viernes, 6 de marzo de 2015

(D.F.38) PLANES INMEDIATOS


 ─ Adrián os ayudará a llegar al refugio del que vino vuestro compañero y a regresar a vuestra ciudad subterránea ─ les explicó María
 ─ Eso es estupendo ─ exclamó Casandra mirando a Adrián.
 El chico se sonrojó y la anciana sonrió al ver la reacción de su hijo.
 ─ ¿Pero, que hay de ti María? Sería conveniente que vinieras con nosotros ─ dijo Cesar sospechando la respuesta.
 ─ ¡Es lo mismo que opino yo! ─ Exclamó Adrián.
 ─ Los dos sabéis que estoy demasiado mayor para salir de aquí.
 ─ Yo y mi hija nos quedaremos con ella ─ intervino ahora Roma.
 ─ Ese no era nuestro trato, allí hay médicos que podrían ayudaros.
 ─ Yo solo quería un lugar donde criar a Pétalo a salvo de los salvajes de la superficie, por mi parte ya has cumplido tu parte del trato. ¿Puedes asegurarnos acaso que podamos ser curadas y tratadas como al resto de los habitantes de vuestra ciudad? 
 ─ Siempre se puede intentar ─ contestó el hombre.
 ─ Aunque así fuera a lo mejor somos nosotras las que no nos adaptaríamos. No, no arriesgaré más la vida de mi hija cuando ya he encontrado un lugar seguro, si es que la señora María nos acepta con ella.
 ─ Claro que sí ─ dijo la anciana acariciando la cabeza de la niña.
 ─ Solo hay un último favor que quiero pedirte a ti y a tus compañeros ─ continuó Roma. 
 ─ Tú dirás.
 ─ Tiempo, solo uno o dos días asta que aprendamos el funcionamiento de este sitio. El joven puede ser un buen maestro y los mutantes de ahí afuera os darán por muertos y dejarán de buscaros.
 ─ ¿Pero, qué hay de Arturo? ¡Puede que siga vivo ahí afuera y necesite nuestra ayuda! ¡Yo ya he perdido a uno de mis hijos y perder a alguien más…! ─ Se lamentó Julia.
 ─ Es posible que muriera antes que Pablo o que regresara a su refugio donde ya estará a salvo con su hermana, si hay otras posibilidades, el buscarlo ahí afuera sería como buscar una aguja en un pajar, sin contar con los riesgos que eso conllevaría. Nuestra misión ahora es para su hermana. Si sigue en el refugio, sabemos donde está y tenemos los códigos de acceso. Si ha conseguido llegar allí mejor para él. Julia miró al resto de los expedicionarios buscando apoyo, finalmente Casandra la cogió del hombro comprensiva.
 ─ Cariño, ahora mismo esta es la mejor opción para regresar. Tú ya has perdido demasiado en esta misión y en casa tienes familia que te espera.
 El cansancio y la desesperación hicieron mella en Julia y terminó echándose a llorar por todos lo acontecimientos vividos en las últimas horas.
 ─ Vamos cielo, acompáñame a la cocina, te prepararé algo caliente que te reconforte ─ dijo María yendo hacia Julia. 
 Mientras le preparaba una infusión, la anciana le pidió a Julia que le hablara de su familia, que le contara como era su vida en la ciudad; Julia le habló de Damián el hombre de su vida, de los dos hijos que tenían en común, Lucas y Laia y sobre todo de su primogénito perdido Pablo, fruto de una relación anterior; rememoró como había perdido la vida en los túneles y lloró, lloró asta que prácticamente se le secaron los ojos. Cuando termino la infusión, la anciana la acompañó hasta su habitación, donde calló por fin rendida en un profundo y reparador sueño del que despertaría unas cuantas horas más tarde, con más ánimos y fuerzas renovadas.

 Jotacé.

2 comentarios:

  1. Da la sensación de que Roma y su hija serían aceptados. Aceptaron a Arturo, que era culturalmente extraño y hasta aceptaron una misión riesgosa por él.
    Que suspenso.

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    1. El problema para Roma es, tal vez el riesgo para su hija que conlleva el viaje. Si fueran directos a la ciudad, tal vez continuaría.

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