lunes, 12 de noviembre de 2012

(L.P. 21) EL REGRESO DE MÓNICA


Jota quería salir un poco antes del trabajo para ir a buscar a Mónica al hospital, pero Elena, insistió en que quería ser ella la que fuera a buscar a su hermana. Desde que Elena entró en la habitación, Mónica tuvo la impresión de que algo andaba mal y durante el trayecto de regreso a casa Elena apenas pronunció palabra.
- Haber Eli guapa. ¿Me quieres explicar de una vez que te pasa?- preguntó Mónica cada vez más mosqueada.
- Es Santi… lo hemos dejado.- contestó sin poder evitar alguna lagrima.
- ¡Qué lo habéis…! ¡Para el coche!
- ¡¿Qué?!
 - Para el coche en algún sitio donde podamos tomarnos un café y me lo explicas con más calma.
 - Está bien.- dijo Elena suspirando y secándose las lagrimas de la cara.
Elena enseguida encontró un bar cerca de donde estaban, lo difícil fue encontrar un sitio donde dejar el coche, por suerte, encontraron más cercano al sitio donde finalmente aparcaron, que el sitio donde pretendían ir en un principio. Una suave llovizna, se encargaba de refrescar un poco el ambiente del incipiente verano.
Ya sentadas delante de una taza de café, Elena le contó a su hermana, como durante el éxtasis del coito con Santi, se había confundido y lo había llamado Andy, que era como llamaba al difunto Andrés y como después Santi se marcho visiblemente enfadado.
 - A lo mejor, solo es un enfado pasajero.- dijo Mónica
 - Ojala, pero no me dio esa sensación.
- ¡Joder Eli! ¡Mira que te lo dije…!
Elena bajo el rostro, Mónica se disponía a seguir recriminándola cuando empezó a sonar su móvil, era Jota.
 - Hola cariño…
 Se levantó de la mesa haciéndole a su hermana un gesto con el dedo mientras le decía moviendo solo los labios “ahora vengo”. Luego salió a la calle refugiándose de la lluvia bajo el mismo toldo del bar. - ¿Dónde os habéis metido? Pensaba que a estas horas ya habríais vuelto del hospital.- dijo Jota
- Hemos parado en un bar a tomar un café. Oye, ¿Santi te ha dicho algo de la discusión que tuvo ayer con mi hermana?
 - No, apenas lo he visto en todo el día. Luego le pregunto si quieres.
 - No, no hace falta… Nos vemos en un rato. ¿De acuerdo?
 - Ya estáis tardando… Te quiero.
 - Te quiero.
 Jota, que mientras hablaba estaba asomado al balcón viendo como lloviznaba, se disponía ya a entrar en el interior, cuando vio aparecer a Santi andando a paso rápido. Poco después irrumpió en el interior del piso, un poco mojado por la lluvia y con el semblante serio.
- ¡Ey colega! ¿Cómo va todo? Acabo de hablar con Mónica y me ha contado lo que ha pasado entre Elena y tú.
- ¿Ya está aquí? Por lo que veo, se encuentra muy bien.- dijo Santi con sarcasmo
 - No, todavía no han llegado. Hemos hablado por el móvil y apenas me ha comentado lo que pasaba. - Elena cree que soy la reencarnación de su difunto novio Andrés.
- Pensaba que solo lo sospechaba.
- ¡Tú lo sabías! ¿Por qué no me lo dijiste?
- Pues… No se. Lo siento, a lo mejor te lo tendría que haber dicho, pero… se os veía tan bien.
 - Lo peor, es que a lo mejor tiene razón.
 - ¿Qué quieres decir?
 - He estado en el hospital donde estuve ingresado durante el coma, el mismo al que llevaron a Andrés. Y resulta que murió a la misma hora que yo salí del coma… por cierto, que una enfermera me dijo que tú también estuviste allí esa noche, quiero decir en mi habitación.
 - Si, antes de que salieras del coma, hacía poco que me enteré que estabas allí ingresado, así que aproveché que estaba acompañando a Mónica, para hacerte una visita… Pero, que salieras del coma a la misma hora en la que murió Andrés, no tiene por que significar nada. ¿Sabes acaso cuanta gente muere cada día?
- Solo se que antes tartamudeaba y me gustaban cosas que ahora incluso aborrezco, me creía todo lo que me decían sin cuestionarme el echo de que pudieran ser o no ciertas y era un tío introvertido que apenas salía de casa. No se si soy la reencarnación de Andrés, del que apenas sé, lo poco que me han contado… pero desde luego, tampoco soy la misma persona que era antes del coma.
- ¿Y qué piensas hacer?
- Irme… Tengo que aclarar mis ideas y saber quien soy realmente.
 - ¿Y qué pasa con Elena… ya no la quieres?
- La quiero con toda mi alma, por eso he de irme. Si no soy quien ella cree, ni quiero desengañarla, ni hacerle daño. Además no me boy para siempre y cuando regrese, si todavía quiere seguir conmigo tendrá que aceptar a la persona que sea.
- Supongo que tienes razón. Tal vez Diana pueda ayudarte, por lo que se ella, conoce gente en todas partes. Pero antes tendrías que hablar con Elena y explicarle todo esto.
- Lo se… - dijo Santi suspirando - aunque temo que si la vuelvo a ver, no sea capaz de irme.
- Aun así… - en ese momento sonó el interfono de la puerta.- Son ellas. Quieren saber si vamos a bajar a ayudarlas con las cosas de Mónica.
- Baja tú, yo iré más tarde a hablar con Elena, pero de momento, no les digas que estoy aquí, por favor.
 Jota asintió con la cabeza mientras abría la puerta de la calle. Poco después abrazaba efusivamente a Mónica, mientras Elena abría el maletero del coche. Santí observaba la escena desde una de las ventanas del piso. La lluvia había cesado, dándoles una tregua.
 - ¡Qué! ¿No pensáis en echarme una mano, pareja?
Descargaban las cosas del coche, cuando un transeúnte se acercó a ellos.
-Perdona, ¿eres la chica a la que apuñalaron por aquí cerca?- preguntó dirigiéndose a Mónica.
 A Mónica casi le dio un vuelco el corazón, temiendo que fuera el cómplice de Alicia y fue Jota quien contesto.
- Si, es ella. ¿Pasa algo?- dijo secamente
- Nada tío, lo siento, solo quería saber si estaba bien. A mi casi me atropellaron cuando huyeron y vi el revuelo que se organizó, pero en ese momento tenía prisa y… hasta el día siguiente no me enteré de lo que había pasado.
 - ¿No te fijarías en la matrícula del coche verdad?- preguntó Elena
-No, ni si quiera me acuerdo ya de la marca, solo de que era muy viejo… ¡Ah si! Y de la pegatina que llevaba detrás con el careto de Darth Vader.
 - ¡¿Qué?! ¿Se lo dijiste a la policía?- preguntó Jota
- No creí que fuera importante.
 Elena sacó una tarjeta del bolso y se la pasó al chico.
- Llama a este número, es del policía que lleva el caso. Nos dijo que cualquier detalle podía ser importante… hasta la pegatina del coche.


 Jotacé.

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