prueba de la traición de Cortes. 
 - De todas formas sea una prueba como tu dices o simple coincidencia, será mejor que lleves la información a Dios, el decidirá que hacer. 
 - ¡Ah, por cierto! Te he traído otro transmisor, para sustituir el que perdiste. 
 - No lo quiero… Si tienes razón y Hugo está pasando información al Cristóbal Colón, he de ser prudente. Además la organización tiene contactos en todas partes. 
- Como quieras, pero se prudente, un paso en falso puede echarlo todo a perder. 


Muchas de las autoridades planetarias aceptan sobornos, para hacer la vista gorda con el contrabando, pero siempre hay quien busca en la traición a aquellos que les han proporcionado riqueza ilícitamente, la forma de ascender puestos en el escalafón del poder. Así en un asteroide que orbita alrededor de una estrella que a su vez es el sol de un planeta que alberga una colonia humana, la nave Tortuga espera la llegada de los pequeños transbordadores encargados de bajar la preciada mercancía a dicho mundo. 
Los dos humanos que viajan a bordo de la nave ya se han enfundado sus trajes espaciales. 
- Parece que el contacto se retrasa- dijo Norma. 
- Después de lo que ocurrió en la colonia moutona, esto no me da buena espina- dijo Hugo con visible nerviosismo. 
 - Tranquilo novato, de momento el retraso está dentro de lo normal- replicó el bíraro Garn. 
 - Hay llegan- contestó el otro bíraro señalando la pantalla de la nave. 
Tres pequeñas lanzaderas aparecieron en el horizonte, acercándose al punto de encuentro. Hugo y Norma se pusieron sus cascos y se dispusieron a bajar a la bodega de carga de la nave junto con el robot A20. 
La bodega quedó aislada del resto de la nave gracias a los compartimentos estancos y la compuerta exterior se abrió al frío de la superficie lunar de aquel asteroide. Afuera esperaban enfundados en sus trajes espaciales tres humanos que hacían señales a Hugo y a Norma. En cuanto la compuerta terminó de abrirse se apresuraron a entrar en el interior. 
 - Antes de recoger la mercancía, tenemos ordenes de asegurarnos de que todo es correcto, por favor abran uno de los contenedores- dijo uno de los humanos. 
 - ¡Esto es inusual y absurdo! ¡Sabéis perfectamente lo que hay en el interior! ¡Además, a vosotros es la primera vez os veo en una entrega!- dijo Norma. 
 Los astronautas se dispusieron a desenfundar sus armas, camufladas en el sistema vital de sus trajes. 
- ¡A20, ataca! ¡Es una trampa!- dijo Hugo viendo lo que estaba pasando. 
Con la ayuda de la escasa gravedad, se lanzó encima del astronauta más próximo, el impulso los echó fuera de la nave, donde siguieron forcejeando. A20 consiguió neutralizar al segundo astronauta, pero el tercero disparó contra el robot. Norma aprovecho para armarse con uno de los fusiles que guardaban allí mismo y disparó contra el astronauta. 
En el exterior, viendo que todo se había desmadrado, los tres pilotos de las lanzaderas, salieron en ayuda de sus compañeros. Hugo consiguió arrebatarle el arma a su contrincante, lanzándolo de una patada contra uno de los pilotos. 
Norma temiendo que los atraparan, echó a los dos astronautas fuera del Tortuga mientras ordenaba a Zot y Garn que cerraran la compuerta de la bodega y salieran de allí a toda prisa. Hugo al ver que el Tortuga empezaba a elevarse sin él y aprovechando la confusión de los pilotos que se disponían a regresar a sus pequeñas naves de contrabando, disparó contra uno de los pilotos, casi rozándolo y obligándolo a tirarse al suelo, con la ayuda del retropropulsor de su traje, Hugo pasó por encima del piloto, entrando a toda prisa en la lanzadera, haciéndola despegar inmediatamente del suelo del asteroide y se sorprendió al ver salir del horizonte, un pequeño crucero de guerra, con la intención de interceptarlos y cortarles la huida, así que aprovechando que los otros pilotos, creían que él era uno de ellos, disparó contra las dos pequeñas naves inutilizándolas ya que por su delicada situación de espía evitaba matar a nadie y sabía que la tripulación de la nave de guerra se encargaría de los supervivientes. Abrió así una nueva vía de escape para él y sus compañeros a bordo del Tortuga, que ignorando que él pilotaba dicha nave, abrieron fuego contra él, que consiguió los disparos de sus compañeros por los pelos. Se apresuró a sintonizar la frecuencia del Tortuga. 
 - ¡Ey colegas! ¡Que soy yo! ¡He conseguido hacerme con una de las lanzaderas e inutilizar las otras dos! ¡Dadme coordenadas seguras donde encontrarnos! 
- ¡Hugo! ¡Creía que te habían matado! ¡Te envío las coordenadas! ¡Prepárate para salir pitando de aquí! 
 La fragata que había contado con el factor sorpresa, lo último que se esperaba era la rápida reacción de la tripulación del Tortuga y vio impotente, como sus dos presas tomaban distancia perdiéndose pronto en el espacio. 


Jotacé.

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