Volvemos con reseña de mi amigo y casi podría decir que socio Julián Sánchez Caramazana, se trata de dos libros de relatos cortos recopilatorios, ambos de las mismas temáticas. El primero Cuencas Vacías, publicado por la editorial Tombuoktu en el 2013 y La Cara Quemada del Diablo, publicado por la editorial Dédalo, en el 2018, poco antes de que coincidiéramos en el certamen Área Pulp.
En los relatos que componen ambos libros Julián se conjuga el terror, el suspense y el gore o como dicen muchos el Splatterpunk, del que hace alarde en casi toda su obra reciente y sus protagonistas son los mismos monstruos que pueblan nuestras más espeluznantes pesadillas, tanto sobrenaturales, vampiros, hombres lobo, criaturas alienígenas o lovecrafnianas, así como monstruos más terrenales, asesinos y psicópatas de toda índole, sexo o condición social. Y todo ellos sedientos de sangre. También podemos ver como hace alarde a su cultura, tanto literaria, referenciando a maestros del pulp tanto clásicos norteamericanos, como autores autóctonos, tan clásicos y maestros como los de fuera, aunque ya se sabe en este país como se trata a la cultura. La música, el deporte (sobre todo el futbol, quien conozca a Julián sabrá que el Barça es su religión), la política, sirven tanto para hacer una ácida critica social como para situarnos en algún momento concreto de nuestra historia reciente. Tampoco pueden faltar referencias al cine de género de terror y de serie b, llegando en algunos relatos a flirtear con la ciencia ficción. Ambos tomos son una gozada para los fans de este tipo de lectura y también para los que quieran adentrarse en el particular universo de este autor si es que no lo son ya.
Jotacé.
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