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sábado, 3 de diciembre de 2011
EL VENDEDOR DE ALMAS
Un día se me apareció el demonio, pero para mi sorpresa, no quería mi alma. Al parecer ya tenía demasiadas, lo que quería era venderme una de esas muchas almas que le sobraban. -No me interesa… pero si así fuera, dudo que pudiera pagar el precio.
- El precio por alma, es el de un recuerdo. Dependiendo del recuerdo que quieras darme, así será el alma que yo te daré y de ti dependerá lo que hagas con ella.
La oferta era tentadora, pero la responsabilidad era ya mucha y más teniendo en cuenta el hecho de que ya cargaba con el peso de mi propia alma… y de mi propio destino.
Jotacé
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Vaya, me parece muy acertado que el demonio se haya puesto a vender almas a cambio de recuerdos.
ResponderEliminarMuy actual... y desde luego cargar con más almas tiene que ser muy pesado.
Saludos