lunes, 20 de octubre de 2014

(D.F. 18) NUEVO DÍA.

La mujer mutante les miró uno desafiante, esperando una respuesta. 
─ Nosotros tratamos de advertiros, salimos a la calle en masa y tratamos de explicar cual era la situación ─ explicó Cesar ─ y aunque muchos nos escucharon y se nos unieron la mayoría de vosotros prefirió escuchar a los gobernantes que creíais haber elegido, marionetas de los auténticos responsables de esta situación y que siempre os decía lo que queríais oír… la verdad era demasiado dolorosa. A nosotros nos tacharon primero de alarmistas y luego incluso de terrorismo, pero era algo que ya habíamos previsto y estábamos preparados para afrontar el futuro que se nos echaba encima… Tratamos de salvar a todo el pudimos, pero… nuestros recursos eran muy limitados… 
─ La puerta está abierta Cesar, tenemos que irnos cuanto antes, si hay más mutantes cerca… 
Cesar asintió con la cabeza y poco después, los expedicionarios estaban nuevamente en por las callejuelas de la ciudad, aún les quedaba un buen trecho asta llegar al lugar donde Arturo tenía su refugio. 


Roca observaba a un grupo de niños jugando a futbol en el patio de un colegio, el sol brillaba en el cielo pero nadie parecía asustado ante la intensa luz del sol, más bien al contrario, lo que les asustaba era la oscuridad. La pelota fue directa al interior de un pequeño cobertizo desde donde Roca observaba a los niños humanos junto con otros mutantes deseando coger aquella carne fresca y sin contaminar. Roca retrocedió escondiéndose en las sombras del cobertizo pero sin perder de vista al niño que corrió hasta la entrada del cobertizo para detenerse de golpe, como si intuyera el peligro que le acechaba allí dentro. 
─ ¡¿Quieres darte prisa?! ─ gritó otro de los niños. 
El niño miró a su compañero y luego a la oscura entrada del cobertizo, avanzó despacio entrando en la penumbra hasta llegar a la pelota, la cogió y al alzar la vista vio al mutante y Roca lo reconoció, aquel niño era él… Roca despertó de aquella repetitiva pesadilla y entonces supo lo que tenía que hacer, despertó a sus compañeros, reuniéndolos en la parte baja del edificio. 
─ ¿Qué es lo que ocurre? ─ preguntó la mujer mutante. 
─ Hay que buscar ropa gruesa y gafas solares, estas presas solo salen de día y si queremos darles caza tendremos que hacerlo de día ─ los demás mutantes lo miraron asustados y temerosos. 
─ Estás loco ─ dijo uno de ellos temeroso 
─ Noooo, Roca tiene razón, hay que darles caza ahora ─ dijo la mujer. 
─ ¡¿A qué esperáis?! Traed todo lo necesario y preguntad a los vigías si han visto algún rastro de la presa. Apenas tardaron tres cuartos de hora en prepararlo todo para aquella cacería diurna. 
Los mutantes salieron al exterior con cierto temor y bien protegidos y Roca los dividió en varios grupos para extender el terreno lo máximo posible con la esperanza de que alguno encontrara algún rastro de los supervivientes, otros mutantes avanzarían por los puentes colgantes y lianas dispuestas por los tejados para poder avisar a todos los grupos cuando localizaran a sus preciadas presas. 

Jotacé.

2 comentarios:

  1. Contundente respuesta. Tuvieron la oportunidad pero no escucharon.
    Ahora se plantean dos preguntas. ¿Que fue lo que pasó? ¿Quienes fueron los ocultos responsables?

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  2. Todo a su tiempo Demiurgo, algunas respuestas las tengo muy claras y tarde o temprano llegarán otras todabía no las tengo tan claras, pero ya veremos como lo resuelvo.

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