Aquel fin de semana, Santi y Elena habían decidido descansar de su investigación. El viernes el hermano de Santi, le pidió que se reuniera con el en casa de sus padres. Aquello era algo que le ponía extremadamente nervioso, pero para su propia sorpresa ya les había perdido el miedo.
Su hermano llegó acompañado por su hermana mayor, de la que hacía tiempo que habían perdido el contacto. Abel volvía a ir vestido de “paisano”, el reencuentro fue emotivo y estremecedor a la vez. Al parecer Abel y Ana habían estado manteniendo el contacto durante todos aquellos años.
Sus padres se llevaron una gran sorpresa al verlos entrar a los tres por la puerta, encima, cuando Abel les dijo que dejaba el sacerdocio, casi les da un ataque. Su madre lloró desconsolada mientras sus padres los echaba a los tres de la casa.
- ¡¡¡Yo ya no tengo hijos!!! – Gritaba sin querer escucharlos.
Los tres hermanos fueron a cenar, para celebrar el reencuentro.
- Me hice cura por los viejos, pero hace años que estaba viviendo una mentira.- Dijo Abel.
- ¿Y como pudiste aguantar durante tanto tiempo?- preguntó Santi.
- Por dos motivos, por un lado, me lo tomaba como si trabajara en una ONG, era una escusa perfecta para ayudar a la gente, la segunda… por ti. Aunque siempre he llevado una doble vida.- les explico.
-Lo siento, dijo Santi bajando la cabeza.
- No te preocupes, para mi era como tener una identidad secreta… como los superhéroes.- Dijo Abel sonriendo.
- ¿Y tú? ¿Qué ha sido de tu vida? Papa y mama llegaron ha hacer que te odiara.- pregunto Santi a su hermana.
Ana le explico que tenía un buen trabajo y que aunque no había llegado a casarse, tenía una relación estable desde hacía más de diez años con un buen hombre con el que tenía tres hijos, había intentado decírselo a sus padres, pero cualquier intento por retomar el contacto había sido inútil, ni si quiera la insistencia de Abel, les había hecho cambiar de opinión, solo su madre había llegado a mostrar cierto interés a espaldas del padre y todo eso sin que el propio Santi se enterara de nada.
- Ahora ya no tienes excusa para venir a verme, a mi y a tus sobrinos y puedes traer también a tu amiga.- Santi la miró extrañada.
Cuando salieron del restaurante fueron a un bar donde siguieron poniéndose al corriente de sus vidas. Gracias a Abel, Ana había estado al corriente de todo, incluso pudo ir a visitarlo en el hospital a escondidas de sus padres mientras él permanecía en coma.
Aquella tarde, Jota y Diana veían en la televisión un programa de sucesos. Hablaban del hombre que se había suicidado después de asesinar a una prostituta que había contratado. Sonó el móvil de Jota, era un mensaje de Mónica:
- Es Mónica, quiere hablar contigo sobre su hermana y Santi.
- ¿Conmigo? Que raro, no se en que puedo ayudarla.
- Para raro eso- dijo Jota señalando la tele.
La locutora hablaba de la aparición de justicieros, que detenían a delincuentes en las calles de la capital.
- La gente está como una cabra.- dijo Jota
- A lo mejor es que es tiempo de héroes.
Esa noche Elena les hablaba de sus sospechas de que Santi era la reencarnación de Andrés.
- Por lo que me dijo Santi, salió del coma el mismo día y a la misma hora en la que murió Andrés y su manera de hablar y de comportarse, es muy parecida, sin embargo no parece acordarse de nada.
- El día que murió Andrés… me encontré con un amigo que me dijo que allí estaba Santi y subí un momento a planta a visitarlo. Parecía completamente dormido. ¿Estás segura de que fue el mismo día?- preguntó Jota.
- Yo te vi, hablando con ese amigo en la calle. Fue justo antes de que muriera Andrés.- dijo Mónica.
- Si, pero cuando tú me viste, yo ya había subido a verle. Una enfermera nos sorprendió en la habitación y tuvimos que salir a la calle.
- Entonces… Salió del coma unos minutos más tarde, estuviste apunto de…
- Aunque eso fuera así, puede que solo sea una casualidad, tú misma has dicho que el no recuerda nada de su pasado como Andrés, pero si de su pasado como Santi. Aunque debo reconocer que desde que salió del coma es una persona totalmente diferente.
-¿Diferente, en que sentido?- preguntó Mónica.
- Antes era la persona más antisocial que he conocido, le daba miedo el contacto con otra gente, incluso tartamudeaba, no le gustaba el ejercicio físico, cosa que ahora va casi todos los días a correr, siempre pegado a las faldas de sus padres y debo decir que era un poco… inútil.
- La mente no tiene nada que ver con el espíritu o alma.- intervino ahora Diana.- En la mente están los recuerdos de una persona, puede que también su espíritu, pero no se puede confundir una cosa con otra. A pesar de los genes y todas esas cosas siempre quedan respuestas por responder. Por ejemplo, dos hermanos gemelos, idénticos, criados de la misma manera, no tienen por que comportarse de forma similar, a pesar de tener los mismos genes. Ahí es donde interviene el Alma.
Elena miró a Diana esperanzada.
- Pero… ¿Qué pasa con toda esa gente que dice recordar sus vidas pasadas?- preguntó ahora Mónica.
- Siempre hay preguntas por responder, de todas maneras. ¿Has conocido personalmente a alguien así? Y aunque así fuera ¿Cómo sabrías que dice la verdad?- dijo Diana.- En cualquier caso el alma de una persona en el cuerpo de otra, con los recuerdos y las experiencias de otra… Solo son conjeturas, pero si todo eso fuera posible, Santiago, ya no es el Santi que conocía Jota, pero tampoco es Andrés.
- ¿Entonces quién es?- preguntó Elena desconcertada.
- una combinación de los dos, evidentemente.
Inquietante!
ResponderEliminarMuy bueno, Juank! Engancha...
Un saludazo y buena semana!
Gracias Susi, en la página "Las aventuras de Jota" puedes seguir las aventuras de estos personajes desde el principio.
EliminarUn saludo a ti también.
Gracias Susi, en la página "Las aventuras de Jota" puedes seguir las aventuras de estos personajes desde el principio.
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