jueves, 6 de noviembre de 2014

SEGUNDO PREMIO SKALIBUR. // POSIBLE SALVACIÓN (Carlos Soler García)

El pasado 19 de octubre, tuvo lugar en la librería Skailbur de Rubí la entrega de premios del certamen de relatos cortos y fantásticos, durante los próximos tres jueves publicaré en “elcuentahistorias” los tres relatos ganadores.

Qué los disfrutéis.

La nave surcaba el espacio a velocidad match 4. Era una nave de 

última generación, perteneciente a la confederación de planetas unidos 

de la galaxia L-3024Z. Una nave científica, con una veintena de 

tripulantes a bordo, la mayoría científicos, y el resto militares asignados 

a la misión en concepto de protección.

-¡Ahí está, Wrong! –avistó uno de los científicos.

-Cierto, Stamp, la verdad es que es tan bonito como nos lo 

describieron.

-¿Cuál es el protocolo a seguir, señor? –preguntó el piloto.

-El estandart. Esta raza tiene una tecnología muy inferior a la nuestra.

Ya sabes, lo primero es que no nos detecten y, acto seguido, 

mezclarnos con ellos, averiguando lo máximo posible sin que se den 

cuenta de nada. El resto lo marcarán ellos mismos.

-Toma todas las imágenes posibles y replica sus vestimentas para bajar 

cinco personas al planeta –ordenó Wrong.

Era una mañana soleada de agosto, con una temperatura de 

veintiocho grados. Podía agradecerse una ligera brisa que soplaba por 

toda la zona. El pequeño trasbordador aterrizaba en un frondoso 

bosque situado al norte de la gran ciudad. Estaba utilizando un sistema 

de ocultación muy avanzado con el fin de no ser detectado por ningún 

lugareño de la zona.

-¡Muy bien, señores! Lo haremos así. Stamp y yo nos dedicaremos a 

estudiar los lugares donde haya una alta concentración de habitantes.

Drax y Strong se dedicarán a estudiar las costumbres de dichos 

habitantes. Alimentación, tareas a realizar, sistema financiero... Y tú, 

Frel, iras donde esas gentes guardan su historia y la estudiarás.

Bibliotecas se llaman, según inteligencia. ¿Queda todo claro? –finalizó 

Wrong.

Los otros cuatro miembros de la expedición asintieron al unísono.

Seguidamente, los cinco hombres se separaron y tomaron diferentes 

caminos en base a su labor de investigación.

Al cabo de una hora aproximadamente, Stamp y Wrong llegaban a un 

enorme edificio de construcción circular en el que rezaba un enorme 

cartel colgado en la puerta principal, que se podía leer “Las ventas”.

-Mira cuanta gente, Stamp. Y qué ambiente tan festivo, todos van 

vestidos de curiosas maneras. Entremos, esto me interesa –dijo 

Wrong, animado.

Por otro lado, Drax y Strong paseaban por una concurrida avenida 

llena de alegres gentes en busca de algo que les permitiera averiguar 

todo tipo de costumbres de los habitantes de ese maravilloso planeta.

-Es una lástima, Drax.

-¿El qué?

-Ya sabes, que un planeta tan hermoso como este, con unas gentes tan 

felices como estas, vaya a acabar como tú y yo sabemos que va a 

acabar –contestó Strong.

-¡Bueno Strong! Ellos lo están pidiendo a gritos, el calentamiento 

global, el efecto invernadero, la polución... Les quedaban diez años 

como mucho.

-Pero supongo que los responsables de este inminente cataclismo 

serán sus mandatarios, no todo el mundo. Ya lo hemos visto en otros 

planetas.

-Acuérdate que nuestras directrices no es saber quiénes son los 

culpables, sino valorar si merecen ser salvados o no –contestó Drax 

enérgicamente.

-Pero si solo bastaría con darles nuestra energía blanca, y con eso 

solucionarían el problema en un mes, aproximadamente.

-¿Pero realmente se lo merecen? –le preguntó seriamente Drax

mirándole fijamente a los ojos.

-¡Muy bien! Tú ganas, te voy a demostrar que esta gente se lo merece –

le contestó Strong muy malhumorado.

-Pues comencemos por ahí, que tiene pinta de ser algo financiero, y 

hay mucha gente en la puerta. Después comeremos ahí, y veremos de 

qué se alimenta esta gente, ¿te parece? –preguntó Drax.

