Uno
de los pocos placeres que tenía Daniel, aparte de la lectura y la televisión,
era la de ir al cine junto con su amigo Santi. Los padres de este, que eran
unos fanáticos religiosos, admitían la amistad entre los dos amigos, por la
relación que tenían con la despótica señora Carmen, la cual seguía acudiendo
con regularidad a la misma iglesia desde hacía más de cuarenta años. Pero aquel
día para sorpresa de Daniel, Santi lo llamó para decirle que sus padres lo
habían castigado. Era extraño, tenían casi veinte años y los padres de uno y la
abuela del otro, los seguían tratando como si fueran niños. A Dani, le
disgustaba mentir a su abuela, pero la idea de pasar todo el sábado encerrado
en casa con ella le gustaba todavía menos, así que tomo la opción de llamar a
Jota, su antiguo compañero de instituto y ahora de trabajo, que más de una vez
le había ofrecido la posibilidad de salir con él. Sin
llegar a los niveles de retraimiento de
Daniel o Santiago, Jota también era un pardillo, aún así en comparación con
aquellos dos individuos, era todo un lince, que aparte de ir eventualmente al
cine, también salía de copas con otros amigos, entre los que se encontraba
Paco, otro compañero de instituto, algo más canalla y ligón. Mientras Jota
combinaba el ron o el whiskey con coca cola, Paco prefería lo hacía con red
bull; mientras Jota era descuidado y poco hablador, Paco cuidaba con mucho
esmero la ropa que se ponía y siempre, siempre tenía una respuesta para todo; Paco
continuamente le entraba a todas las chicas que se le ponían a tiro sin
importarle demasiado que le “mandaran a tomar por culo”, Jota tendía a
desanimarse muy rápido, se lo pensaba mil veces antes de entrarle a una chica,
sin llegar a encontrar nunca el momento oportuno y si conseguía hacer frente a
aquella recalcitrante timidez y entrarle a alguna, y esta lo rechazaba, como
solía ser habitual, se encerraba en su mundo con su combinado de coca cola en
su rincón favorito de la discoteca, para más tarde llegar a casa un tanto
deprimido y muy borracho, cosa que preocupaba bastante a su madre, que deseaba
que su hijo fuera feliz y que encontrara a alguien con quien estabilizar su
vida.
Aquella
tarde para sorpresa de Jota cuando sonó su teléfono móvil y vio que el que le
llamaba era Daniel, con la propuesta de ir al cine, pensó que con todos sus
“triunfos amorosos” la idea de ir al cine resultaba más atractiva que la de
cada fin de semana, pero su amigo Paco llamó poco después dispuesto a
estropearle los planes de un fin de semana tranquilo. -
¡Oye, Alex ha quedado con una chica donde siempre, el problema es que la chica
traerá a un par de amigas y nos falta uno! ¡¿Te apuntas?!
- Paso, he quedado con
Daniel, no se si te acuerdas, del instituto para ir al cine del centro
comercial, de aquí un par de horas.
- ¡No jodas! ¿Nos
vas a dejar plantados? Mira que sin ti no es lo mismo.
- Muy gracioso, como si alguna vez me comiera algo. Me
gustaría, pero de verdad que no puedo ¿Por que no llamáis a cualquier otro?
- ¿Quién te ha dice que no lo he
hecho? Lo que pasa es que a todos les han surgido otros planes.
- Eso lo explica todo. O sea… que
para una vez que quedáis con unas chicas, yo soy el último con el que contáis.
-
Bueno Jota, no es la primera vez que quedamos con chicas.
- Ya, pero si
la primera vez que contáis conmigo. ¡Cabrones!
- Pero que capullo que eres. ¿Por
qué no le dices a tu amigo que se apunte? -
Mala idea, ese es peor que yo. Además, me irá bien descansar de tanta fiesta.
- Está bien…
tu mismo, no insistiré más.
Aunque
la sesión para la que habían quedado, empezaba a las ocho de la tarde, Jota y
Daniel se encontraron a las siete y media para tomar un café, mientras decidían
que película irían a ver. La idea de haber dejado pasar aquella oportunidad con
aquellas chicas, le tenía un poco de mal humor, pero para su sorpresa, al
entrar con Daniel en el bar del centro comercial que estaba al lado del multisalas,
se encontraron con Paco, Alex y las tres chicas con las que habían quedado.
-
¿Pero qué…?
-
Paco nos contó lo del cine y nos pareció buena- dijo Alex
- Si,
además cuantos más mejor, ¿no?- dijo ahora Paco.
- ¿Les dijiste a tus amigos que
veníamos aquí?- le susurró Daniel a Jota, poniéndose ligeramente nervioso.
- Pues… no
lo recuerdo, tal vez se lo mencioné a Paco de pasada.
Jota
presentó a Daniel a sus amigos y estos les presentaron a las tres chicas, las
tres eran guapas, aunque sin llegar a ser espectaculares. María, rubia teñida y
muy sexi; Esther, pelirroja con una buena delantera que llamaba la atención a
pesar del recato; y Sara, Morena y de belleza serena.
- ¿Qué teníais planeado ir a ver?- les preguntó
Esther.
-
Pues… la verdad es que todavía lo estábamos pensando- contestó Jota. En
ese momento sonó el móvil de Daniel.
-
Hola abuela… no Santi no ha podido venir, estoy con otro… otros amigos… Jota un
compañero del trabajo… ¿Qué quieres que vuelva? Pero…
En ese momento Paco le arrebató el teléfono a Dani,
esté forcejeó sin éxito, intentando recuperar el aparato.
-
¡No se preocupe señora que su nieto está en buenas manos!
- ¡¿Quién eres tu
jovencito!?
-
Un amigo de su nieto.
- ¡Dile a Daniel que se ponga inmediatamente
al teléfono!
-
Si, claro que lo vamos a cuidar de él.
-
¡Quiero hablar con mi nieto! ¡Y que vuelva a casa inmediatamente!
- Si, tranquila que yo se lo digo-
Paco colgó el móvil y luego dejó el botón apretado asta que se apagó del todo y
se lo devolvió a su legítimo dueño.- Tú abuela, que lo pases bien.
-
¿Qué has hecho, por qué lo has parado?- preguntó con cierta frustración Daniel.
- Vamos al cine y hay que tenerlo
parado mientras dan la peli.
-
No me sé el pin. Yo… yo me vuelvo a mi casa.
Daniel,
que parecía muy afectado por lo que acababa de ocurrir, salió del bar con la
intención de irse, Jota lo paró en el camino.
- Oye tío, siento lo que
ha pasado con Paco, a veces es un poco capullo, pero es buen tío. Anda vamos al
cine y luego si quieres te vuelves a casa.
-
No, prefiero irme ahora.
-
¿Me dejas hablar con tú amigo un momento?- dijo Esther, que los había seguido
al exterior del bar.
Jota
entró nuevamente al bar dejando a Daniel con la chica.
- ¿Qué ha pasado?- preguntó Alex.
-
Está decidido a irse, la chica está intentando convencerlo pero dudo mucho que
lo consiga- dijo Jota negando con la cabeza.
- ¡¿Qué vamos al cine o
no?!- dijo la voz de Esther a su espalda.
Al darse la vuelta, vio
sorprendido entrar a la chica, que llevaba a Daniel cogido de la mano, casi
dejándose arrastrar.
-
Y parecía tonto- susurro Alex.
Sara,
que estaba a su lado le dio un codazo. Jotacé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario