Me crié delante de una pantalla, ya fuera de televisión o de una videoconsola y siempre me costó relacionarme con otra gente. Las pocas veces que algún compañero del colegio, me invitaba a algún cumpleaños o algún tipo de salida, yo siempre decía que tenía cosas que hacer.
- Tío, no estudies tanto.- Me decían
- No, si es que echan un capítulo crucial de bola de drac.- Alegaba yo.
- ¿Y después?
- Echan una pelí de Chuck Norris. Muy buena. Os la recomiendo.
Luego, ya de mayor, era salir del trabajo y encerrarme en mi casa, para descargarme películas y series de televisión, muchas de las cuales todavía no he visto, a pesar de que en su día me las descargué incluso antes del estreno.
Un día, recibí el e-mail de un pariente, invitándome a una popular red social. Decidí aceptar la invitación. Aquel pariente tenía más de 50 amigos y cada día parecía hacer más. Todos ellos hablaban de lo que más les interesaba. Eran vidas reales y un mundo nuevo se abrió ante mí, así que decidí añadirme a los amigos de mi pariente. No todos me admitían como amigos, pero que más daba, ya que los que si lo hacían tenían a su vez más amigos a los que les podía solicitar su amistad. En poco tiempo superé los 50 amigos y luego los cien, doscientos y en la actualidad, supero los 5000. Apenas recuerdo los nombres de unos pocos y ni siquiera conozco personalmente. Pero que importa. Ahora participo en foros donde comento las pelis y las series de televisión que veo por Internet, también comento sus fotos y me intereso por sus vidas. Nunca había tenido tanta vida social y todo sin salir de casa. J.C.
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