lunes, 6 de octubre de 2014

(D. F. 16) RIVALES


Los negros nubarrones oscurecieron el cielo adelantando la negra noche sin estrellas, pero la lluvia ácida retrasó la salida de los cazadores, que esperaron impacientes las dos horas que duró la tormenta, veinte minutos más tarde todas las criaturas mutantes de aquel nuevo mundo inundaron la noche de ruidos y al igual que el resto de bestias, aquellos protohumanos hicieron lo propio.                           
Roca, el líder de los mutantes subió a los últimos pisos de aquel edificio, donde los jóvenes mutantes que habían descubierto a los supervivientes del viejo mundo antes de que entraran en la ciudad y los vigilaron desde su puesto en las alturas hasta perderlos finalmente entre las ruínas, ellos le mostraron con el dedo el último lugar donde habían visto a sus presas por última vez.            
— Ese es el territorio de caza de los Asesinos— dijo mientras desplegaba un viejo y arrugado mapa de la ciudad,— si nos metemos allí nos acusarán de invadir su zona, pero esa es una pieza demasiado suculenta para dejarla escapar así como así, tal vez deberíamos parlamentar con ellos y tal vez compartir por una vez la caza.                     
— ¡Si compartimos esa carne sin contaminar con otra tribu, no habrá bastante para todos!— dijo una de las mujeres.— Además nosotros hemos visto a la presa y nos corresponde por derecho.  
— Mujer, dudo mucho que ellos estén de acuerdo.
— Entonces ofréceles algo a cambio de poder ir de caza a su territorio o engañalos, diles que el motivo de vuestra presencia es otro o simplemente que necesitáis pasar por su zona, lo que sea para no tener que compartir nuestra comida. Roca aceptó lo que dijo la mujer. Veinte minutos más tarde un emisario se adentró en el territorio de los asesinos él se encargaría mediante engaños de distraer la atención de sus rivales, mientras los rastreadores hacían su trabajo en territorio enemigo. Pero los asesinos que habían escuchado los lejanos disparos del día anterior reconociendolos como tales, se olían de lejos las auténticas intenciones del mutante rival, que nada más poner un pie en su territorio fue recibido a pedradas. Para Roca y todo el clan de los cazadores que vigilaban en la distancia el avance de su compañero con su bandera blanca, era poco más que una declaración de guerra y la excusa de invadir aquel territorio en el que se encontraban escondidos los supervivientes. Poco podían imaginar los asesinos hasta dónde eran capaces de llegar sus rivales por conseguir aquella caza. Ambos bandos armados con oxidadas barras de hierro, cuchillos y piedras se enzarzaron en una feroz batalla que duró casi toda la noche, hasta que la lluvia ácida y radioactiva ahuyentó a los dos bandos haciéndoles buscar refugio hasta la noche siguiente.  

Jotacé.

2 comentarios:

  1. Dos recursos interesantes.
    Uno es conocer el punto de vista de los mutantes, más exactamente de uno de sus bandos. Detalle que confirma lo peligrosos que son.
    Otro recurso acertado es que la rivalidad entre esos bandos haya salvado a los sobrevientes humanos de ser atacados, por el momento. Eso y la lluvia acida.

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  2. Dos recursos, el de los mutantes y el de la lluvia que saque en el primer capítulo y a los que había que regresar, sobre todo al tema de los mutantes.

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