lunes, 16 de julio de 2012

(L.P. 14) EMPAREJADOS

Cuando Santi se marcho con Elena, Jota terminó de prepararse el desayuno, consistente básicamente en café con leche y galletas maría de marca blanca. Poco después apareció Diana, vestida tan solo con una camiseta que le cubría casi todo el cuerpo.
- ¿Quieres?- preguntó Jota señalándole el baso de café que tenía en la mano.
- Pensaba que me traerías el desayuno a la cama.- dijo ella enjugándose las legañas de los ojos.
- Y yo que querías dormir un poco más después de lo de anoche.- dijo Jota empezando a levantarse con cierta desgana.
- No te molestes, ya me lo preparo yo. ¿Quién ha llamado antes?
- Era Elena buscando a Santi. - Tienes la nevera vacía- dijo cerrando el electrodoméstico con cierta desgana.
- Lo se, en cuanto termine de desayunar iré a comprar alguna cosa. ¿Quieres venir?
- No, tengo que buscar cierta información en Internet. Anda, pásame las galletas, tengo hambre. Jota, cogió tres o cuatro galletas más y le lanzó el paquete a Diana, que estaba terminando de prepararse el café. Hora y media más tarde, Jota salía por la puerta con uno de esos carritos de la compra con ruedas y con su permiso, Diana aprovechaba para abrir el portátil de Jota y buscar un nombre en el buscador de turno. “Marques de Camuñas”, es un nombre casi olvidado pero que todavía conserva poder y cuya atención sabe muy bien que pueda recaer sobre sus amigos. Por eso era crucial que aquella chica Alicia olvidara definitivamente al antiguo compañero de piso de Jota. Sonó el timbre de la puerta sobresaltando a Diana, que fue a comprobar quien era.
- Hola… me preguntaba si te gustaría ir de compras conmigo.- dijo Mónica.
- ¿De compras? - Bueno, no se si… Después de lo de esa chica.
- No, está bien, déjame terminar una cosa y en media hora estoy contigo. Algunas horas más tardes, las dos chicas estaban sentadas en una terraza, con algunas bolsas.
- ¿Qué hay entre tú y Jota?- dijo Mónica de sopetón.
- ¡¿Entre Jota y yo?! No creo que sea asunto tuyo – contestó Diana un tanto molesta.
- Tienes razón, disculpa. Es que anoche… os vi llegar con otra gente y tuve la impresión de que también estaba el… vampiro. Diana le contó lo que había ocurrido la noche anterior con Daniel y Alicia, a la cual tendrían que hacer creer que Daniel había muerto definitivamente.
- Anoche parecía que estuviéramos rodando una película de la Hammer, esta tarde iremos a casa de mis amigos a buscar las pruebas concluyentes y seguramente en las noticias locales hablarán de vandalismo en el cementerio. Esta vez esperamos que Alicia recupere definitivamente la cordura. En cuanto a Jota y yo… Digamos que lo pasamos bien, pero solo somos amigos. Pronto me volveré a ir. ¿Y entre vosotros dos? Por que él me aseguró que no había nada… Bueno, aparte de toda aquella movida...
- Precisamente, después de todo aquello, la muerte de mi cuñado y… y… En fin, habían pasado demasiadas cosas. Lo último que se me apetecía era empezar otra relación, y menos con tío que tiene a un vampiro como amigo, que me había estado chupando la sangre.
- Lo entiendo.
- No, no lo entiendes. Jota me ha salvado un par de veces y una de esas veces, con la ayuda de Daniel. Además es un tío encantador y siempre está cuando se le necesita.
- ¿Entonces en que quedamos?- preguntó Diana.
- El caso es que es el mejor tío que conozco y desde que llegaste tú…
- Escucha, esta noche, cuando terminemos de resolver el asunto de la loca esa en el hospital, hemos quedado sobre las doce con Paco, otro amigo de Jota, tranquila, ese no se come a nadie, al menos literalmente, seguramente vendrá también Santi, puede que con tu hermana.
- Ya… ¿y a mi quién me toca, el amigo de Jota?
- Oye, solo es una reunión de amigos, yo intenta… mantendré la distancia con Jota, lo que tenga que pasar pasará.
- No se… No creo que vaya.
- ¿Y te vas a quedar con las ganas de saber como termina la historia de Alicia?
- Ya veremos.

Esa noche, Mónica cenó con su hermana Elena y Santi, Jota y Diana, habían desaparecido del mapa hasta la hora señalada en un bar cercano a la zona de copas habitual donde les esperaba también Paco. Santi y Elena, se mostraban muy acaramelados, algo había pasado entre ellos aquel día. Diana y Jota hablaban con Paco y Diana le echó una mirada a Mónica, para que se acercara y participara en la conversación. Para desconcierto de Jota, Diana empezó a sentir más atención por Paco y un duelo dialéctico terminó evolucionando hacia un flirteo cada vez mayor, pero Jota dejó de prestarles atención, cuando Mónica acaparó su atención.
- ¿Cómo ha ido todo el asunto de Daniel y la loca esa?
- Creo que ya se ha terminado. Daniel también se ido, creo que para siempre. Eso me convierte en alguien relativamente normal – dijo jota sonriendo irónicamente
- ¿Y eso es tan malo? Y de todas maneras, defíneme la palabra normal.
- Pues no se… ¿alguien que no tiene amigos vampiros? Los dos se rieron. Luego ella le contó lo mal que le había ido en sus dos últimas relaciones y de cómo había estado huyendo desde entonces de cualquier otra relación, le dijo lo mismo que le había contado a Diana, Jota estaba más confuso que nunca, miró a Diana y la vio muy compenetrada con Paco, luego miró a Mónica, había estado tanto tiempo deseando que pasara algo entre ellos, que ahora no sabía que pensar. Fue ella la que finalmente tomó la iniciativa, besándolo. Diana, aunque quería a Jota, sonrió al verlos.
- Oye, paco, ¿tienes sitio en tu casa para pasar la noche? Un sofá donde dormir no me vendría mal.
- ¡Mi sofá es muy incomodo!, pero en la cama hay sitio de sobras-dijo Paco medio en broma.
- Bueno, ya veremos- contesto Diana, luego se dirigió a Jota y le susurro al oído.
- Esta noche no me esperes a dormir.
- ¿Qué te ha dicho Diana?- preguntó Mónica. Jota sonrió, le acarició el pelo, la atrajo hacia él y la besó.

Jotacé

No hay comentarios:

Publicar un comentario