lunes, 23 de abril de 2012

EL DILEMA DEL COMISARIO




El comisario daba vueltas de un lado a otro nervioso. Todos los canales de televisión sacaban a los manifestantes en las proximidades del congreso, donde todos los políticos seguían recortando derechos y ajustando las leyes para salir de una crisis que ellos mismos habían permitido que ocurriera dejando que unos pocos especuladores se enriquecieran a costa de los demás.
Lo único que mantenía a la gente separada de aquel poder era el cordón policial, que por supuesto esperaba órdenes, para contener a la muchedumbre o dispersarla. Sonó el teléfono del despacho, los políticos presionaban para que diera la orden de dispersar a los manifestantes a toda costa, sin importar las consecuencias, claro está que luego, él sería el responsable de las consecuencias. Entonces sonó otro teléfono, era su móvil, su número personal y quien llamaba era su mujer. Ella sabía lo que estaba ocurriendo, así que si llamaba a pesar de todo, debía ser muy importante.
- Es tu tía segunda, la del pueblo. Puso su casa como para que su hijo pudiera comprarse un piso con su familia y la ha perdido… se la a quedado el banco.
- Supongo que en casa hay sitio suficiente,- dijo el hombre.- de todas maneras, también nosotros hemos pasado mucho veranos en su casa cuando éramos más jóvenes.
El comisario, cayó en su asiento desolado por la noticia y el teléfono volvió a sonar. Sus hombres esperaban órdenes.
Era el jefe de la policía y se preguntaba a quién debía defender, ¿a la gente de la calle o al poder establecido?
- ¡Que se retiren!- les dijo a sus hombres con contundencia.
- ¡¿Qué?!
- Ya has oído, ellos han provocado esto, que se las arreglen como puedan.
Sabía que aquel era el final de su carrera en el cuerpo, pero le daba igual… Ahora podría dormir por las noches.
Jotacé.

2 comentarios:

  1. Me gusta!! Ojalá así fuera en la realidad =(

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  2. ojalá. De hecho me basé en el comisario de Valencia, pero dandole la buelta a la situación.

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