lunes, 31 de enero de 2011

EL DESPISTE DE SANDRO


Aquel día, antes de salir del trabajo, nos presentaron a Sandro. Un compañero nuevo que se acababa de incorporar al trabajo. En realidad todos esperaban que se hubiera incorporado una semana antes, pero el despiste de Sandro era tan grande que siempre se le olvidaba traer algún papel o alguna cosa.
Aquel día Sandro había traido un ordenador portátil, de última generación, regalo de un tío suyo, el cual le tenía en gran aprecio. A la mañana siguiente vimos que el portátil de Sandro seguía en la fábrica, se lo había dejado olvidado.
Otro día, el muy despistado, se trajo consigo a su hermano menor, al cual, tenía que haberlo dejado en el colegio antes de entrar a trabajar. Ese día tube que quedarme a cubrirle las espaldas, ya que tubo que ir corriendo a dejar al pequeño y luego, evidentemente se le olvido regresar.
Otro día se dejo una pistola auténtica, que llevaba encima, ya que era aficionado a las prácticas de tiro. Le cayó una buena bronca ese día, ya que el primero en descubrir el despiste de Sandro, fue el jefe.
Despues de aquello, parecía que nuestro compañero empezó a ir con más cuidado, pero eso, apenas duró una semana, ya que un día al entrar en la fábrica, escuchamos como alguien nos llemaba. Era la voz de Sandro. Al hacercarnos al lugar del que procedían los gritos, nos llevamos una gran sorpresa, al ver su cabeza preguntando si había llegado ya su cuerpo, como os digo, el despiste de nuestro compañero no tenía límites.

J.C.

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