sábado, 5 de marzo de 2011

CARTA DE UN PSICOPATA.


Queridísimos lectores:
He enviado esta carta a distintos medios de comunicación. La razón es explicar la verdad sobre el espantoso caso del asesino suicida. Según todos los medios el hombre secuestró a una inocente chica, la mato después de violarla y torturarla vilmente y luego se suicidó, cortándose las venas. La policía no se explica que le motivó a cometer tremenda atrocidad. Lo cierto es que el señor Pedro Pérez, no mató a la chica y tampoco se suicidó. Fue un humilde servidor, que tras proponerme cometer el crimen perfecto, los maté a los dos.
Durante días estuve siguiendo a distintas posibles victimas, todo gente con la que no tenía absolutamente ninguna relación.
El señor Pérez, era perfecto. Después de su divorcio, lo perdió todo, trabajo y amigos. Encima vivía en una urbanización apartada sin ninguna relación con sus vecinos. Estuve siguiéndolo durante semanas, siguiendo sus pautas de comportamiento. Una noche robe un coche al azar y fui a la casa de mi victima, el señor Pérez, al que con la ayuda de una pistola, no me costó demasiado manipular, ya que era un tipo solitario, inseguro y bastante cobarde. Entre las herramientas que llevaba, había una botella de Whiskey, en la que había mezclado un afrodisíaco, se la hice ingerir, la historia tenía que ser totalmente creíble. Con la borrachera, me fue todavía más fácil manipularlo. Le dije que se desnudara y lo esposé a la cama, con unas esposas especiales, que no dejan marca. Debo decir que en un principio, para mi segunda victima, había pensado en secuestrar a una chica al azar y con el coche del tipo, pero finalmente me decidí por lo fácil, que consistía como bien saben en llamar a una prostituta. La chica, apenas tardó unos veinticinco minutos en llegar. Le dí unos ciento cincuenta euros y ella llamó a la agencia para la que trabajaba, para decir que todo iba bien. Mientras se arreglaba en el cuarto de baño, yo volví a ponerme los guantes de látex, que me había quitado para recibir a la chica. Limpie el pomo de la puerta y cerré toda la casa a cal y canto. Cuando salió, la hice entrar en el dormitorio, donde el señor Pérez, dormía la borrachera con una tremenda trempera. Ella que se llevó una enorme sorpresa, al girarse hacia mí se encontró de frente con la punta de la pistola. Me suplicó que no le hiciera nada, yo le dije que no pretendía matar a nadie, le dije que el señor Pérez era una mala persona, que me había causado la ruina y encima me había robado a mi mujer. Le dije que si tenía que hacerle daño a alguien, lo haría para conseguir su colaboración pero que el asesinato no entraba en mis planes, a partir de ese momento, ella se comportó de forma más colaboradora, estaba muy asustada.
Le dije que abofeteara al señor Pérez para despertarlo, pero este no parecía reaccionar. “Aráñale en la cara”. Le sugerí, ella lo hizo y así si que conseguimos que reaccionara. La chica siguió todas mis instrucciones sexuales mientras yo, los fotografiaba a cierta distancia, debo decir que la chica hizo bien su trabajo, haciendo que el hombre se corriera unas cuantas veces. Para finalizar, me acerqué por la espalda y la estrangulé con mis manos enguantadas. El señor Pérez gritó de pánico como pudo con su mordaza. La puta, calló muerta encima de él.
Cuando se tranquilizó, le quité la mordaza para hacerle ingerir unos cuantos somníferos y mientras se dormía preparé la bañera con agua caliente. Aparté a la puta y le quité las esposas al tipo, lo cargué hasta el cuarto de baño y le corté las venas con un cuchillo que había cogido de la cocina y que dejé casualmente en el suelo. Antes de irme, estuve un rato contemplando como el agua de la bañera se teñía totalmente de rojo y el señor Pérez se hundía bajo el agua.
Dicen que el asesino siempre vuelve al lugar del delito. Yo no lo hice, simplemente me limité a esperar a ver lo que decían los medios de comunicación.
Pero que sentido tiene, el haber cometido el crimen perfecto, si nadie se entera, por eso, escribo esta carta a los medios, adjuntando algunas de las fotos que hice esa noche. P.D.
Espero que perdonen y comprendan los motivos por los que no firmo esta carta.
Un saludo y sobre todo tengan mucho cuidado.

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