lunes, 9 de diciembre de 2013

(H.C. 36 ) ÚLTIMOS RECURSOS


-->
Tanto el Tortuga como la pequeña nave contrabandista que pilotaba Hugo, habían logrado escapar de sus perseguidores y se encontraban en un punto distante del espacio exterior, más allá de cualquier sistema solar habitado, flotando en el vacío del espacio con el impulso sin freno que les habían dado sus propulsores ahora apagados, en su frenética huída. Sin embargo la velocidad de las dos naves era demasiado lenta para llegar a ningún lugar habitado donde reponer combustible y sin posibilidad de poder pedir ayuda, ya que muy probablemente la señal sería interceptada por sus perseguidores. 
 - Acoplaré la pequeña nave al Tortuga, para meter su combustible en nuestra nave. Quizá así nos llegue para llegar a algún lugar habitado donde poder reaprovisionarnos- dijo Hugo. 
Poco después se ajustaba nuevamente el casco de su traje espacial y se preparaba para salir al exterior, Zot también salió para ayudar a Hugo en las tareas. 
Tardaron media hora en pasar el combustible de una nave a la otra. Pero la capacidad del depósito de la pequeña nave incursota, preparada para viajes relativamente cortos y casi siempre dentro de un mismo sistema solar, era muy pequeña y el depósito ya tenía poco menos de la mitad del combustible. 
- Nos enfrentamos un problema grave. Según el mapa estelar, no hay suficiente combustible para llegar a ninguno de nuestros asteroides de aprovisionamiento y los planetas más próximos a nosotros ya estarán prevenidos de nuestra llegada- dijo el bíraro Garn. 
- La única salida sería deshacernos de la mercancía- dijo Hugo. 
- ¿Estás loco? Antes la muerte por inanición que abandonar la mercancía Dios no nos lo perdonaría fácilmente, antes la muerte- replicó Zot. 
- Calma chicos, hay otra posibilidad, es arriesgada pero dadas las circunstancias, no hay donde elegir- todos se quedaron mirando a Norma que era la que acababa de hablar.- Ir al planeta de las minas de ambrosío, según los mapas estelares está lo suficientemente cerca, la mercancía no se pierde y allí podremos reaprovisionarnos sin problemas y ya de paso hacer una visita de cortesía a Dios. 
- ¿Donde están esas minas?- preguntó Hugo. 
 Todos se lo quedaron mirando. 
 - ¡Estas loca! Sabes que todavía no ha pasado un tiempo prudencial para volver a llevar al novato- dijo Zot. 
 - Si a alguien se le ocurre otra idea mejor, estoy abierta a cualquier sugerencia- dijo Norma irónica. 
- ¡No! Es la única solución medianamente razonable. ¡Pero él tendrá que viajar encerrado en su camarote!- dijo Garn señalando a Hugo. 
 - Por mi vale. Más vale eso que morir en medio del espacio por no poder pedir ayuda- contestó Hugo. 
Encerrado en su camarote, el viaje se le hizo eterno a Hugo que pasaba el tiempo entre juegos virtuales que se sabía de memoria, la lectura de libros que siempre tenía pendientes y las sesiones de juegos eróticos a los que participaba con Norma, cuando estaba menos irascible por tener que racionar las provisiones. Siempre que se le brindaba la ocasión, preguntaba cuanto faltaba para llegar a su misterioso destino. La primera vez que estuvo en las minas, las medidas de seguridad para evitar que las localizara, habían sido extremas, pero ahora tendría puntos de referencia que le permitirían localizar dicho destino, si algún día lograba regresar al Cristóbal Colón. 
Cuando el Tortuga por fin aterrizó en su destino, Hugo se alegró de poder salir de su camarote y estirar por fin las piernas. También pudo comprobar, antes de que se cerraran las compuertas del hangar principal, que el cielo del exterior, correspondía al de un mundo con atmósfera, como el de la Tierra o el de la mayoría de mundos coloniales, tal y como había sospechado la vez anterior en que se encontró en aquel mundo. La organización tenía numerosas ramificaciones y demasiada gente de distintas especies, para que todos estuvieran al corriente de la situación de la mayor parte de sus integrantes, así que apenas llamó la atención para el resto del personal que se paseaba de un lado a otro de las instalaciones subterráneas. 
 - Tripulación de la nave Tortuga, por favor persónense inmediatamente en el despacho de Dios- dijo una voz en los tres idiomas predominantes. Instantes más tarde, los dos humanos y los dos bíraros, estaban en presencia del bíraro jefe de la organización. 
 - Sinceramente, no esperaba verle tan pronto por aquí, señor Cortes- dijo Dios. 
- Ha sido una situación excepcional, además ha pasado el viaje hasta aquí encerrado en su camarote. Todo está en el diario de abordo- dijo ahora Norma. 
- Tal vez, pero es demasiado pronto para que podamos fiarnos de un recién llegado- replico nuevamente el líder bíraro 
 - No veo por que, asta ahora he hecho todo lo que se me ha dicho y creo que he salido bastante airoso- contestó Hugo. 
- Si no fuera por él, habríamos caído en una emboscada- dijo Zot. 
- Una emboscada que bien podría haber provocado el mismo para afianzar su posición en la organización, haciendo llegar de algún modo la información de los destinos a los que os dirigíais o en los que ya habíais estado. 
- ¡Imposible!- replicó Garn- hasta que no salíamos de las estaciones, él desconocía los destinos, desde el Tortuga le era imposible informar y era la primera vez que íbamos al lugar donde nos tendieron la trampa con él abordo. 
- Por otro lado, no es la primera vez que somos traicionados por agentes que creíamos fieles a nuestra organización. 
 - Está bien, de momento podéis retiraros. ¡Norma! por favor, quedaté un momento. 
Tanto Hugo como sus dos compañeros bíraros salieron del despacho. 
- Tú dirás- dijo la contrabandista. 
- Con vuestro comportamiento, estáis poniendo en riesgo toda la organización. El señor Cortes puede ser un agente infiltrado, aunque no esté detrás de esta emboscada- dijo Dios. 
- ¿Y que sugieres que hagamos? ¿Matarlo? ¡Si nos equivocamos perderemos un buen piloto!- dijo la contrabandista suspirando. 
 - Hay otras formas de asegurarnos su fidelidad. Durante el próximo reconocimiento médico al que seréis sometidos, a él se le borrará la memoria y se le implantarán nuevos recuerdos. No perderá sus habilidades y tendremos alguien en quien realmente poder confiar. 
 - ¿Más o menos, como pensábamos hacer en Oceana? 
 - No, antes solo iba a ser un lavado de cerebro… esto será más radical. Deberás informar a tus compañeros del Tortuga de los nuevos cambios. Puedes retirarte. 
- Está bien- dijo Norma, que sentía un extraño nudo en la garganta por la suerte que estaba apunto de sufrir su compañero. 
Cuando Norma salió del despacho de Dios, una puerta secreta se abrió detrás de su escritorio de la que salió tigre. 
 - ¿Todo está dispuesto?- preguntó Dios. 
- Por supuesto, el señor Cortes no saldrá vivo de la operación. 

 Jotacé.

2 comentarios:

  1. Es muy injusto lo que va a pasar al piloto Hugo. Espero que la haya pasado bien en los juegos eroticos con Norma.

    ResponderEliminar
  2. Si, lo cierto es que lo he metido en un buen lio, veremos como lo saco del lio.

    saludos.

    ResponderEliminar