Strong asintió y se pusieron en marcha.

Frel ya se encontraba investigando en lo que los habitantes de aquel 

curioso planeta llamaban archivo nacional. Tenía sobre su mesa vario 

CDs interactivos, y tres o cuatro enormes libros llenos de polvo, poco 

utilizados debido al actual uso de nuevas tecnologías. Su cara era una 

mezcla de pánico, indignación, vergüenza y el más absoluto 

sentimiento de impotencia, al leer las cosas como la guerra de los 

Balcanes, Ruanda, Burundi, Irak, Afganistán, primera y segunda guerra 

mundial, Beirut, la caída de las torres gemelas, las masacres en el 

descubrimiento de América, el comercio de esclavos, el colonialismo 

británico... De repente, se asustó. Nunca antes había experimentado 

una sensación como la que estaba viviendo en ese momento. ¡Salían 

gotas de agua de sus ojos! Y tenía la sensación de tener un enorme 

nudo en la garganta. Dejó toda aquella información sobre la mesa y 

salió a toda prisa de allí.

Una vez sentados en sus asientos, Stamp preguntó.

-En la puerta pone “Las ventas”. ¿Qué venden?

-¡Calla y mira! Aquella puerta se abre –dijo Wrong.

De ésta salió un enorme toro de unos seiscientos kilos, y de uno de los 

llamados burladeros salió un hombre con un extraño y luminoso traje.

Este se puso a pasar una gran capa roja por la cara del animal.

-Mira qué bonito Wrong, un juego entre especies. Debe ser algo 

divertido, quedémonos un rato más –opinó Stamp.

A los dos alienígenas se les heló la sangre en las venas cuando apareció 

otro hombre por detrás del animal y le clavó dos enormes banderillas 

en su lomo. Acto seguido, el primer hombre sacó una espada que tenía 

en la capa y se la hundió hasta el fondo. El animal se retorcía de dolor, 

y no contentos con esto, un tercer hombre apareció a lomos de otro 

animal aún más grande que el primero y empezó a clavarle una enorme 

lanza que portaba. Stamp y Wrong ya no pudieron soportarlo más y 

salieron de allí como alma que lleva el diablo. Al salir de allí, 

tropezaron con un anciano que les preguntó a qué tanta prisa, si aún 

quedaba lo mejor.

-Señor, no podemos ni debemos soportar tanta violencia –le dijo 

Stamp.

-¿Violencia dice? Pues tenía que venir a mi pueblo a ver como 

lanzamos una cabra desde lo más alto del campanario –bromeó el 

viejo con una enorme sonrisa.

-¿Pero qué le pasa a esta gente, por Dios? –se preguntó Stamp, y 

partieron los dos hacia el lugar de reunión.

Una vez llegaron allí, otros dos miembros de la expedición ya se 

encontraban allí, Frel y Drax.

-¿Dónde está Strong? –preguntó Stamp.

-Un individuo que quería nuestro dinero lo mató con una rudimentaria 

arma que lanzaba proyectiles de plomo.

-¿Por dinero? –preguntó Stamp.

-Sí, pero él ya me dio su voto antes, en el terreno económico, sus 

propios mandatarios hunden en la miseria a sus seguidores, se comen a 

las otras especies del planeta y matan por diversión. Ya me imagino 

que sabréis cual es nuestro voto –explicó Drax.

-¿Y tú, Frel?

-Yo no solo los dejaría a su suerte, sino que ordenaría a nuestra flota 

borrarlos de la creación –contestó Frel, sombríamente.

-No hará falta, ellos solos están muy capacitados para exterminarse a sí 

mismos. Y ahora vámonos, hasta nosotros estamos en peligro aquí –

dijo Stamp.

La nave, tal como vino, se alejó a toda velocidad de aquel loco y 

macabro planeta azul.

2 comentarios:

  1. Pobres los extraterrestres que tengan que convencer a los congeneres de que ese planeta azul es digno de ser preservado, con habitantes incluidos. Si hubiesen ido a ver un desfile de Victoria´secret capaz que su opinión hubiera sido otra.

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  2. No sé supongo que eso depende de la auténtica apariencia de los extraterrestres, a lo mejor son feministas, no sé, vete tu a saber.

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